Francisco ya tiene en su poder el informe del "VatiLeaks"
Lombardi confirmó que el Papa recibió el dossier secreto encargado por Benedicto XVI sobre las intrigas vaticanas
ROMA.– El famoso informe secreto encargado por Benedicto XVI para esclarecer el "VatiLeaks", la inédita filtración de documentos secretos de los sacros palacios que sacudió el año pasado su pontificado, ya está en manos de Francisco.
"Ciertamente está a disposición del Papa , pero me parece que tiene tantas cosas que hacer en estos primeros días que no creo que haya tenido apuro en leerlo", dijo ayer el padre Federico Lombardi, vocero de la Santa Sede. "Me sorprendería mucho saber que hubiera dedicado estos primeros días de pontificado a leerlos", agregó Lombardi, ante una pregunta.
Tras la inesperada renuncia de Benedicto XVI, el 11 de febrero pasado, diversos medios italianos relacionaron la abdicación de Joseph Ratzinger con este "dossier secreto", realizado durante meses por tres cardenales de más de 80 años: el español Julián Herranz, el eslovaco Joseph Tomko y el italiano Salvatore de Giorgi.
Su contenido sería tan impactante –según versiones de la prensa incluiría revelaciones de internas debidas a juegos de poder, sexo, un lobby gay presente, intrigas y luchas– que habría decidido a Benedicto XVI a renunciar al papado.
El VatiLeaks, por el que el Vaticano juzgó y condenó a Paolo Gabriele, el mayordomo de Benedicto XVI, que luego lo perdonó, fue uno de los tantos temas abordados por los cardenales en las congregaciones generales que precedieron el cónclave. En estas reuniones también se habló de la necesidad de reformar la curia romana, cuestionada no sólo por la imagen oscura transmitida al mundo, sino también por su funcionamiento ya no acorde con los tiempos.
Probablemente Lombardi tenga razón cuando dice que el papa Francisco no debe haber tenido tiempo de leer el famoso informe VatiLeaks, que Benedicto XVI dispuso que fuera guardado bajo llave y entregado a su sucesor. Pero muchos creen que el ex cardenal argentino no tiene necesidad alguna de leer la también llamada "relationem" cardenalicia, que tendría unas 300 páginas, basadas en entrevistas cruzadas a diversos funcionarios del gobierno central de la Iglesia.
"Aun estando a kilómetros de distancia, él siempre supo qué pasaba en el Vaticano y que el sucesor de Benedicto XVI tenía que tomar la escoba y limpiar", dijo a LA NACION una fuente informada.
Justamente por eso, en la curia romana reina ahora un clima muy distinto al que se respira en las plazas, donde la multitud se ha rendido a los pies de ese papa venido del fin del mundo.
"En la curia reina un clima extraño, muchos están muy contentos, pero otros temen el fin del statu quo y que empiecen a rodar cabezas", confió un monseñor.
Como se acostumbra, Francisco confirmó el sábado pasado, "hasta que se disponga lo contrario", a los altos cargos de la curia vaticana, que habían cesado automáticamente con la renuncia de Benedicto XVI, como establece la normativa de la Santa Sede
El Papa "se reservó un cierto tiempo para la reflexión, la plegaria y el diálogo, antes de cualquier nombramiento o confirmación definitiva", indicó el Vaticano. Pero se espera que después de las celebraciones de la Pascua comience a armar su equipo de gobierno. La pregunta del millón es a quién nombrará el Papa como secretario de Estado, en reemplazo del cuestionado ocupante actual de ese cargo, Tarcisio Bertone.
Como Francisco es extranjero, en teoría su secretario de Estado debería ser italiano, y ya circulan varios nombres.
Según el diario La Repubblica, Francisco podría cambiar la estructura de la Secretaría de Estado, diluyendo sus poderes a través de un triunvirato que haría más colegiado su gobierno, algo inédito en la historia del Vaticano. Podrían integrar el triunvirato los cardenales Giuseppe Bertello, Fernando Filoni y el actual sustituto de la Secretaría de Estado, Angelo Becciú. El mismo artículo de La Repubblica advertía que Bergoglio, si bien es una persona experta, como no tiene cordadas detrás, podría ser blanco de maniobras conspirativas en su contra.
"El peligro es advertido a tal punto que los jesuitas [la orden a la que pertenece Bergoglio] están pensando en una suerte de «cordón sanitario» con el cual sostener el Papa hasta que haga sus elecciones definitivas", escribió el diario romano.
Más allá de las especulaciones, el Papa recibió ayer en audiencia a Bertone, secretario de Estado por corto tiempo, con quien se supone que habló de las reuniones que tendrá en estos días con jefes de Estado y gobierno venidos a Roma para el inicio de su pontificado.
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