Francisco clamó por el fin de la violencia en Perú “venga de donde venga”
Durante el Angelus dominical, el Pontífice alentó “a todas las partes involucradas a tomar la vía del díalogo entre hermanos de la misma nación, en el pleno respeto de los derechos humanos y del Estado”
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ROMA.- “¡No a la violencia, venga de donde venga! ¡No más muertes!”. Fue el grito apasionado, en español, que lanzó hoy el papa Francisco, que pidió a la multitud presente en la Plaza San Pedro para la tradicional cita domincal del Angelus, “rezar para que cesen los actos de violencia en Perú”.
“La violencia apaga la esperanza de una justa solución de los problemas”, dijo Francisco, al aludir a la ola de protestas que comenzaron después de la destitución y detención del presidente Pedro Castillo, el 7 de diciembre. Se estima que son al menos 46 los muertos hasta ahora en los choques con la policía, en el marco de las manifestaciones que se están dando sobre todo en el sur del país, contra el goibierno de Dina Boluarte. Su renuncia es una de las principales demandas, junto con el cierre del Congreso y un llamado a elecciones.
Antes unos 15.000 fieles presentes en la Plaza, entre ellos, peruanos con una bandera, como destacó, Francisco alentó “a todas las partes involucradas a tomar la vía del díalogo entre hermanos de la misma nación, en el pleno respeto de los derechos humanos y del Estado”. Y, pasando del italiano al español, agregó: “Me uno a los obispos peruanos al decir: ¡No a la violencia, venga de donde venga! ¡No más muertes!”.
Asomado como siempre desde la ventana de su despacho del Palacio Apostólico, como suele hacer todos los domingos el Papa también pidió por la paz en la “martirizada” Ucrania.
Deseó, además, “votos de paz y bien” para todos aquellos que en el Extremo Oriente y en varias partes del mundo celebran el Año Nuevo Lunar. Aunque no mencionó a ningún país, se refirió a quienes viven en China, las dos Coreas, Vietnam, Malasia, Singapur, Filipinas y muchos otros donde viven comunidades de ese origen–incluida Italia-. Los chinos celebran la llegada del año del Conejo.
“En esta alegre circunstancia, de todos modos, no puedo no expresar mi cercanía espiritual a quienes atraviesan momentos difíciles causados por la pandemia de coronavirus, en la esperanza que las dificultades presentes sean superadas”, agregó, aludiendo a China, últimamente golpeada por un repunte de contagios. “Finalmente, auspicio que la gentileza, la sensibilidad, la solidaridad y la armonía, que en estos días se viven en las familias tradicionalmente reunidad, puedan siempre permear y caracterizar nuestra relaciones, familiares y sociales, para poder vivir una vida serena y feliz. ¡Feliz Año!”, auguró.
Por último, pidió por Myanmar, donde fue incendiada y destruida la iglesia de uno de los lugares de culto más antiguos e importantes del país. “Estoy cerca de la inerme población civil, que en muchas ciudades se ha sometido a dura prueba. Que Dios quiera que termine pronto este conflicto y se abra un tiempo nuevo de perdón, de amor y de paz”, pidió, al invitar a todos a rezar un Ave María por Myanmar.
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