Florida: tras el relajamiento temprano, un creciente temor por ser ahora el epicentro del brote
MIAMI.– "Wuhan, ahora somos nosotros", disparó días atrás Carlos Giménez, el alcalde de Miami-Dade, frente a las cámaras. Se refería al foco de infección de coronavirus que vive el sur del estado de Florida . Necesita, además, generar una sensación de alerta. Pero en las playas , la situación no parece alarmar a muchos. La vida transcurre casi con normalidad. En el distrito más caliente del país, no hay espanto ni calles desérticas. Incluso llegó un suave turismo. Solo algunos tienen miedo.
Las cifras son preocupantes. A principios de abril, Florida registraba 1000 casos diarios.La semana pasada, el estado tuvo el récord nacional en un día: 15.300 contagios. Todas las alarmas se encendieron. Las muertes también se aceleran. El virus provoca un promedio de 120 muertes cada día. Florida supera los 4800 muertos, según cifras oficiales. En Miami se produce el 25% de esos decesos.
En ese contexto, el condado puso un freno de mano. El alcalde decidió cerrar el interior de los restaurantes, prohibió los alquileres vacacionales, agregó el uso de máscara obligatoria en lugares abiertos e impuso un toque de queda por las noches.
"Después de varias semanas de sentir que llegábamos a la etapa final de esta pandemia, los casos empezaron a aumentar de una manera agresiva. La situación es crítica en este momento", señala a LA NACION Gabe Groisman, el intendente de Bal Harbour, una de las playas más exclusivas del condado. Las autoridades empezaron a notar que algunos restaurantes se terminaban convirtiendo en bares (que aún siguen cerrados). "Eso ocurre cuando la gente se queda hasta tarde. Por eso se puso el toque de queda a la noche", explica.
En dos meses la situación se desbandó. Al relajar la cuarentena hubo jóvenes de vacaciones, festejo de graduaciones, protestas callejeras, gente que no respetó la distancia social ni usó máscara, restaurantes que relajaron controles. "No estoy culpando a un grupo. Fue una combinación de factores básicamente por actividad social. Jóvenes siendo jóvenes", explicó Giménez frente al gobernador, Ron DeSantis. Con 2,7 millones de habitantes, Miami tiene más población que 14 estados del país, como Nuevo México. Los jóvenes empezaron a socializar, y llevaron el virus a los hogares. Hoy el 30% del foco de contagios es familiar.
De Santis tuvo hasta ahora un discurso tranquilizador: los casos aumentan porque también los testeos son masivos (se hacen 90.000 por día, dice). En el promedio estatal, la tasa de positividad oscila el 15%. Pero Miami rompe todas las barreras: uno de cada cuatro tests da positivo.
Actividad
El mayor de la ciudad de Miami, Francis Suárez, cree que la sociedad debe tomar el tema más en serio. "Cerramos rápido, no tuvimos la tragedia de Nueva York , y eso redujo el factor miedo. La gente volvió a la actividad normal", explica. Pero el plan de reapertura no funcionó como se esperaba. Según él, la gente desobedeció agresivamente y creó un escenario en que el virus creció.
Miami, la "Manhattan del sur" como algunos la llaman, ahora no quiere mirarse en ese espejo. La sombra de Nueva York amenaza, pero aún está lejos. La cifra total de muertes de Florida es el 15% de las registradas en el estado del nordeste. Mientras allí el récord de muertos diarios llegó a 800, aquí es de 156. No hay morgues colapsadas por ahora, aunque el martes pasado el estado encargó cuatro camiones refrigerantes.
Una parte de la población presiona para que Miami cierre. Pero el condado prefirió primero reforzar controles. El jueves se aprobó una ordenanza de emergencia que dispone una multa de 100 dólares para aquellos que no usen tapabocas en público. En apenas una tarde se emitieron 35 citaciones.
Los hospitales están llegando a su capacidad máxima. Están en falta profesionales de la salud. Miami recibirá en estos días mil médicos y enfermeras. Un hotel con 350 camas sumará lugares de aislamiento.
José Gonzales Zamora, especialista en enfermedades infecciosas de la Universidad de Miami y Jackson Memorial Hospital, confirma un incremento muy marcado del ingreso hospitalario. "Cada día se pone peor. Esto es algo de las ultimas dos o tres semanas", relata a LA NACION. En los últimos dos días, el condado agotó las dosis de remdesivir (fármaco usado para tratar el Covid-19) que tenía para dos semanas.
Gonzales Zamora confirma que la situación es crítica, si bien la tasa de mortalidad hoy es más baja que al inicio de la pandemia. "Ahora afecta a gente más joven, sumado a que hemos aprendido del virus y tenemos más herramientas para combatirlo", explica.
El hospital empezó a instalar una carpa con camas adicionales. El condado también convocó personal para poner en marcha el hospital sanitario que se alistó en abril en el Centro de Convenciones de Miami Beach, a pasos de la peatonal Lincoln Road. Hasta ahora, nunca había atendido un solo paciente. Habrá que rezar para que el diablo no meta la cola: es época de huracanes, y la isla es un lugar de posible evacuación.
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