Florida: el decisivo peso del voto latino
MIAMI.- Si los republicanos hubiesen nominado a Marco Rubio o a Jeb Bush para la presidencia, Tomás Regalado se habría abalanzado a votar por alguno de esos dos candidatos. "Los hubiera apoyado con todo", dice Regalado, alcalde republicano de Miami, desde su oficina con vista a Biscayne Bay. Pero el actual alcalde y ex periodista ahora ha decidido mantenerse al margen de la carrera presidencial.
Considera que Hillary Clinton no es digna de confianza, pero cree que Donald Trump es un candidato nocivo que ha profundizado las divisiones raciales. En Miami, afirma, Trump es visto como "un abusador, una persona que desprecia a todo aquel que no se le parece".
Regalado tiene 69 y dice haber recibido una catarata de virulentos mails, algunos incluso que mencionan a Trump, como por ejemplo "Trump tiene razón, todos ustedes deberían volverse a su país". Regalado nació en La Habana y emigró a Estados Unidos en la adolescencia.
Desde que Trump se convirtió en el presumible candidato republicano, fue consolidando el apoyo de los líderes nacionales del partido y de muchos militantes de a pie. En muchas encuestas, incluso en Florida, está cabeza a cabeza con Hillary Clinton. Pero el extremo sur del estado indeciso más poblado del país se ha convertido en una implacable excepción a esa tendencia, sobre todo en el condado de Miami-Dade, un densamente poblado bastión de la diversidad que concentra alrededor del 10% del electorado de toda Florida. Así como Trump ha apuntalado eficazmente su campaña a nivel nacional con el fuerte apoyo de los blancos, Florida puede convertirse en un feroz castigo a esa estrategia, ya que aquí los hispanos, incluidos los cubano-norteamericanos conservadores que ayudaron a que George W. Bush se alzara dos veces con el estado, le escapen en masa a su candidatura.
Trump ha pisoteado la sensibilidad de los habitantes locales de mil maneras diferentes, desde el ninguneo hacia Rubio y Bush hasta su brutalidad personal, sus comentarios hirientes sobre la inmigración y su apoyo a las relaciones abiertas con el gobierno de Raúl Castro.
Además de Regalado, dos parlamentarios republicanos por Florida, Ileana Ros-Lehtinen y Carlos Curbelo, ya han dicho que no apoyarán a Trump en noviembre, al igual que Carlos A. Gimenez, alcalde republicano del condado Miami-Dade. Los cuatro son cubano-norteamericanos.
Roxana León, una votante independiente de 63 años nacida en Chile, dice que quiere un cambio en Washington, pero que Trump le resulta demasiado cuestionable. "No es la persona indicada", dice León, que trabaja como secretaria. "Estoy harta del viejo establishment, pero voy a votar a Clinton."
Y si Trump pierde estrepitosamente en Florida, se verá obligado a hacer diferencia en otra parte
A. Burns
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