Fin de la era Merkel: qué impacto tiene en América Latina la salida de la canciller del escenario global
Merkel visitó la región en contadas ocasiones. Llegó a la Argentina en 2017 para mostrar su apoyo al entonces presidente Mauricio Macri, y al año siguiente para la cumbre del G-20
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La era Merkel llega a su fin tras 16 ininterrumpidos años en el gobierno de Alemania. Quien se consagre ganador en las elecciones de este domingo representará al gigante económico de la Unión Europea por un período de al menos cuatro años. Además de dirigir a una nación de 83 millones de personas, el próximo canciller, junto con el partido o el gobierno de coalición que lidere el Bundestag tras los comicios, deberá ocuparse de un tema central: la política exterior. Y esto incluye a América Latina.
“Entender el mundo… saber dónde pueden intervenir los actores políticos y con quién pueden trabajar y con quién deben trabajar para lograr algo, esa es una tarea en la que estoy trabajando continuamente”, dijo a la revista alemana Bunte en una entrevista en el 2006 la “mutti” de los alemanes.
En casi dos décadas de mandato, la mujer más poderosa del mundo según Forbes tuvo que hacer frente a grandes crisis decisivas que marcaron tanto a la política interna de su país como al curso de Europa. Desde la debacle del euro y la oleada migratoria, pasando por el Brexit y la erradicación de la energía nuclear, hasta la pandemia de coronavirus.
Con su pragmatismo y la búsqueda de la estabilidad como su norte, Merkel logró acuñar su puesto como reina de Europa y cerrar su legado con un 77% de los encuestados en 16 naciones confiando en que “siempre hace lo correcto” en política exterior. Pero esto no estuvo exento de críticas, entre ellas, cuestionamientos acerca de su poco interés en la región conocida como el patio trasero.
“En general, se puede decir que América Latina nunca fue primera prioridad para el gobierno de Merkel”, aseguró Detlef Nolte, investigador asociado del Instituto Alemán de Estudios Globales y de Área (GIGA), en conversación con LA NACION. “Pero creo que lo mismo se podría decir para cualquier gobierno alemán”.
La lista de prioridades de Alemania en política exterior es extensa. Indudablemente Europa ocupa el primer lugar. Le siguen los aliados estadounidenses, por temas de seguridad y comercio. El foco de atención estará después en Rusia, por su rivalidad natural, y luego tal vez vengan China, por su crecimiento económico, y Medio Oriente, por ser arena de conflictos constantes. “África y América Latina competirían entre sí por el siguiente lugar”, analizó el académico alemán.
Respetada en su mayoría por los líderes latinoamericanos, Merkel ha visitado países de la región en contadas ocasiones. Pisó la Argentina en dos oportunidades: en 2017 -tras viajar a México- con la intención de reforzar las relaciones y mostrar su apoyo al entonces presidente Mauricio Macri, y para la cumbre del G20 en el 2018.
Extraoficialmente, analistas consideraron en aquel entonces que su paso por América Latina estuvo dirigido en parte a establecer nuevas alianzas globales y presentarse como una alternativa al poder estadounidense tras la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca, un mandatario cuestionado por la alemana, quien ocupó su espacio como “líder del mundo libre”.
En los ejes centrales que involucran las relaciones diplomáticas alemanas-latinoamericanas, los expertos consultados por este medio expresaron que uno de los temas principales es la economía. Las grandes empresas alemanas, como las de automóviles, cuentan con sus sucursales en América Latina. También importan las exportaciones de mercadería europea y alemana a la región.
No obstante, “si uno mira el panorama general, las inversiones alemanas [en la región] significan el 2,6% del grueso de las inversiones alemanas en el mundo. El comercio es algo así como el 2,3%. Osea, son cifras muy pequeñas y muy poco relevantes”, profundizó en diálogo con LA NACION Alberto Davérède, director del Comité de Asuntos Europeos del Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales (CARI).
En materia política, con el diálogo entre la CELAC y la Unión Europea interrumpido, la agenda multilateral es lo que más vincula a ambas partes. En particular, el nexo cultural por los grupos alemanes que emigraron al continente – destacado por la misma Merkel en su visita a la Argentina - y la promoción de los valores compartidos, en especial la defensa de la democracia y los derechos humanos, por lo que, en sesiones de organismos como la ONU, Alemania siempre se ha proclamado en favor de las democracias latinoamericanas y condenado regímenes como Venezuela.
Tendencias a futuro
“América Latina estuvo totalmente ausente en los debates de campaña y eso es un poco por la vinculación entre las regiones, que no ha sido demasiado alta”, señaló Davérède.
Es probable que quien resulte victorioso en las elecciones parlamentarias tenga que formar un gobierno de coalición para gobernar como lo hizo Merkel durante tres mandatos. Dependerá de quiénes integren este grupo el futuro de las relaciones entre América Latina y Alemania. Por ser este país uno de los líderes europeos, también marcará el camino de los lazos entre la Unión Europea y la región.
En esta relación, un punto importante a tener en cuenta es el acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea. Para María Victoria Álvarez, especialista en políticas e instituciones del Mercosur de la Universidad Nacional de Rosario, esta unión “a nivel de mercado es muy relevante por el valor que tienen ambas economías”.
El acuerdo entre los bloques, negociado durante más de dos décadas, está actualmente parado, entre otras cuestiones, por cuestionamientos a la política ambiental del presidente Jair Bolsonaro.
Según un sondeo de la Rainforest Foundation de Noruega, el 75% de los encuestados en 12 países europeos están a favor de que sus gobiernos no ratifiquen dicho acuerdo a menos que exijan el cese de la deforestación en el Amazonas, incluso si esto implica reducir las exportaciones entre Europa y América del Sur.
“Veo una Alemania favorable al acuerdo, la oposición está más en Francia. No veo que haya oposición para la ratificación en un cambio de gobierno alemán”, opinó Álvarez en una entrevista telefónica con LA NACION.
Por su parte, Davérède consideró que “el resultado [de la elección] sí va a marcar algunas tendencias”, en especial si quienes integren la coalición gobernante presionan para impulsar aún más la agenda ambiental.
“Por ejemplo, si ganan los Verdes, la agenda ambiental se va a reforzar”, advirtió, lo que podría influir aún más en el dilema del Parlamento Europeo por aprobar o no dicho tratado comercial.
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