Filipinas sufrió la furia del ciclón más potente del año en el mundo
TUGUEGARAO.- El supertifón Mangkhut provocó la muerte de al menos diez personas en Filipinas, adonde azotó el norte del archipiélago con fuertes vientos (más de 200 km/h y rachas de más de 300 km/h) y lluvias torrenciales, y de por lo menos una persona en Taiwán. Además, obligó a decenas de miles de personas a abandonar sus casas y destruyó edificios y caminos.
El fenómeno siguió rumbo a las pobladas costas del sur de China y el territorio de Hong Kong , que entraron en alerta ante la amenaza del ciclón, que golpearía con fuerza a su llegada prevista para hoy.
Al menos diez personas murieron y otras seis desaparecieron en la ciudad montañosa de Baguio después de que los vientos y la lluvia destruyeron casas y provocaron aludes que bloquearon caminos, según informó el alcalde de la ciudad, Mauricio Domogan.
A este balance se suma la muerte de una mujer que fue arrastrada por las olas en Taiwán. La isla, aunque se sitúa a cientos de kilómetros de Filipinas y de la trayectoria del tifón, sufre fuertes precipitaciones desencadenadas por Mangkhut.
Ricardo Jalad, jefe de la oficina nacional de Defensa Civil, sostuvo: "Este número [de víctimas] debería aumentar a lo largo de las horas". Por lo menos seis personas están desaparecidas.
Informes no confirmados daban cuenta de un número desconocido de víctimas en la ciudad costera de Aparri, en la provincia de Cagayan. A ese registro se añadió la muerte de una mujer que fue arrastrada por las olas en Taiwán, situada a cientos de kilómetros, pero blanco de las lluvias derivadas de Mangkhut, cuyo radio de influencia se extendió en toda la región.
El ojo del tifón más poderoso que haya golpeado este año a Filipinas tocó tierra antes del amanecer en la provincia de Cagayán, en el extremo nororiental de la isla de Luzón. Es una zona agrícola con llanuras arroceras propensas a las inundaciones y zonas montañosas con un historial de aludes de lodo mortíferos.
Alrededor de cuatro millones de personas se encontraron al paso del destructor tifón. Vuelos y viajes por mar fueron cancelados. Resultaron dañadas estructuras del aeropuerto regional en la provincia de Cagayan y todas las conexiones por aire, mar y tierra de esa zona quedaron prácticamente bloqueadas.
Luego de atravesar la isla de Luzón hacia el Mar de China Meridional, rumbo al sur de China y Hong Kong, los vientos sostenidos de Mangkhut se debilitaron a 170 kilómetros por hora, con rachas de hasta 260 km/h. El vórtice del tifón podría llegar a China a última hora del domingo. Los residentes de las zonas costeras se preparan para lo peor.
"De vida o muerte"
Aunque disminuyó la fuerza del viento, las autoridades filipinas advirtieron que hay un peligro persistente. "Sigue siendo una situación de vida o muerte", dijo el secretario de Defensa de Filipinas, Delfín Lorenzana, y agregó que hubo ahogamientos por la crecida de ríos en regiones de montaña.
El tifón llegó al inicio de la época de cosecha del arroz y el maíz en Cagayán, lo que hizo que los agricultores intentasen salvar la mayor parte posible de sus cultivos, según explicó el gobernador local, Manuel Mamba.
Siguen vigentes alertas por tormenta en más de 10 provincias del norte de Filipinas. Decenas de miles de personas que estaban en la ruta del tifón habían sido evacuadas. En Tuguegarao, la capital de Cagayán, volaron tejados, ventanas y árboles, y hay escombros por todas partes.
A las cuatro personas que murieron en Filipinas se suma la muerte de una mujer que fue arrastrada por las olas en Taiwán. La isla, aunque se sitúa a cientos de kilómetros de Filipinas y de la trayectoria del tifón, sufre fuertes precipitaciones desencadenadas por Mangkhut.
"Fin del mundo"
Quienes viven en las zonas golpeadas por el tifón vivieron horas de angustia ante la violencia desencadenada por Mangkhut. "Daba la impresión de que era el fin del mundo. No pude dormir", contó por telefóno a la AFP Bebeth Saquing, una habitante de Luzón. Su casa resistió el ímpetu del viento.
Hiroshi Ishihara, de la agencia meteorológica japonesa, aseguró: "Entre todos los tifones este año, este [Mangkhut] es el más fuerte, los vientos que le acompañan son los más violentos".
Vecinos y comerciantes en Filipinas, Taiwán, Hong Kong y otras zonas costeras del sur de China cubrieron sus ventanas como pudieron y reforzaron sus tejados para protegerse. Más de 100.000 personas dejaron sus hogares al huir del tifón en esta región principalmente rural y agrícola.
Tras el paso de Mangkhut, los socorristas filipinos fueron desplegados en las regiones rurales y montañosas más afectadas. La magnitud de los daños apareció a lo largo del día con el derrumbe de colinas llenas de agua, inundaciones incontrolables que bajaban por las calles y la evacuación de los habitantes de sus casas inundadas.
El vórtice del tifón podría llegar a Hong Kong y China a última hora del domingo. Los residentes de las zonas costeras se preparan para lo peor, aunque el Observatorio Meteorológico de Hong Kong exhortó a la prudencia y explicó que la tormenta constituye una "amenaza considerable".
Las estanterías de las panaderías y de los supermercados hongkoneses comenzaron a vaciarse rápidamente porque habitantes y visitantes almacenaron provisiones a la espera de la llegada del tifón. Lo mismo pasó en el territorio vecino de Macao.
La compañía aérea de Hong Kong, Cathay Pacific, prevé la cancelación de más de 400 vuelos en los tres próximos días.
China y Filipinas acordaron posponer una visita del ministro de Asuntos Exteriores chino Wang Yi, que debía comenzar mañana.
El fantasma de Haiyan
Una veintena de tifones golpean cada año el archipiélago, que en general causan cientos de muertes y agravan la pobreza de millones de personas. En la memoria filipina ronda el fantasma de Haiyan, uno de los tifones más violentos que se haya ensañado con la isla, con vientos de más de 315 km/h en noviembre de 2013.
Inmensas olas similares a las de un tsunami arrasaron todo a su paso. La catástrofe causó más de 7350 muertos o desaparecidos, y cuatro millones de personas quedaron privadas de sus viviendas.
Mangkhut se dirige ahora hacia el sur de China y Hong Kong. Las estanterías de los supermercados hongkoneses comenzaron a vaciarse rápidamente. Ante el alerta, los habitantes almacenan provisiones a la espera de la llegada del tifón. La misma situación ocurría en el territorio chino vecino de Macao.
El Observatorio Meteorológico de Hong Kong llamó a la prudencia y explicó que la tormenta constituye una "amenaza considerable" en las costas de China.
Más de 50.000 pescadores y 11.000 barcos de pesca fueron sacados preventivamente de actividad en los puertos de la provincia china de Fujian (este), en previsión de la potente llegada del tifón, que avanzaba hacia las provincias de Guangdong y Hainan.
Agencias AFP, AP y Reuters
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