Fiesta de la Liberación: una histórica fecha para Italia vuelve a dejar a Meloni en el centro de una polémica
En el feriado emblemático del 25 de Abril, que recuerda el fin del nazi-fascismo, la premier italiana reiteró su rechazo a la dictadura de Mussolini y a todos los totalitarismos, pero igual hubo controversia
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ROMA.- No hubo caso. Por segundo año consecutivo, Giorgia Meloni no pudo evitar las tradicionales polémicas que suelen rodear el 25 de Abril, feriado emblemático en Italia en el que se recordó, con actos y marchas, el 79 aniversario de la liberación de Italia del nazi-fascismo, una fecha que también estuvo marcada por tensión por diversas manifestaciones pro-palestinas.
El 25 de Abril se celebra el fin de la dictadura de Benito Mussolini, que se alió con el régimen nazi de Hitler arrastrando a la península en la Segunda Guerra Mundial y exponiéndola a ocupación, devastación y masacres; al mismo tiempo, marcó el nacimiento de un nuevo período marcado por libertad, democracia y antifascismo, valores reconquistados gracias a los partisanos que lucharon en la Resistencia.
Como el año pasado, Meloni por la mañana acompañó al presidente, Sergio Mattarella, en la tradicional ceremonia de deposición de una corona al monumento del soldado desconocido del Altar de la Patria de Piazza Venezia. Luego, en un posteo de Instagram, como ya había hecho al asumir al frente del gobierno, a fines de 2022, y hace un año, se despegó del fascismo. Pero no pronunció la palabra “antifascismo” ni se definió “antifascista”, como le vienen reclamando insistentemente desde la oposición de centroizquierda. Algo en verdad complicado ya que significaría para ella renegar de sus orígenes y sería difícil de comprender para buena parte de su electorado.
“En el día en que Italia celebra la Liberación, que con el fin del fascismo puso las bases para el retorno de la democracia, reiteramos nuestro rechazo a todos los regímenes totalitarios y autoritarios. Los de ayer, que han oprimido a los pueblos en Europa y en el mundo y los de hoy, que estamos determinados a contrastar con compromiso y coraje”, aseguró la primera ministra, al frente del gobierno más de derecha jamás habido en Italia desde el nacimiento de la República, después de la Segunda Guerra Mundial.
“Seguiremos trabajando para defender la democracia y por una Italia finalmente capaz de unirse sobre el valor de la libertad”, agregó. “¡Viva la libertad!”, cerró la líder de Hermanos de Italia, partido de heredero del Movimiento Social Italiano (MSI), fundado en 1946 por exfascistas, que aún mantiene la misma “fiamma tricolore” en su símbolo.
El posteo de Meloni no logró acallar las polémicas de los últimos días porque la RAI, la televisión pública, que ya se encuentra en el ojo de la tormenta por malos manejos, ahora además censuró “por motivos editoriales” un monólogo de un famoso escritor que atacó a Meloni por haber evitado hasta ahora proclamarse “antifascista”.
“Hasta que esa palabra -antifascismo – no será pronunciada por quien nos gobierna, el fantasma del fascismo seguirá”, escribió el reconocido escritor Antonio Scurati. Si bien el autor de M, una exitosa trilogía sobre Benito Mussolini, nunca apareció en el programa de TV en cuestión, la censura provocó el efecto contrario y su monólogo tuvo mucho más eco. Fue dado a conocer por todos los diarios, leído una y otra vez en actos y mítines, este jueves, poniendo en problemas al oficialismo. Es más, Scurati fue ovacionado cuando leyó el texto en Milán frente a la multitud, en una de las manifestaciones más concurridas de la Fiesta de la Liberación.
Hábil política, Meloni había sido la primera en distanciarse de ese gol en contra, al publicar íntegro el monólogo de Scurati en su página Facebook. “En una Italia llena de problemas, también hoy la izquierda está armando un escándalo”, denunció la premier, que tras admitir que no sabía bien qué había pasado -si todo tenía que ver con un cachet demasiado alto pedido por el escritor, como se había dicho en un principio, o no-, sentenció que ella, que “siempre había sido censurada por el servicio público, jamás pediría la censura de nadie”.
En medio de la controversia por el rechazo de Meloni a pronunciar la palabra “antifascista”, hubo quienes recordaron que en 1994, en lo que se definió un “giro histórico”, en la localidad de Fiuggi Gianfranco Fini, exjefe de Meloni entonces al frente del partido de derecha Alianza Nacional, heredero del MSI y antecesor de Hermanos de Italia, declaró textualmente que era “justo pedirle a la derecha italiana afirmar sin reticencias que el antifascismo fue un momento esencial para el retorno a los valores democráticos que el fascismo había pisoteado”.
En un intento de defender a Meloni en acto que hubo en la ciudad de Treviso, el ministro de Justicia, Carlo Nordio, fue abucheado al asegurar que el reclamo a autodefinirse “antifascistas” era “retórico”, visto que “al haber jurado ser fieles a la Constitución, es obvio que somos antifascistas”.
Al margen de esta polémica, la fecha patria estuvo marcada este jueves por la guerra entre Israel y el grupo terrorista Hamas y la irrupción en la Fiesta de la Liberación de manifestantes pro-palestinos que protestaron por la devastación y la masacre ocurrida en Gaza en los últimos seis meses. Hubo momentos de tensión, enfrentamientos con la policía y algunos arrestos.
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