Feroz disputa en la oposición venezolana mientras se extingue el mandato de Juan Guaidó
Propone a la nueva mayoría del Parlamento que elija un nuevo presidente encargado y no ceder ante el chavismo
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BOGOTÁ.– La refriega interna en la oposición venezolana, a costa de la eliminación de la presidencia encargada, alcanzó este jueves momentos de máxima tensión cuando la nueva mayoría forzó la convocatoria para el viernes de la sesión extraordinaria del Parlamento que ratificará el fin del gobierno interino. Los diputados del llamado G-3, conformado por Primero Justicia (PJ, centrista), Acción Democrática (AD, socialdemócrata) y Un Nuevo Tiempo (UNT, socialcristiano), obligaron a que Juan Guaidó diera marcha atrás a su pretensión inicial de retrasar este pleno trascendental hasta el 3 de enero.
“Reitero que la insistencia de mantener la presidencia encargada no es por Juan Guaidó, sino un deber constitucional para defender a los venezolanos y preservar la unidad. Cumplamos nuestro rol”, subrayó en un mensaje al país el líder opositor, que propuso a la nueva mayoría que en vez de suprimir el gobierno interino vote un nuevo presidente para “mantener la institucionalidad”.
La salida que ofrece Guaidó, y a la que atribuye peso constitucional, se pondría en marcha durante la votación tradicional del 5 de enero, el día que la Asamblea Nacional (AN) decide quién conformará la mesa directiva del Poder Legislativo, integrada por presidente, vicepresidentes y secretario. De esta forma, el hasta ahora presidente encargado se haría a un lado como contrapartida a la renovación por un año más del gobierno interino, que ya cumple cuatro años de desafío contra Nicolás Maduro y su régimen.
Quienes apoyan a Guaidó, tanto Voluntad Popular (VP) como otros partidos pequeños y parlamentarios independientes, además de la Fracción 16-J encabezada por la radical María Corina Machado, pretendían ganar unos días para buscar lo que parece una extinción inevitable. El propio Guaidó se atribuyó el poder de retrasar la sesión prevista para este jueves tras escuchar a distintos actores políticos, entre ellos al vicepresidente legislativo Juan Pablo Guanipa, uno de los 72 diputados que la semana pasada votaron en su contra.
“Es imperativo agotar todas las vías posibles para presentar en segunda discusión una propuesta que interprete el anhelo de cambio del pueblo venezolano. En nosotros está la decisión de presentar un proyecto de consenso que nos fortalezca y no generar un choque que nos debilite”, sorprendió Guanipa, uno de los precandidatos presidenciales de PJ.
Algo que no comparte su propio partido y el resto de la nueva mayoría, que acusó a Guaidó de no consultar con los jefes de las bancadas la suspensión de la sesión. Su argumento fue taxativo: si el presidente del Parlamento se niega a convocar el reglamento de la AN les otorga la potestad de convocar una sesión extraordinaria.
El G-3 reaccionó con furia tras la maniobra de Guaidó. “La inmensa mayoría de esta AN que representamos demuestra su preocupación tras no convocar la sesión dentro de los lapsos establecidos lo que acarrea graves consecuencias y pone en riesgo el desempeño del Parlamento y la protección de los activos”, destacaron en un comunicado.
La nueva mayoría asegura que ha mantenido conversaciones con sus aliados internacionales, que les han garantizado que el nuevo esquema de poder que proponen también será capaz de proteger los activos bloqueados en el extranjero, que se calcula suman cerca de 40.000 millones de dólares.
En declaraciones a LA NACION, el todavía presidente interino aseguró que “entregar una herramienta constitucional de lucha es un error evidente, como si en la guerra que se libra en Ucrania por la invasión rusa entregarán las herramientas que tienen para resistir, para defender el terreno”.
El quiebre interno es de tal dimensión que analistas vaticinan que las elecciones primarias previstas para junio romperán aún más la frágil alianza democrática en beneficio de Maduro. “Quiero pensar que no hay un cálculo político detrás (de la iniciativa de la mayoría opositora). Cada diputado tiene un voto de conciencia y deben hacer lo mejor para el país. Estamos en dictadura”, recordó Guaidó a sus antiguos aliados.
La cuenta regresiva para el presidente encargado se inició la semana pasada, cuando 72 diputados votaron a favor de su eliminación, 23 lo hicieron en contra y 9 se abstuvieron. La fecha tope para tomar la decisión definitiva es el 4 de enero, un día antes de que se elija quién presidirá la nueva prórroga anual de la AN. Guaidó lo ha hecho en las últimas cuatro legislaturas anuales, pero su reelección también está en entredicho.
La pulseada mantiene atónito al país político, pero se desarrolla a espaldas de los venezolanos de dentro y de fuera, indiferentes ya desde hace tiempo a lo que sucede en el interior de la alianza democrática. “Nos tocó la peor tiranía de la corta historia republicana de Venezuela, en el mismo tiempo, salvo honrosas excepciones, de la oposición más incapaz y ruin. Qué desgracia tan grande”, se quejó el politólogo Walter Molina Galdi.
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