Fernando Haddad, futuro ministro de Economía de Brasil: “En este momento, lo más importante es armonizar la política fiscal y monetaria”
El exalcalde de San Pablo defendió la reindustrialización con tecnología de punta y ambientalmente sustentable y prometió diversidad en su equipo ministerial
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RIO DE JANEIRO.- El futuro ministro de Hacienda del gobierno de Lula da Silva, Fernando Haddad, dijo durante una entrevista que tiene “un diálogo maduro” con el presidente del Banco Central de Brasil, Roberto Campos Neto, defendió la reindustrialización con tecnología de punta y ambientalmente sustentable, y prometió diversidad en su equipo ministerial.
-Su equipo ha sido criticado por ser demasiado homogéneo desde el punto de vista del pensamiento económico. Pero también es muy homogéneo en otros sentidos: salvo el procurador general de Hacienda, todo su equipo está compuesto por hombres blancos y casi todos paulistas.
-Esta semana anuncié la designación de dos mujeres, una negra y una blanca, como mis asesoras directas. Tatiana Rosito, un diplomática que vivió diez años en China, y una procuradora, Fernanda Santiago, que dará seguimiento a todos mis actos normativos. Así que todos esos hombres blancos que usted menciona recibirán la indicación de armar sus equipos con la mayor pluralidad posible.
-¿Y la homogeneidad ideológica en materia económica?
-Lo que no puede ser homogéneo es el gobierno. Por eso ya tenemos a Alckmin en Desarrollo, que tiene un tipo de pensamiento, y en Planificación habrá una visión de la economía diferente a la defendida durante la elección, porque hubo una alianza para la segunda vuelta. En el equipo hay diferencias. No se me ocurren dos personas que piensen más distinto, por ejemplo, que Guilherme Melo y Bernard Appy. Son personas muy diferentes. Lo mismo que Rogério Ceron y Gabriel Galípolo.
-Durante la campaña, la futura ministra de Planificación, Simone Tebet, se rodeó de liberales. ¿Cómo se manejarán estos desacuerdos?
-El presidente electo se reunió con nosotros el martes durante una hora y media. Simone tiene mi simpatía personal, es una persona transparente, que suma y reflexiona. Y en esa reunión dijo que hay más de un 90% de coincidencias entre su agenda y la mía. En cuanto a los posibles desacuerdos, hay un órgano de arbitraje, que es la Presidencia de la República. Además, todos integraremos juntos el Consejo Monetario Nacional, el Camex, y tantos órganos colegiados. No creo mucho en los manuales, sobre todo en política económica. Escribir un artículo para una revista especializada es un ejercicio intelectual, algo muy distinto a tomar decisiones, a veces en menos de 24 horas. Quien tiene una postura dogmática en relación a una escuela de pensamiento económico y no se mueve de ahí ni siquiera cuando la evidencia le demuestra lo contrario, es una persona con poca sensibilidad. Pero no tengo nada en contra de las escuelas de pensamiento económico, y de hecho las transito todas. Gobernar es algo muy complejo, y hacer una política económica también. Guiar las expectativas es algo complejo. Por eso el cargo de ministro muchas veces recae en una persona que tiene, además de conocimientos técnicos, una visión política de la situación. Elaboramos un informe técnico que muestra que los gastos no aumentarían en proporción al PBI, y esto ayudó a converger en la aprobación de la PEC (Propuesta de Reforma a la Constitución). Llegamos a un denominador común que cosechó hasta 366 votos.
-La economía se está desacelerando. ¿Qué hará el Ministerio de Hacienda para evitar que la situación se profundice?
-La economía fue desorganizada con fines electoralistas. Ahora los actores del mercado esperan que el próximo gobierno de las señales correctas para saber en qué barco estamos. Mi sensación es que tenemos una gran oportunidad. Pero es efectivamente cierto que la economía se está desacelerando. Hubo una leve mejora en las proyecciones de crecimiento para el próximo año. Estábamos pensando las cosas con una proyección de crecimiento del 0,5% y ahora es del 0,9%. Nosotros vamos a trabajar pensando en un crecimiento de más del 1%. Eso no significa que no podamos corregir el rumbo sobre la marcha. Vamos a ir tomando medidas y a analizar la reacción de los mercados.
-Existe la idea de que un aumento del gasto público genera un aumento del consumo, que a su vez genera crecimiento, aumenta los ingresos y soluciona el problema del déficit público. ¿Usted cree que el ciclo es efectivamente así?
-¿Bajo qué circunstancias? ¿El estímulo fiscal a veces es importante y otras no? En este momento, lo más importante es armonizar la política fiscal y monetaria, para tener una política económica consistente. ¿La política fiscal expansiva siempre es incorrecta? No, cuando hay recesión no lo es. Mucha gente critica al presidente Lula por su reacción a la crisis de 2008, pero yo lo aplaudo. Dadas esas circunstancias, yo haría lo mismo.
-Pero en 2010, cuando la economía dio un giro, la política monetaria siguió siendo expansiva.
-En ese momento hubo un cambio estructural. El escenario internacional cambió. Era hora de hacer también un cambio estructural interno, pero se consideró que esa crisis se estaba disipando. Pero no se estaba disipando… No es que el Lula del segundo mandato contradijo al Lula del primero. En el segundo mandato, Lula enfrentó exitosamente un escenario por entonces desconocido. No se conocía la magnitud del problema. A partir de 2010, crecés a un 7,5% anual y empezás a cambiar estructuralmente la economía. El ciclo de las materias primas termina después de 2012, y desde entonces esa forma de entender la economía tendría que haber cambiado también. Por eso las críticas a las exenciones.
-Cuando se le pregunta a alguien del PT qué le critican al gobierno de Dilma, hablan solo de las exenciones. Pero hubo otros errores que llevaron a la recesión y al aumento de la inflación...
-Son varios factores que confluyeron en el peor momento. Administración de precios, tarifas del transporte en las grandes ciudades, la forma en que compramos la llamada “agenda Fiesp” en relación a los precios de la energía y que fue prácticamente una estafa ¿o no? Y lo aceptamos casi acríticamente.
-¿Y la administración del precio de los combustibles?
-Yo hablaría de la administración de precios en general. En ese momento hubo una combinación de medidas que tuvieron un efecto negativo. Pero también hubo responsabilidad compartida con la oposición, que comenzó a aprobar pautas-bomba para crear el ambiente de juicio político, según palabras del senador Tasso Jereissati. El presidente Lula fue elegido para resolver una crisis que comenzó en 2013. Las personas comprometidas con la libertad, la democracia y la justicia social deberían dejar un poco de lado sus diferencias y hacer lo necesario para evitar otro desastre como el que pasó, que es este gobierno que ahora termina.
-Si la economía falla, todo el edificio de la democracia podría verse comprometido. ¿No estaremos simplemente postergando la muerte de la democracia?
-Soy plenamente consciente de la responsabilidad de nuestro gobierno con la agenda democrática. Me siento bien rodeado por el presidente Lula, el vicepresidente Alckmin en Desarrollo, y un equipo económico que conoce sus responsabilidades. Pero eso no significa que no podamos cometer errores. No somos necios. Vamos a poner a prueba cada una de nuestras hipótesis.
Por Míriam Leitão
Traducción de Jaime Arrambide
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