Familia Safra: la guerra de los herederos del hombre más rico de Brasil llegó a su fin

NUEVA YORK.- Después de seis años de peleas familiares, que incluyeron acusaciones de que la esposa y algunos de los hijos habían manipulado al banquero Joseph Safra, enfermo de Mal de Parkinson y fallecido en 2020, para desheredar a otro de los descendientes, la familia más rica de Brasil llegó este viernes a un acuerdo de paz en los tribunales de Nueva York.

Aunque no hubo detalles del arreglo, las dos partes en disputa dieron a conocer breves comunicados. “Estoy feliz de dejar atrás este asunto. Después de aclaraciones, entendí que no hubo irregularidades y que el patrimonio del señor José fue debidamente distribuido de acuerdo con sus deseos”, declaró Alberto, el hijo en discordia, en lo que pareció ser una retractación sobre sus acusaciones. La otra parte de la familia, su madre y hermanos, lanzó otro texto en el que señaló que la resolución les permitirá seguir sus respectivos intereses empresariales y que “el éxito de cada miembro será motivo de satisfacción compartida”. El único detalle que informaron fue que Alberto dejará el Grupo J. Safra, y que se anularán todos los procesos judiciales y de arbitraje pendientes, tanto en Brasil como en Estados Unidos.

El banquero Joseph Safra, o simplemente don José, había construido un imperio con el Banco Safra que cuando falleció hace cuatro años estaba estimado en 23.200 millones de dólares, según Forbes. Murió siendo el hombre más rico del país y también uno de los más discretos. Nunca se supo demasiado de su vida personal ni de su familia, siempre huyendo de los focos y las revistas… Hasta que empezaron las desavenencias. Por un lado; la viuda, Vicky, y sus hijos Jacob y David, autoproclamados defensores de la memoria del jefe de familia. Por otro, el hijo díscolo, Alberto, que fue desheredado y llevó a su madre y a sus hermanos a los tribunales.

Pero para comprender el último capítulo de lo que bien podría ser un remake brasileño de la serie Succession hay que remontarse al año 2019. Los hermanos Alberto y David estaban al frente del Banco Safra en Brasil, pero ese año Alberto dejó el banco y fundó por su cuenta la gestora ASA Investments, en medio de fuertes rumores de una pelea entre los descendientes. En aquel momento, Alberto se llevó a los mejores ejecutivos del banco a su nuevo negocio, lo que desagradó profundamente a su padre, que llegó a advertir a esos directivos que si se iban se lo tomaría como una afrenta personal. Entonces fue que el patriarca, tremendamente disgustado con su hijo Alberto, lo desheredó. Luego murió por causas naturales a los 82 años justo un año después.

Fue ahí que empezaron las discusiones por el testamento y la acusación de Alberto al resto de la familia, quien afirmó que su padre, que padecía Parkinson, carecía de la capacidad mental para ejecutar los tres nuevos testamentos en los que fue desheredado.

En 2021, las dos partes casi llegan a un acuerdo particular para evitar litigios sobre una fortuna inmensa, pero el año pasado todo se enturbió definitivamente cuando la riña familiar saltó a la Justicia. Alberto denunció a su madre y a sus dos hermanos ante la Corte Suprema del Estado de Nueva York. Los acusó de diluir a propósito su participación en el holding del Safra National Bank (centrado en captar como clientes a grandes millonarios de Estados Unidos) para expulsarlo del imperio familiar. Además, aseguró que hicieron todo a espaldas de su padre. Bloomberg News informó en 2022 que Alberto Safra estaba buscando vender su participación a sus hermanos, un acuerdo que eventualmente le podría generar hasta US$5000 millones.

En aquel momento el comunicado de la viuda y de sus hijos fue contundente: “Después de que Alberto se negara varias veces a cambiar de planes, Joseph lo desheredó y tomó medidas. Ahora Alberto promueve una disputa contra toda la familia, diciendo que el padre no tendría motivos para hacer lo que hizo, alegando que se trata de una conspiración para perjudicarlo. La familia lamenta el camino adoptado por Alberto, que primero atentó contra su padre en vida y ahora lo hace contra su memoria”.

De todas maneras, por un lado corrieron las disputas familiares y por otro la buena marcha de los negocios. La viuda Vicky Safra, que hoy tiene 72 años, fue en 2023 la persona más rica de Brasil, según la lista de Forbes, que por primera vez encabezaba una mujer. La todopoderosa matriarca, nacida en Grecia y nacionalizada brasileña, pasa la mayor parte del tiempo en Suiza y es la última representante de una saga de banqueros judíos que arrancó en las calles de Aleppo, el centro financiero de Siria, en el siglo XIX. A Joseph lo conoció en el Líbano y se casó con él con apenas 17 años. En los años 70 emigraron a Brasil, donde levantaron un imperio que ahora por fin puede volver a amasar dinero con la discreción de la que tanto hacía gala don José.

Pero a igual que su fallecido esposo, la brasileña más adinerada sigue manteniendo un perfil bajo, con escasas apariciones públicas y en los medios de comunicación. La agencia Bloomberg llegó a definirla como “una guardiana discreta de un imperio global”.

Su familia, de origen judío, llegó a Brasil en la década de 1950, cuando Vicky aún era niña. Los Sarfaty -su apellido de soltera- entablaron una amistad con la familia de quien se convertiría en su esposo, los Safra, que llegaron al país tres años más tarde.

El padre de Joseph, Jacob Safra, fue a vivir a Brasil, atraído por las oportunidades que ofrecía la pujanza de posguerra, y fundó Safra Importación y Comercio, una empresa de comercio de máquinas, metales y ganado. En aquel entonces, el banco en tierras brasileñas, que surgiría en 1972 con la compra del Banco de las Industrias, y el posterior crecimiento espectacular del grupo a nivel mundial todavía eran un sueño.

Agencias AP y AFP

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