Falleció el hijo de Gianni Agnelli

ROMA.- Una noticia dramática sacudió ayer a los italianos: en lo que parece ser a todas luces un suicidio, murió Edoardo Agnelli, de 46 años, el único hijo varón de Gianni Agnelli, presidente honorario de la empresa Fiat.

El cadáver del primogénito del Avvocato fue encontrado a media mañana sobre el lecho de un torrente, debajo de un altísimo viaducto de la autopista que une Turín con Savona: la hipótesis más avalada por los investigadores es que el único heredero varón de uno de los "dueños" de Italia se quitó la vida.

El auto de Edoardo -por supuesto un Fiat Croma, blindado- fue hallado intacto, estacionado al costado de dicha autopista, con el motor aún encendido.

Giovanni "Gianni" Agnelli, su padre, que es un personaje más que conocido y casi legendario en Italia, llamado el "Avvocato" y senador vitalicio, reconoció el cuerpo a media tarde y, junto a su familia, se encerró en el silencio de un gran dolor.

Destino adverso

La trágica muerte de Edoardo, en efecto, representa un nuevo luto para la dinastía Agnelli, una familia marcada por un destino adverso: hace tres años, en 1997, fue golpeada por la muerte de Giovanni junior, hijo de Umberto, hermano del senador vitalicio. Giovannino, que murió de cáncer a los 36 años, había sido designado por su tío como heredero de la automotriz Fiat.

A diferencia de su primo también fallecido, que era un verdadero manager, Edoardo, un soñador, nunca ejerció cargos en la empresa automovilística de Turín: nunca quiso algo así.

Nacido en Nueva York en 1954, Edoardo fue el único hijo varón de Gianni y Marella Agnelli. Después de él, el matrimonio tuvo una mujer, Margherita, que tiene 43 años. Estudiante de letras y filosofía oriental, el primogénito de uno de los hombres más ricos y poderosos de Italia era un apasionado de religiones orientales, y por ello había pasado varios períodos en la India.

Edoardo era primo de Cristiano Rattazzi, el hijo de Susanna Agnelli, hermana de Gianni; Rattazzi, titular de Fiat Argentina, vive en Buenos Aires y estuvo casado con Sonia del Carril.

Perfil bajo

Lejos de los reflectores que persiguen a los "ricos y famosos", Edoardo siempre tuvo un perfil bajo. Pacifista yecologista, este Agnelli distinto y "contra la corriente" nunca tuvo la típica imagen de "soltero de oro", con romances de novela que alguien con su nombre y dinero hubiera podido tener.

Apartado de la vida mundana, Edoardo Agnelli alcanzó cierta notoriedad en la prensa en dos ocasiones. Una, cuando a mediados de los ochenta fue consejero de la Juventus, el equipo de fútbol de Turín, que posee su familia. Otra, cuando en 1990, en un episodio que enseguida se quiso tapar, fue detenido en Malindi, Kenya, por posesión de estupefacientes, al parecer heroína. Según se dice, la droga fue un gran problema para Edoardo, que también pasó por algunos institutos para desintoxicarse.

Mientras queda aún aclarar por qué Edoardo viajaba por la autopista Turín-Savona sin escolta -por lo general otro auto con guardaespaldas seguía sus movimientos-, ayer comenzaron a llegar a su importante y golpeada familia mensajes de pésame desde todo el mundo. Bobo Craxi, el hijo del difunto político socialista Bettino Craxi, no tuvo dudas en asegurar que Edoardo, una persona frágil, culta y sensible, murió "por soledad".

El famoso periodista Enzo Biagi lo describió anoche en televisión como una persona que prefería la filosofía a los grandes negocios de la familia, pidió respeto y silencio por su muerte y lo definió como un "pobre joven rico".

Sensible y frágil

ROMA (ANSA).- La noticia de la muerte de Edoardo Agnelli sacudió a Italia y muchas de las personas -tanto amigos como conocidos- que lo recordaron coincidieron en señalar que fue un hombre que jamás en su vida dejó de buscar el sentido más profundo de la existencia.

"Sus intereses eran la paz, la ecología, el diálogo y toda una serie de valores que son precisamente los nuestros", declaró el padre franciscano Enzo Fortunato, vocero del Sagrado Convento de Asís.

"Era sensible y frágil", comentó por su parte Don Ciotti, un religioso muy conocido a raíz de sus comunidades para la recuperación de drogadictos.