Evo Morales: “No soy candidato, pero tengo derecho a hacer política”
LA NACION
El expresidente de Bolivia Evo Morales llegó al país hace menos de una semana, donde se instaló como refugiado, y desde entonces emprende una fuerte campaña para, a distancia, organizar a su fuerza en su país y seguir vigente pese a las protestas que concluyeron con su renuncia y su posterior exilio a México. En este marco hoy brindó una conferencia de prensa en el Centro Cultural de La Cooperación (CCC).
Ante la prensa en el lugar, el exmandatario, que renunció al cargo el 10 de octubre por la violencia desatada en las calles en su contra, agradeció al pueblo argentino, al Gobierno por permitirle estar cerca de Bolivia y al expresidente Mauricio Macri.
"Ha garantizado la presencia de mis hijos y también la presencia de ministros en la embajada argentina en La Paz frente a tanta agresión de parte de la oposición", dijo Morales sobre el exmandatario.
Asimismo, indicó: "¿Hasta cuándo nos van a gobernar desde arriba y afuera?". "Otro mundo es posible sin el FMI, sin políticas impuestas desde arriba y desde afuera. Hemos demostrado el cambio de matriz económica en Bolivia. No va a haber paz sin justicia social", añadió.
Morales también contó que el domingo se reunió con el presidente Alberto Fernández y con la vicepresidenta Cristina Kirchner, con quienes compartió experiencias, recordó el pasado y todo lo trabajado.
Sobre su renuncia, indicó: "Cuando vino este golpe de Estado tuvimos mucha confianza. No nos advirtieron. Nuestro delito o pecado es ser indígenas y haber empezado el cambio en Bolivia. Haber nacionalizado los recursos naturales, hacer de los servicios básicos derechos humanos y no servicios privados".
Consultado en la conferencia de prensa sobre su estadía en el país, aseveró: "Estoy muy contento, me siento bien. Entiendo mis responsabilidades, esperamos cumplir con las normas argentinas". Y acerca de la situación en su país, dijo: "Mi gran deseo es aportar a Bolivia. Lo que quiero son elecciones libres, sanas y transparentes. No voy a ser candidato pero tengo derecho a hacer política. Mientras tenga vida haré política como un servicio y en sacrificio de los más humildes".
Por último, Morales volvió a referirse al informe de la Organización de Estados Americanos (OEA), aseguró que no habla de fraude sino de "irregularidades, observaciones" y cerró: "Igual ganábamos en primera vuelta. Nosotros no mentimos, pensé que la OEA podía decir la verdad. Ahora en estas elecciones puede haber de verdad fraude. Quiero una comisión electoral".
Los días de Evo en Buenos Aires
Tras mostrarse en varias oportunidades con funcionarios del Gobierno, reunirse con el presidente Alberto Fernández y jugar al fútbol con el ministro de Turismo y Transporte, Matías Lammens, Morales apuesta a planificar sus pasos de cara a las próximas elecciones presidenciales en Bolivia.
"A un mes del golpe de estado en Bolivia, sostuvimos nuestra primera reunión en Buenos Aires con algunos dirigentes departamentales y nacionales de movimientos sociales, alcaldes, dirigentes del MAS (Movimiento al Socialismo, su partido) y asambleístas para hacer una evaluación política y planificar para la campaña", escribió días atrás en Twitter.
"La golpista Áñez, tal como en las dictaduras, manda y anuncia orden de aprehensión contra mi persona por terrorismo y sedición, cuando los que cometieron sedición, terrorismo y genocidio fueron ella, Camacho y Mesa, masacrando, asesinando y secuestrado a mis hermanas y hermanos", agregó.
Ayer, en una entrevista con el canal C5N, afirmó: "Llegué a México triste, destrozado y sin poder entender qué había pasado. Ahora estoy más animado y seguro de que vamos a ganar las nuevas elecciones que se presenten en Bolivia".
El exmandatario aterrizó en Buenos Aires el jueves pasado y pidió refugio al Estado argentino. Después fue designado por el MAS como jefe de campaña para las elecciones convocadas por la administración interina de Bolivia, que aún no tienen fecha.
Morales renunció a la presidencia de Bolivia el 10 de noviembre, tras las protestas por las denuncias de fraude en las elecciones del 20 de octubre, en las que la autoridad electoral proclamó su victoria en primera vuelta tras haber suspendido el escrutinio por 24 horas. En su lugar asumió la presidenta interina, la derechista Jeanine Ánez, quien juró en el cargo en una sesión sin quórum y en medio de las manifestaciones en las calles.
Dos días más tarde llegó asilado a México, desde donde -después de un breve viaje a Cuba- se trasladó a la Argentina junto a quienes eran su vicepresidente, Álvaro García Linera; su canciller, Diego Pary; su ministra de Salud, Gabriela Montaño; y su embajador en la ONU, Sacha Llorenti.
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