Coronavirus: Europa presenta un plan sin precedente para reconstruir el bloque
PARÍS.- Hasta aquellos que denuncian el supuesto inmovilismo endémico de la Unión Europea (UE) lo reconocen: el plan de reactivación de 750.000 millones de euros propuesto ayer por la Comisión Europea es una auténtica revolución en la historia comunitaria. Bruselas jamás había planteado una emisión de deuda mutualizada de semejante amplitud, cuyos principales beneficiarios deberían ser Italia y España.
La presidenta de la Comisión Europea (CE), Ursula von der Leyen, había prometido un plan "masivo" de reactivación para limitar las consecuencias de la pandemia de coronavirus y ayudar a los 27 miembros del bloque a salir de una recesión sin precedente, y fue exactamente lo que hizo. Esos 750.000 millones de euros se sumarán a las medidas de urgencia por un valor de 450.000 millones que la UE ya decidió, y al billón que el Banco Central Europeo se comprometió a inyectar en el sistema financiero.
Hace una semana, la propuesta de la Comisión estuvo precedida por un plan europeo de reactivación franco-alemán por un monto de 500.000 millones de euros. Bruselas debía hacer una síntesis y llevar adelante el proyecto.
La comisión obtendrá en el mercado esos 750.000 millones de euros, incorporándolos al presupuesto europeo, que verá algunos de sus programas reforzados y otros creados a fin de hacer frente a la situación. La estrategia de mutualización de la deuda es absolutamente inédita en la historia del bloque. Para lograrlo, fue necesario un cambio radical de posición de Alemania, primera economía de la UE, aun cuando algunos países, como Holanda, Austria, Suecia y Dinamarca -autodenominados "los frugales"- continúan manifestando sus reservas.
Según Von der Leyen, de la suma obtenida en los mercados, 500.000 millones serán transferidos, a través del presupuesto europeo, a los Estados miembros que resultaron más afectados por la pandemia. Esto, a condición de presentar un plan de inversiones y reformas compatible con las prioridades políticas de la UE. Es decir, el llamado "green deal", una transición ecológica y una mayor soberanía europea. También deberán tener en cuenta las recomendaciones que hace cada año la comisión a cada uno de los Estados miembros.
Por el momento, el ejecutivo europeo reservó un monto al que podrá aspirar cada uno de los 27 países. Italia podría obtener hasta 82.000 millones de euros en subvenciones; España, hasta 77.000 millones; Francia, 39.000 millones, y Alemania, 29.000 millones.
Dentro de la suma total, el proyecto presentado por Von der Leyen prevé además 250.000 millones de euros de préstamos, que también beneficiarán prioritariamente a Italia (63.000 millones) y España (63.000 millones).
La presidenta de la CE no dio detalles sobre las reformas que Bruselas exigirá a cambio de su generosidad. Los cuatro "frugales", que hasta ahora se niegan a toda subvención que se proponga para los países más golpeados por la pandemia, seguramente exigirán esfuerzos de consolidación presupuestaria y de competitividad, condiciones inaceptables para Roma y Madrid.
Interrogantes
¿Cómo hará Europa para reembolsar esos empréstitos? Sin dar detalles, la CE espera comenzar a pagar sus deudas en 2028, y hasta 2058. Según fuentes de Bruselas, la UE podría aumentar las contribuciones nacionales, reducir los gastos europeos o hallar recursos propios, como una tasa digital o una parte de los derechos de emisión de CO2. Pero esto querría decir que, en algunos aspectos, el presupuesto europeo dejaría de depender de los Estados para pasar a estar bajo responsabilidad de la comisión. Ese y otros muchos aspectos tendrán que ser resueltos rápidamente. Los 27 deben ponerse de acuerdo sobre el presupuesto del bloque para el período 2021-2027, dentro del cual cada región de la UE pretende avanzar sus peones.
Los "cuatro frugales" no parecen, sin embargo, totalmente inflexibles. Su aparente intransigencia podría ser más táctica que real. Para ellos, se trata en realidad de preservar las ventajas que -Estados contribuyentes netos del presupuesto europeo- obtuvieron con el tiempo, como la "rebaja" de cotización lograda sobre el modelo británico y exigiendo al mismo tiempo que Francia, primer beneficiario de la política agrícola común, reduzca esas ventajas, que representan el 37% del presupuesto europeo.
Como Alemania, que asumirá la presidencia rotativa de la UE el 1º de julio por seis meses, esos cuatro países son además muy dependientes de sus exportaciones. El desafío de Berlín será defender el argumento del interés que tiene para ellos el mercado común. La negociación oficial comenzará en la cumbre europea del 18 y 19 de junio. Todos esperan, sin embargo, que las discusiones persistan hasta comienzos de julio.
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