Europa denuncia sabotajes a los gasoductos Nord Stream y abre una investigación
Los gobiernos europeos quieren determinar la responsabilidad de los daños a las dos infraestructuras en el Báltico; Rusia acusará a EE.UU. en el Consejo de Seguridad
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PARÍS.– La posibilidad de un accidente ha sido descartada. Pero todavía no se identificó al autor del sabotaje, aun cuando las explosiones que dañaron seriamente esta semana los dos gasoductos Nord Stream del mar Báltico que unen Rusia con Europa, coinciden con la escalada de Moscú en el conflicto ucraniano.
En esa carrera por obtener el apoyo de la opinion pública, el Kremlin acusará el jueves a la Casa Blanca del atentado en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, mientras que los europeos y los servicios de inteligencia occidentales lanzaron este miércoles sus propias investigaciones, y la OTAN refuerza su vigilancia contra esas operaciones “híbridas”.
Las dos explosiones que probablemente dejaron definitivamente fuera de servicio a los ductos Nord Stream 1 y 2 esta semana en la región de la isla danesa de Bornholm “parecen una demostración de fuerza; es un mensaje”, afirma el coronel Pierre Servent, especialista de estrategia militar.
Desde hace años, las marinas occidentales se inquietan frente a las amenazas que pesan sobre todas las infraestructuras submarinas estratégicas, ya sean gasoductos como cables de comunicación.
Como el autor de esos sabotajes no ha sido todavía identificado, aun cuando todas las miradas se tornan hacia Moscú, las investigaciones comenzaron este mismo miércoles. Los servicios de inteligencia suecos abrieron una de ellas por “sabotaje agravado”. Por su parte, sus pares alemanes, citados por el diario Tagesspigel, confirman que Nord Stream 1 parece ser irreparable. Pero, poco importa, porque ninguno de esos “pipelines” enviaba gas a los europeos.
“En el fondo del mar, a unos 70 metros de profundidad, en una zona potencialmente fangosa, los investigadores podrán operar para obtener indicios”, estima un experto militar belga, especialista de la guerra en grandes profundidades. Buscarán restos, estudiarán el tamaño de las fisuras… Las autoridades danesas estimaron que serán necesarias entre una y dos semanas para llegar a una conclusión.
Blancos fáciles
La guerra en el fondo del mar no está al alcance de todos los ejércitos del mundo. Exige capacidades técnicas y humanas importantes. Pero como ambos gasoductos no están enterrados y su trazado era conocido por todos, Nord Stream 1 y 2 representaban blancos fáciles. Tampoco se encuentran a gran profundidad, a propósito. “Era para que los buzos pudieran intervenir; hasta menos de 100 metros, una intervención es posible”, precisa Servent.
Otras hipótesis de acción son posibles: una carga explosiva “de tiempo” lanzada de un buque, que la habría “imantado” al blanco o la intervención de un dron o de un ROV, un mecanismo submarino teleguiado.
“Rusia dispone también de submarinos equipados con brazos de manipulación. Su marina dispone de la flota más importante del mundo de submarinos espías. Están basados en el Ártico y serían perfectamente capaces de degradar un ducto en el Báltico”, explica el general Christophe Gomart.
“Rusia tiene una significativa presencia en el mar Báltico”, señaló este miércoles el ministro de Defensa danés, Morten Bodskov, al recibir al secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg. El comando marítimo de la Alianza Atlántica y sus navíos aliados se preparan para enfrentar toda una panoplia de actividades típicas de las llamadas guerras “híbridas”, incluidos sabotajes de infraestructuras críticas.
“Toda perturbación deliberada de infraestructuras energéticas europeas es totalmente inaceptable y obtendrá una respuesta vigorosa y unida”, advirtió el alto representante europeo para las Relaciones Exteriores, Josep Borrell, mientras Bruselas se prepara a adoptar un nuevo paquete de sanciones contra Moscú por la organización de los referéndums ilícitos en el este de Ucrania.
Borrell hacía sin duda alusión al peligro que corre Baltic Pipe. Inaugurado esta semana entre Polonia, Noruega y Dinamarca, con una capacidad de 10.000 millones de metros cúbicos de gas por año, el nuevo gasoducto está destinado a fortalecer la independencia energética europea de Rusia.
Imperturbable ante las sospechas, Moscú contraatacó solicitando una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU, donde el jueves debería acusar a Estados Unidos. La diplomacia rusa solicita “respuestas” al presidente Joe Biden sobre la implicación de su país en el sabotaje, basándose en una del mandatario estadounidense a comienzos de febrero, cuando aseguró que Washington “pondría fin” a NordStream 2 si Moscú intervenía militarmente en Ucrania.
“Si Rusia invade [Ucrania], no habrá más NordStream 2″, había afirmado Biden dos semanas antes del comienzo de la ofensiva rusa. “Europa debe conocer la verdad”, declaró la vocera del ministerio ruso de Relaciones Exteriores, Maria Zakharova.
La Casa Blanca calificó de “ridícula” la insinuación. “Todos sabemos que Rusia difunde desinformación desde hace tiempo y esta vez lo vuelve a hacer”, dijo Adrienne Watson, vocera del Consejo de Seguridad de la Casa Blanca.
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