Estrés y ansiedad entre los argentinos en Israel evacuados en un Hércules tras el ataque de Hamas: “Esto es una película de terror”
Un segundo grupo de 69 personas, entre ellos varios menores de edad que estaban en el país por un viaje de estudio, se reunió en el aeropuerto Ben Gurion de Tel Aviv para salir en el puente aéreo
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TEL AVIV.- Ansiedad, estrés, shock, ganas de partir y dejar atrás un horror jamás imaginado ni en la peor pesadilla. Es lo que reinaba hoy alrededor de la columna D, puerta 32 de la terminal 3 del aeropuerto Ben Gurion, donde un segundo grupo de 69 argentinos, muchos de ellos menores que se encontraban en Israel de viaje de estudios, se reunió para abordar en la tarde israelí un avión Hércules C-130 de las Fuerzas Armadas argentinas con destino a Roma. Desde allí, en el marco del operativo de evacuación conjunta “Rescate Seguro” organizado por la Cancillería, se espera que en otros vuelos de Aerolíneas Argentinas regresen a Ezeiza.
“En los próximos días habrá varios puentes aéreos Tel Aviv-Roma, pero la situación es muy dinámica, complicada, por lo que vamos viendo día a día dentro de un ambiente muy volátil”, dijo el cónsul general en la capital israelí, Ramiro Hidalgo.
El diplomático destacó que “el aeropuerto funciona normalmente, los accesos al aeropuerto no están cortados” y recomendó a los argentinos varados aquí -porque muchas líneas aéreas cancelaron sus vuelos debido a la guerra en curso- que “no abandonen la posibilidad de contactarse con la aerolínea comercial para que se reprogramen esos vuelos, por más retrasos que estén presentando”. Además, recomendó a quienes ya se anotaron en la lista de repatriación que no vayan al aeropuerto sin antes haber sido convocados por el personal del consulado o de la Embajada argentina en Israel.
Entre los argentinos del grupo aún era palpable el shock de lo vivido. “El sábado a las 6 de la mañana nos despertaron las alarmas y no hay mucho más que decir”, evocó Vanessa Tabacchi, coordinadora de un grupo de estudiantes, entre los cuales está su hija de 15 años. “Esto es una masacre nunca antes vista, un dolor en el alma que no se puede describir, en un país que hay que cuidarlo, defenderlo, ir apoyándolo, porque lo que hay en el otro lado de la frontera… Creo que ninguna especie animal hace lo que hicieron: descuartizar, matar, entrar a las casas y matar a la gente durmiendo, quemar vivos a los bebés… Hay cantidades de bebés, miles de israelíes muertos. Esto es tristísimo”, agregó.
“¿Cómo es mi estado de ánimo? Mucha tristeza, mucha bronca. No hay palabras porque no hay explicación. ¿Por qué esta gente siente tanta bronca, tanto odio? ¿Cómo las Naciones Unidas, cómo las organizaciones humanitarias apoyan esa gente? No controlan los recursos, no controlan que el dinero que les mandan a Gaza vaya realmente a medicina, educación, a cambiar. Y da realmente mucha bronca”, sumó Tabacchi, empleada en una multinacional, que vive en Buenos Aires pero es oriunda de Concordia, Entre Ríos. Contó que otros dos hijos que estudian en universidades en Israel también regresaban. “No los iba a dejar acá, les pedí que vinieran ellos también para darles un beso a su padre… Después veremos qué hacen”, contó.
Alrededor de la columna D, punto de encuentro de los argentinos, podían verse muchísimos jóvenes tirados en el suelo, apoyados sobre sus mochilas y valijas, vistiendo camisetas de la selección y otros equipos, a la espera. No estaban a autorizados a hablar por ser menores de edad, pero parecían tranquilos.
“Los chicos están bien, estuvimos bien, por suerte, cuidados todo el tiempo. El sábado a la mañana cuando nos enteramos, porque no teníamos televisión ni nada (del ataque masivo), nos avisaron cuáles eran las medidas de seguridad ante alguna sirena y bueno, a partir de ahí transcurrieron los días, pero por suerte no nos sonaron las sirenas”, contó Laura, coordinadora de un grupo de siete estudiantes de entre 15 y 16 años de un colegio de la red judaica que prefirió no mencionar. Estaban en un campus cercano a Tel Aviv cuando ocurrió lo inimaginable para un viaje de un viaje de estudios de diez días. “Aunque no pudimos movernos, dentro de todo nos fue bien”, precisó esta profesora.
En sintonía se manifestó Joana Toledo, coordinadora de otro grupo de 13 chicos de la misma edad, pero de Tucumán. “Los chicos están muy bien, están muy tranquilos, ansiosos por volver a sus casas como todas las familias, pero están bien, están contenidos, eso es lo importante y estuvimos contenidos todo este tiempo”, dijo. El sábado a la mañana pasado, a ellos los sorprendió la noticia del espantoso ataque cuando estaban cerca de Natanya, ciudad costera al norte de Tel Aviv. Desde entonces, más allá de la alerta y recaudos por la situación, nunca tuvieron que bajar a refugios porque no les sonaron sirenas.
Película de terror
Julia Katz, tucumana de 28 años que había llegado hace tan solo 20 días a Israel para hacer la “aliá” –el proceso para que los judíos que hay en el mundo emigren al Estado judío–, también se aprestaba a partir. “Fue muy difícil, es una película de terror, me da mucho miedo lo que está pasando, o lo que de nuevo tiene que atravesar Israel, el pueblo judío, y creo que hay que tratar de mantenernos fuertes y apoyar a la gente que nos está defendiendo”, dijo esta joven.
Más allá del espanto, no cambió de idea en cuanto a su decisión de comenzar una nueva vida en Israel. “Ahora vuelvo, voy a esperar que acá la cosa esté más calma y voy a volver. Este es el lugar donde yo elijo estar”, aseguró, al precisar que le tocó vivir el ataque en Tel Aviv, “donde los riesgos son menores y donde la seguridad estaba bien”.
Mónica Gamboa, de Córdoba, que se encontraba en Israel desde hace dos meses para visitar a sus dos hijos, Facundo (27) y Juan (29), y los nietos que viven aquí desde hace dos años y medio, también se encontraba en Tel Aviv el día que cambió todo en Israel. Ella ya estaba levantada cuando comenzó a primera mañana del sábado pasado el sorpresivo y brutal ataque de Hamas, que conmovió a Israel y al mundo. “Afortunadamente” en el departamento de sus hijos había un refugio.
“Esto no es vida para un argentino que fue criado de otra manera y yo lamento muchísimo que todo esto ocurra. Nadie se acostumbra a los misiles, mis hijos también están horrorizados, pero se tienen que quedar porque en la Argentina no hay trabajo”, lamentó.
“Es movilizador todo lo que está ocurriendo acá, en este hermoso país que ha recibido a muchos jóvenes argentinos muy bien formados, pero que por la situación económica tuvieron que venir aquí y despegarse de la familia cuando nosotros los argentinos somos familieros. Yo soy una madre y acá hay muchos jóvenes argentinos y como tienen familiares israelíes pudieron tener la gloria de estar acá y tener un trabajo, pero tienen amigos caídos, amigos que con el bolso salen para ir al frente y así sus madres, y sus familias, imagino que estarán de pena grande”, agregó, a punto de quebrarse.
Ahora en el aeropuerto Ben Gurion de Tel Aviv donde un grupo de 70 argentinos se embarcará en un segundo puente aéreo hacia Roma- No son los únicos, están siendo repatriadas personas de muchos otros países #IsraelPalestineConflict pic.twitter.com/JxnfGAofCc
— Elisabetta Piqué (@bettapique) October 13, 2023
“Todo esto a mí me dice que el ser humano nada ha entendido, nada ha aprendido”, reflexionó Gamboa, que no ocultó su fastidio y cansancio por la demora de varias horas del vuelo –se encontraba en el aeropuerto desde las 6 de la mañana– y por la incertidumbre por lo que pasará tras llegar a Roma, primera etapa de la repatriación. “Aunque varias informaciones periodísticas dijeron que desde Roma va a haber vuelos de Aerolíneas Argentinas que nos llevan a Buenos Aires, la incertidumbre es total y yo no soy rica”, dijo, preocupada.
Por la demora del vuelo –en principio previsto para las 14 locales, pero que se esperaba saliera al menos tres o cuatro horas más tarde– un grupo de jóvenes estudiantes religiosas ortodoxas hasta puso en duda si viajaba, o no, por el inminente comienzo del shabbat, el día de descanso para los judíos –que comienza al atardecer del viernes-, que los ortodoxos suelen respetar a rajatabla. Pero que, en el fiel reflejo de la emergencia, por primera vez puede sortearse. Tanto es así que por primera vez desde 1982, la aerolínea oficial israelí, El Al, este shabbat va a volar para traer de regreso a cientos de reservistas que se sumarán a la operación militar “Espadas de Hierro” en curso con la intención de eliminar a Hamas. Los rabinos hicieron saber que “preservar la vida” supera a cualquier ley religiosa.
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