Estrellas en declive: los inversores ya no confían en los mercados emergentes
Los problemas internos y la suba del dólar complican a países como Brasil, Rusia y Turquía
NUEVA YORK.- En Rusia, asesinatos políticos y guerra. En Brasil, escándalos de corrupción que pueden hacer descarrilar la economía. En Turquía, el presidente ataca al máximo funcionario del Banco Central.
Los mercados emergentes, que hasta hace poco eran un ingrediente necesario de cualquier portfolio de inversiones, han adquirido recientemente un matiz tóxico, ya que con sus desórdenes políticos y sus tambaleantes economías están impulsando a los inversores a reconsiderar su lógica de inversiones.
A esas preocupaciones se suman la marcha ascendente del dólar y la creciente convicción de que en poco tiempo más la Reserva Federal aumentará las tasas de interés, ya que la economía norteamericana estaría creciendo más que la del resto del mundo.
Las monedas de los mercados emergentes, un adecuado termómetro de los cambios de humor de los inversionistas, ya están sufriendo las consecuencias. La lira turca y el real brasileño han tocado mínimos plurianuales frente al dólar, mientras que el rublo ruso sigue inestable, tras desplomarse un 65%. Hasta las monedas de economías más sólidas, como la rupia hindú o el peso mexicano, que cotiza en un mínimo histórico frente al dólar, están bajo presión. "Están apareciendo todas las cosas malas de los mercados emergentes que originalmente las relegaban al grado de subinversiones", dijo Daniel Tenengauzer, especialista en mercados emergentes del Royal Bank of Canada.
Tenengauzer le apunta a Brasil como principal culpable. Las acusaciones de sobornos y dádivas en Petrobras, el gigante energético brasileño, amenazan con llevarse puestas a las elites económicas y empresariales del país. Petrobras, que confió en el mercado de bonos mundial para financiar sus ambiciosos planes de inversión, ahora se está achicando, un ominoso pronóstico para la economía de Brasil, que este año no registrará crecimiento.
Pero las perspectivas no son mejores para Rusia, donde la guerra con Ucrania y la volatilidad del presidente Vladimir Putin, sumadas al derrumbe del precio del petróleo, han puesto nerviosos a los inversores. Y en Turquía, el presidente Recep Tayyip Erdogan ha profundizado los temores ya existentes al sugerir que el jefe del Banco Central responde a los especuladores extranjeros, ya que no ha rebajado las tasas de interés con suficiente velocidad.
Además de estos problemas, existen vulnerabilidades más profundas en estos y otros mercados emergentes, que, según los analistas, se agudizarán a medida que el dólar siga subiendo.
En un informe publicado la semana pasada, Tenengauzer destacaba que durante los últimos cinco años de extraordinarias facilidades para los bancos centrales los mercados emergentes han tomado mucha más deuda, mientras que las economías desarrolladas han hecho lo contrario.
Ese apalancamiento basado en el dólar fue liderado por empresas ávidas de capital que sacaron tajada del deseo de los inversores de comprar bonos de alto rendimiento. Desde 2008, la deuda a corto plazo de China se disparó de 101.000 a 850.000 millones de dólares. En Brasil, de 47.000 a 112.000 millones. Y en Turquía, las obligaciones a corto plazo saltaron de 56.000 a 95.000 millones de dólares. Mientras sus monedas eran fuertes y el dólar era débil, esa estrategia tenía sentido. Pero cuando ocurre lo contrario, los inversores extranjeros se llevan su dinero a otra parte y esas deudas emitidas en dólares se vuelven difíciles de pagar.
Sería un error referirse a los problemas de los mercados emergentes como si fueran todos iguales. Si bien Brasil y Rusia tuvieron problemas el año pasado, en la India, por ejemplo, la bolsa y los bonos se dispararon con la llegada de un nuevo gobierno reformista. Indonesia, Taiwán y Filipinas también captaron el interés de los inversores, gracias a sus exitosas políticas económicas. Y si bien sus monedas mostraron volatilidad, la salida de capitales de los mercados emergentes, aunque últimamente es menor, todavía no se acerca a los niveles de hace un año.
Según el Instituto de Finanzas Internacionales -la asociación mundial de entidades bancarias-, el flujo de capitales hacia los mercados emergentes se redujo a casi la mitad durante el último mes, de 23.000 a 12.000 millones de dólares, y esos capitales abandonaron Brasil, Ucrania y Tailandia, para ingresar en la India e Indonesia.
Los expertos en mercados emergentes señalan que, con un dólar norteamericano en alza y las tasas de interés de la Reserva Federal también a la suba, los inversionistas buscarán un rendimiento jugoso en Estados Unidos, en detrimento de Turquía y Brasil.
"Estados Unidos se está convirtiendo en un país de excelentes rendimientos", dijo Jeffrey Sherman, inversor de bonos de Doubleline, una empresa de fondos mutuales de Los Ángeles.
Traducción de Jaime Arrambide
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