Estrategas enviados por Lula da Silva ayudan a Massa e intentan impedir que Milei gane la primera vuelta en la Argentina
A pedido del presidente brasileño, especialistas en comunicación del PT trabajan desde hace casi dos meses en la campaña del candidato y ministro de Economía
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Tras el pedido al pie de la letra del presidente brasileño, Luiz Inacio Lula da Silva, cada vez más preocupado por el desenlace de las elecciones presidenciales en la Argentina, los estrategas del Partido de los Trabajadores (PT) que llegaron a Buenos Aires tras las PASO del 13 de agosto para reforzar el equipo del ministro de Economía y candidato de Unión por la Patria (UP), Sergio Massa, corren contra reloj para evitar una victoria de la extrema derecha liderada por Javier Milei.
O Globo habló con algunos de esos estrategas, que pidieron el anonimato, pero confirmaron que dos de sus principales focos son darle más emoción a la campaña de Massa y ayudar a los argentinos a entender cómo funciona el universo digital de la extrema derecha, a partir de lo aprendido en las campañas contra Jair Bolsonaro, aliado de Milei, en 2018 y 2022. Al ser contactada, la oficina de prensa del PT dijo que “no ha indicado ni intermediado el trabajo de ninguna persona en campañas políticas en otros países”.
Además de varios brasileños, también está en Buenos Aires Esther Solano, doctora en Ciencias Sociales por la Universidad Complutense de Madrid, profesora de Relaciones Internacionales en la Universidad Federal de San Pablo, coautora de La paradoja Bolsonaro y organizadora de varios libros sobre política contemporánea, entre ellos El odio como política: la reinvención de la derecha en Brasil. Los contactos entre Solano, profunda conocedora de la historia reciente de Brasil, y los enviados del PT son frecuentes.
Una posible segunda vuelta entre Massa y Milei, escenario considerado el más probable por la mayoría de las encuestas de los últimos días, es vista como una oportunidad real para evitar que la extrema derecha llegue al poder en la Argentina. La posibilidad de una victoria de Milei en la primera vuelta -que implica obtener más del 45 por ciento de los votos, o más del 40% con al menos diez puntos de ventaja sobre el segundo-, sin embargo, no es descartada ni siquiera por los estrategas brasileños, y tampoco por los españoles, que trabajan a un ritmo frenético con el candidato del gobierno argentino.
El gran temor de los enviados del PT es que, en una eventual segunda vuelta, los votos de la candidata opositora Patricia Bullrich -de la alianza Juntos por el Cambio que lidera, entre otros, el expresidente Mauricio Macri (2015-2019)- migren masivamente hacia Milei. Esto podría ocurrir incluso en la primera vuelta, si se produce lo que los estrategas de la comunicación llaman una migración del voto útil. Con el fuerte favoritismo de Milei, muchos votantes de Bullrich podrían decidir votar al candidato de extrema derecha para decidir la elección en primera vuelta.
Una eventual segunda vuelta, en cambio, abre la posibilidad real de una victoria de Massa; difícil, pero no imposible. En las últimas semanas, los estrategas brasileños han contribuido especialmente a ayudar a los argentinos a comprender el universo digital de la extrema derecha, así como a dar más “emoción” a la campaña del candidato peronista.
Massa comenzó a jugar con los temores que puede despertar Milei, utilizando elementos como el riesgo de una ruptura en las relaciones con China e, incluso, con Brasil. El ministro y candidato también tuvo dos gestos en los que se ve claramente el trabajo del equipo del PT: una disculpa a los argentinos por la crisis y su impacto en la vida cotidiana de la gente; y la afirmación de que asumió el Ministerio de Economía cuando nadie quería tomar un barco que se hundía, a mediados del año pasado.
Allí está la emoción que el PT quería en la campaña argentina, y que otros estrategas también venían defendiendo, sobre todo las disculpas a los argentinos y, con ellas, una clara decisión de desvincularse del desastroso gobierno de Alberto Fernández y su vicepresidenta, Cristina Kirchner.
Contactos y expertos
Según los enviados del PT, Massa los escucha con mucha atención y los recibió muy bien en Buenos Aires. Una de las primeras personas contactadas por el PT para asumir el reto de trabajar en una de las elecciones presidenciales más difíciles que ha afrontado el peronismo desde la vuelta de la democracia al país, en 1983, fue Sidônio Palmeira, que trabajó en varias campañas de Lula.
Contactado por O Globo, Palmeira dijo que los plazos le parecieron demasiado cortos y desistió de ir a la Argentina. Pero otros colegas que trabajaron con él en las campañas del presidente brasileño y del ministro de Hacienda, Fernando Haddad, empezaron a hablar con el equipo de Massa pocos días después de las PASO.
Según uno de estos estrategas, Massa tuvo un susto en las primarias y cuando los enviados del PT llegaron a Buenos Aires el ambiente era muy pesimista. El ministro supo que contaría con el apoyo del PT para su campaña cuando habló con Lula en Brasilia, a finales de junio, y en Puerto Iguazú, en la cumbre de presidentes del Mercosur. El presidente brasileño ofreció ayuda al candidato de la Casa Rosada y le aseguró que llegaría rápidamente.
El mensaje a los estrategas del PT fue claro y contundente: la Argentina necesita ayuda, y rápido. Después de casi dos meses de trabajo, los brasileños, que en algunos casos vuelven a sus casas todos los fines de semana, consideran que Massa está mejor posicionado, pero reconocen el marcado favoritismo de Milei.
Superado el susto de las PASO, en las que el candidato ultraderechista quedó primero con el 29,86% y fue el único que disputó la candidatura presidencial de su partido, La Libertad Avanza, el peronismo busca alcanzar y superar su piso tradicional del 30%. En las primarias, la alianza electoral UP obtuvo el 27,28%, pero Massa, individualmente, el 21,43% (el resto fue de Juan Grabois).
El gran problema para Massa y sus asesores argentinos y extranjeros es la economía. Esta semana, el dólar paralelo superó la barrera de los 840 pesos y la inflación es cada día más asfixiante. A pesar de anunciar cada semana medidas de ayuda social, el candidato de UP, que promete hacer un gobierno mucho mejor del que integra actualmente, no logra despegar en las encuestas.
Uno de los mantras de los estrategas de las campañas latinoamericanas es que si la economía va mal, el piso es bajo. El caso argentino representa un desafío gigantesco, ya que el candidato que apoya el PT es visto por millones de argentinos como el responsable del colapso económico, tras 80 años de crisis sucesivas.
O Globo/GDA
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