Estafó por millones, desapareció y tres meses después encontraron su pie en una playa
A través de una financiera, una mujer australiana se quedó con más de US$20 millones de sus clientes. El operativo para determinar qué le pasó
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La historia de Melissa Caddick intriga a miles de australianos por estos días. La madre de 49 años estafó por cerca de US$20.000.000 a familiares y amigos a través de Maliver, una supuesta empresa financiera. Concretado ese esquema, la mujer de Sidney desapareció de la faz de la tierra, y nada se supo de ella por tres meses, hasta que su pie fue encontrado en una playa remota de Nueva Gales del Sur el mes pasado.
Después del hallazgo del pie cortado, dentro de una zapatilla de la marca Asics, el comisionado policial de ese estado australiano, Mick Fuller, aventuró que “siempre existe la posibilidad de que se haya cortado el pie y siga viva, aunque es bastante fantasioso”.
A pesar del despliegue de las fuerzas policiales -que incluyó un rastrillaje oceánico de 6000 metros cuadrados debajo de los acantilados de Dover Heights, el vecindario de Sidney en el que se encuentra su casa- por no encontraron otros restos de la mujer.
En medio de ese operativo, se hallaron restos humanos en la playa de Mollymook, aunque finalmente se determinó que pertenecían a un hombre, que había sido visto por última vez en la ciudad costera de Kiama.
“Tenemos 68 víctimas de fraude, y sentimos pena por ellas”, declaró el jefe de la policía de Nueva Gales del Sur al medio 2GB. “Todavía estamos tratando de recuperar los fondos y esa investigación continúa. Pero no hemos cerrado este caso”, aseguró.
En tanto, varios expertos en criminología sugirieron que la mujer fue asesinada, aunque la policía se niega a desechar otras hipótesis. Una de ellas era que se había arrojado de un acantilado cercano a su vivienda, aunque fue considerar como poco probable por lo lejos de esa playa que apareció su pie.
La última vez que Caddick fue vista fue en la noche del pasado 11 de noviembre. Su hijo de 15 años declaró a las fuerzas de seguridad que escuchó la puerta del frente de su casa de Dover Heights cerrarse alrededor de las 5.30 de la mañana, horario en que ella salía a correr, aunque no se llevó ninguna de sus pertenencias ni su teléfono.
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