Estados Unidos: la píldora abortiva, en el centro de una creciente batalla judicial
Un juez de Texas retiró la autorización de la mifepristona, mientras que en Washington otra sentencia exigió mantener disponible la pastilla en al menos 12 estados
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WASHINGTON.- Jueces federales en Texas y Washington emitieron sentencias contrarias este viernes que intensificaron la batalla legal alrededor del aborto y sobre la píldora mifepristona, de uso común para la interrupción del embarazo, en una disputa que se ha acentuado desde que la Suprema Corte de Estados Unidos revocó el derecho federal al procedimiento.
La píldora estuvo en el centro de dos sentencias enfrentadas emitidas por dos cortes federales, diez meses después del histórico fallo de la Corte Suprema que le dio a cada estado del país la libertad de decidir sobre el aborto en su territorio.
La primera sentencia fue pronunciada por un juez federal en Texas, el magistrado Matthew Kacsmaryk, conocido por su postura conservadora, quien retiró la autorización que la Administración federal de Alimentos y Medicamentos (FDA) había dado hace más de 20 años a la píldora y que cuenta con una ventana de siete días para que el Departamento de Justicia apele.
En la noche del viernes, en un dramático giro legal en dirección opuesta, un juez federal de Washington dijo que la FDA debe mantener disponible la pastilla en al menos 12 estados.
Por lo tanto, le corresponderá a la Corte Suprema, cuya composición fue reformulada por el expresidente republicano Donald Trump (2017-2021) durante su mandato y con mayoría conservadora, aclarar la situación.
El presidente demócrata Joe Biden anticipó en un comunicado difundido por la Casa Blanca que su administración “peleará esta decisión” del juez Kacsmaryk. Si se mantiene este fallo, cada medicamento regulado será vulnerable a “esta clase de ataques ideológicos y políticos”, agregó el mandatario.
El fiscal general y secretario de Justicia, Merrick Garland, había manifestado en un comunicado que el gobierno de Biden “está totalmente en desacuerdo con la decisión” del tribunal y que el fallo “contraviene la opinión experta de la FDA, dictada hace más de dos décadas, de que la mifepristona es segura y eficaz”.
Para la vicepresidenta estadounidense, Kamala Harris, esta “decisión sin precedentes de hoy amenaza los derecho de las mujeres en el país a tomar decisiones sobre su salud y su capacidad de acceder a los medicamentos recetados por sus médicos”.
Al menos 13 estados de Estados Unidos prohibieron la mayoría de abortos, incluso los que requieren medicamentos, desde que la Suprema Corte revocó en junio pasado el derecho constitucional a abortar.
“Presión política”
Kacsmaryk, quien lleva el caso en una corte federal de Amarillo, Texas, fue nombrado por Donald Trump y ratificado por el Senado en 2019. Es un cristiano conservador con un historial personal de oposición al aborto.
El magistrado tomó en cuenta estudios sobre los riesgos atribuidos a esta píldora abortiva, que son considerados insignificantes por la mayoría de la comunidad científica. También acusa a la FDA de no seguir sus procedimientos para buscar un objetivo político.
”Hay evidencia que indica que la FDA enfrentó una intensa presión política para renunciar a sus precauciones de seguridad con el fin de promover el objetivo político de ampliar el acceso al aborto”, fundamentó Kacsmaryk, quien era abogado de una organización cristiana antes de ser nombrado juez federal por Trump.
Según el Instituto Guttmacher, la píldora representó más de la mitad (53%) de los 930.160 abortos registrados en 2020 por esta organización que investiga políticas públicas y de salud reproductiva en Estados Unidos. En 2008 la cifra fue de 17% y en 2017, de 39%.
Si bien el número de los llamados abortos por medicación se ha disparado dramáticamente en Estados Unidos en los años recientes, todavía no es tan prevalente como en varias naciones europeas. En Francia, por ejemplo, los abortos de este tipo representaron el 70% del total en 2020.
Los procedimientos
La pastilla, que se ingiere para inducir un aborto una vez que la mujer confirma que está embarazada, es diferente a la del “día después”, que pueden utilizar las mujeres luego de tener relaciones sexuales para prevenir un embarazo.
El procedimiento involucra más de una píldora. La primera, mifepristona, conocida también como RU 486, detiene la continuidad normal del embarazo al bloquear la producción de la hormona progesterona. Otro medicamento, misoprostol, se toma 48 horas después y provoca calambres, sangrado y vacía el útero. Ambas pueden usarse en casa y no requieren asistencia médica.
La FDA dio luz verde a la mifepristona y al misoprostol en el 2000. Se aprobó para su uso hasta la semana 10 de embarazo, luego de la cual una mujer necesitaría abortar mediante otros métodos.
El costo promedio de un medicamento abortivo en la organización Planned Parenthood es de 580 dólares, pero puede llegar a costar más de 800. Su uso durante el periodo de tiempo especificado se considera seguro y efectivo por expertos médicos.
Los embarazos se interrumpen con éxito en más del 95% de los casos en los que se usa la píldora, según estudios. Complicaciones serias, como sangrado excesivo, fiebre, infección o reacción alérgica, que requieren consulta médica, son inusuales.
Agencia AFP
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