Estados Unidos atraviesa una tragedia; ahora debemos eliminar una potencial escalada de la violencia
Son los votos, no las balas, los que siempre deberían zanjar las diferencias entre los norteamericanos, sostiene el diario neoyorquino
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A continuación se transcribe el editorial del diario de The New York Times sobre el atentado contra el candidato Donald Trump
El sábado los norteamericanos recibieron un aleccionador recordatorio de la amenaza que implica la violencia política para la democracia. Es una bendición que Donald Trump no haya resultado gravemente herido de arma durante su acto de campaña en Butler, Pensilvania, y es una verdadera tragedia que haya muerto al menos uno de los asistentes al acto. Confiamos en una pronta y completa recuperación del expresidente Trump.
Es mucho lo que todavía no se sabe del atacante y los disparos, que están siendo investigados como intento de magnicidio. Pero hay cosas que sí están claras: cualquier intento de resolver la elección por medio de la violencia es aborrecible. La violencia es antitética con la democracia. Son los votos, no las balas, los que siempre deberían zanjar las diferencias entre los norteamericanos.
Corresponde ahora a los dirigentes de ambos partidos, así como a los norteamericanos en su conjunto e individualmente, resistirse a una escalada de la violencia y al tipo de lenguaje extremista que la fogonea. El ataque del sábado no debe ser tomado como una provocación y tampoco debe ser justificado.
"En un sondeo, el 10% de los encuestados justificó el uso de la fuerza para evitar que Trump vuelva a ser presidente y el 7% dijo que el uso de la fuerza estaba justificado para devolver a Trump a la presidencia"
Los norteamericanos también deberían abrir los ojos al grave desafío que enfrenta su país. Lo ocurrido el sábado no debe ser ninguneado como un hecho aislado: la violencia está infectando y carcomiendo la vida política norteamericana.
Hace tiempo que en Estados Unidos la democracia está bajo la sombra de la violencia, pero en estos últimos tiempos esa sombra se ha vuelto más oscura o ominosa. La polarización cultural y política, la omnipresencia de las armas y el poder radicalizador de Internet han contribuido a esta situación, como este diario lo esbozó en la serie de editoriales de 2022 titulada The Danger Within (“El peligro interno”). Y todo lo que está en juego en esta elección presidencial tensiona aún más el compromiso del país con la resolución pacífica de las diferencias políticas.
Para que haya democracia, quienes participan de ella deben aceptar que el proceso es más importante que los resultados. Pero ya antes de los hechos del sábado había preocupantes señales de que muchos estadounidenses no cumplían con ese esencial requisito. En una encuesta realizada el mes pasado por el Proyecto de Chicago sobre Seguridad y Amenazas, el 10% de los encuestados justificó el uso de la fuerza para evitar que Trump vuelva a ser presidente y el 7% dijo que el uso de la fuerza estaba justificado para devolver a Trump a la presidencia.
La agenda política de Trump no puede ni debe ser enfrentada con violencia. Y tampoco puede ni debe imponerse mediante la violencia.
El ataque del sábado fue una tragedia. El desafío que ahora enfrentan los norteamericanos es evitar que este momento se convierta en el inicio de una tragedia mayor.
Esta elección debe resolverse en las urnas, por medio del voto de los ciudadanos norteamericanos.
(Traducción de Jaime Arrambide)
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