España, salpicada por una ola de títulos y currículums falsos de funcionarios
MADRID.- España vive una inédita ola de mentiras y falsedades en los currículum con los que se presentan funcionarios y cargos públicos.
Una epidemia que inquieta a universidades y que sale a la luz ahora a partir del "caso testigo", que es el protagoniza Cristina Cifuentes, una de las figuras clave del gobernante Partido Popular (PP).
En todo un récord, lleva 27 días en pública disputa defendiendo con uñas y dientes un título cuya validez ya es puesta en duda hasta por los suyos.
A la presidenta de la próspera región de Madrid se le detectó un máster tan espurio que acaba de "renunciar" a él (aunque eso no sea posible), a ver si con ésas salva el pellejo y conserva el cargo. Algo que parece cada vez menos posible.
Estudiantes y universidades están que arden. A ellos les cuesta esfuerzo y dinero lograr un título de grado y esta mujer acepta ahora que tuvo "muchas facilidades y flexibilidad" para lograrlo.
La denuncia, que partió de profesores de la propia universidad pública Rey Juan Carlos, es que ni siquiera fue a clase, que no presentó una tesis final y que tampoco la defendió.
Para completar el cuadro, en medio hubo hasta una supuesta acta de mesa de examen, pero ya se comprobó que eran "falsas" al menos dos de las tres firmas de la pretendida mesa examinadora.
Seguidilla
El de Cifuentes es el caso más flagrante. Sobre todo, porque arrancó con todas las ínfulas y un sobrador "no pienso renunciar", algo que hoy suena insostenible.
Pero en medio saltó una seguidilla inédita de casos similares que salpican a todos los partidos políticos.
E incluso a la judicatura, con una jueza que, como exitosa abogada, se atribuyó haber participado en la elaboración de una legislación clave sobre derechos humanos con cuya redacción, en realidad, no tuvo nada que ver.
Las falsedades incluyen títulos de grado. Diputados que aseguran ser médicos cuando no pasaron del secundario. Otros que se atribuyen un máster en Harvard cuando siquiera pisaron esa casa de estudios.
Otro de los clásicos es la mentira en la competencia de idiomas extranjeros. Con inglés y francés a la cabeza de los que falsamente se asegura controlar. Hasta el ex presidente José Luis Rodriguez Zapatero optó, en su momento, por dejar de ensayar intervenciones en francés que sus interlocutores no entendían.
Las explicaciones tienen mucho en común. Al igual que muchas otras "imprecisiones", la periodista Pilar Rahola aseguró que "no controlaba" su página web cuando en ella figuró que era doctora en Filología, título que no tenía.
Algunos cargos llegaron a renunciar. Otros, como Cifuentes, resisten. En medio, las universidades temen por el desprestigio que todo esto acarrea.
También la Casa Real
La más expuesta es la Rey Juan Carlos, que, por llevar el nombre del rey emérito, hasta vuelve a salpicar a la Casa Real.
"Aquí lo que tenemos son buenas fiestas y cualquier problemilla con el título, lo arreglamos entre amigotes", dicen abiertamente humoristas, al hacer sarcasmo tanto con el temperamento del ex monarca como con los negociados de su yerno, el exduque de Palma, Iñaki Urdangarín.
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