España-Marruecos en el Mundial Qatar 2022: la historia de colonialismo y crisis migratorias detrás de un partido decisivo
La policía española puso en alerta a los agentes antidisturbios, con especial atención a las poblaciones con una mayor presencia de ciudadanos marroquíes
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MADRID.- El partido por octavos de final del Mundial de fútbol de Qatar que jugarán este martes los seleccionados de España y Marruecos tiene como condimento extrafutbolístico la tensa relación diplomática que mantienen ambas naciones, con una crisis migratoria legendaria y el rol hispano en la disputa del país africano con su vecino Argelia por la región del Sahara Occidental.
“Será un partido entre dos vecinos que comparten varios siglos de historia y un estrecho de 14 kilómetros de agua y muchísimas cosas más”, resumió el escritor marroquí Nabil Driouch.
España y Marruecos se enfrentan por segunda vez en un Mundial. La primera vez fue en Rusia 2018, en la fase de grupos, con un empate 2 a 2.
El primer enfrentamiento entre ambas selecciones fue en 1961, en Casablanca, en un partido clasificatorio para el Mundial de Chile, en el que España se impuso por 1 a 0.
Pero la historia extrafutbolística entre ambas naciones, más traumática, se remonta a mediados del siglo XIX, con sucesivas guerras independentistas contra el colonialismo compartido por España y Francia, y llega a un presente apenas un poco menos tenso.
El último episodio de la crisis diplomática y migratoria entre Marruecos y España se registró en 2021, a raíz de la estancia en un hospital de Logroño de Brahim Gali, secretario general del Frente Polisario y presidente de la República Árabe Sahaurí Democrática, que no es reconocida por las naciones del norte de África.
El Sahara Occidental, de unos 266.000 kilómetros cuadrados situado en el norte de África, en el extremo occidental del desierto de Sahara y a orillas del océano Atlántico, es un territorio considerado no autónomo por la ONU y que no es reconocido por unos 80 países, por el cual no cesa la disputa.
Actualmente una gran parte de ese territorio está bajo el control de Marruecos. España fue su potencia administradora (o colonial) hasta noviembre de 1975, inmediatamente después de la muerte del dictador Francisco Franco, fecha en que cedió el territorio a Marruecos y a Mauritania, en un extraño acuerdo.
Posteriormente Mauritania se retiró, ampliando Marruecos la zona bajo su control, por lo que su Ggbierno considera que todo el Sahara Occidental está bajo su soberanía.
Pero, en realidad, la franja oriental de ese territorio está en manos del Frente Popular para la Liberación de Saguía el-Hamra y de Río de Oro (Frente Polisario), movimiento independentista saharaui que, desde su creación en 1973, lucha por la independencia y, en todo caso, por el proceso de autodeterminación del Sahara Occidental.
El acuerdo firmado hace casi 50 años por el gobierno de España para la cesión del Sahara Occidental no ha sido aceptado por la comunidad internacional, por no ser legal desde esa perspectiva. La administración del Sahara Occidental no se puede pasar de un país a otro. No es una finca particular.
En cualquier caso, y pese a no ser legal desde una perspectiva internacional el acuerdo tripartito sobre el Sahara Occidental, el 26 de febrero de 1976 el gobierno de España comunicó a la ONU que finalizaba su presencia allí y que se consideraba sin responsabilidad alguna sobre lo que allí sucediera. Y así se ha comportado habitualmente.
En marzo, no obstante, el gobierno de Pedro Sánchez dio un giro a la política tradicional de España y aceptó el proyecto de Marruecos sobre la autonomía del Sáhara Occidental, poniendo así fin a una crisis diplomática que se prolongó durante diez meses. El objetivo fue obtener de Marruecos una gestión de los flujos migratorios.
Desde que se supo que Marruecos y España disputarían los octavos de final no han cesado por parte de marroquíes en redes sociales las apelaciones históricas al encuentro, menciones a las “ocupadas” Ceuta y Melilla, y a una suerte de “revancha histórica”.
Los enclaves españoles en Ceuta y Melilla, ambos dentro del perímetro de Marruecos, son unas de las trágicas postales de la inmigración africana hacia Europa, aunque no las únicas.
Miles de artículos periodísticos, libros y películas, documentales y de ficción, registran la dura realidad que rodea esos puestos fronterizos, en los que cientos de miles de desesperados migrantes buscan llegar a Europa, una suerte de tierra prometida, que los discrimina y los margina, pero que los aleja de hambrunas, pestes y miseria.
Desde la década de los 70 el Gobierno de Marruecos reivindica la soberanía en ambas ciudades españolas, pero el gobierno de España nunca estableció negociaciones de ningún tipo, ya que considera a Ceuta, Melilla y las plazas parte del territorio nacional español.
Mañana se juega solo un partido de futbol, un episodio más de un espectáculo tan rentable que vence barreras políticas, religiosas y morales, entre otras, pero detrás hay una larga historia.
Refuerzo policial
“La relación entre los dos países es buena. Hay mucha gente de Marruecos que vive en España y estamos felices de que sea así”, comentó bajando el tono el DT español Luis Enrique.
No obstante, la policía española se prepara ante la posibilidad de altercados tras los desmanes que estallaron el 27 de noviembre en Bruselas por la victoria de Marruecos frente a Bélgica.
En España, la policía puso en alerta a los agentes antidisturbios, con especial atención a las poblaciones con una mayor presencia de ciudadanos marroquíes (en España viven unos 900.000), como Madrid, Cataluña, Valencia, Murcia y Andalucía.
Antes del partido, la policía desplegará un vasto dispositivo de seguridad en Madrid al celebrarse el aniversario de la proclamación de la Constitución de 1978 en el Congreso de los Diputados. La Federación española de entidades religiosas islámicas (FEERI) llamó en un comunicado a la población musulmana a que la manifestación de la “alegría o tristeza” no conlleve “desórdenes públicos”.
”Será un partido muy difícil”, advirtió Walid Regragui, entrenador de Marruecos en la previa del duelo que se jugará desde las 12 (hora argentina) en el estadio Education City de Rayán, con capacidad para unos 45.000 aficionados, y será arbitrado por Fernando Rapallini, el argentino que dirigirá su tercer duelo en esta Copa.
”España es una de las mejores selecciones del mundo y tiene grandes ambiciones”, destacó Regragui, al considerarla como “una de las grandes favoritas al título”, aún cuando aseguró que “intentaremos vencerla, porque sería una sorpresa y una alegría para nuestro país”.
”Nos hemos preparado bien porque conocemos mucho del fútbol español”, afirmó al explicar que “siempre juega con el mismo estilo, pero eso no le impide poner en apuros a todos”.
Agencias ANSA y Télam
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