España: descubren 66 campamentos del ejército romano sin excavar el suelo
El hallazgo de 66 antiguos campamentos mostró que el ejército romano tuvo una presencia mayor de lo pensado durante los dos siglos que se prolongó la conquista por Roma de la Península Ibérica.
Gracias a la moderna tecnología de detección por láser LIDAR, el descubrimiento de campamentos de diferentes tamaños, utilizados para entrenamiento y refugio, permitió a los expertos mapear cómo los soldados atacaron a los grupos indígenas desde diferentes direcciones y aprender más sobre la huella de la presencia militar romana en la franja norte de la cuenca del río Duero: las actuales provincias de León, Palencia, Burgos y Cantabria.
Los expertos analizaron fotografías aéreas e imágenes de satélite, crearon modelos tridimensionales del terreno a partir de datos LiDAR y utilizaron drones para crear mapas detallados de los sitios. Esto incluyó recursos del Instituto Geográfico Nacional (IGN) y geoportales como Google Earth o Bing Maps. La localización precisa de las ubicaciones permitió que se llevara a cabo el trabajo de campo.
Estas ocupaciones temporales suelen dejar huellas frágiles y sutiles en la superficie. Las acequias o las murallas de tierra y piedra que protegen estas fortificaciones fueron rellenadas y aplanadas. La combinación de diferentes imágenes de teledetección y trabajo de campo muestra la forma del perímetro de los campamentos militares romanos temporales, a menudo rectangulares.
Estos nuevos yacimientos se ubican en las estribaciones de la Cordillera Cantábrica, donde se centró el conflicto entre romanos e indígenas a finales del siglo I a.C. Esto sugiere que los soldados cruzaron entre las tierras bajas y las tierras altas, utilizando crestas en las montañas para mantenerse fuera del sitio y protegerse más.
El hecho de que hubiera tantos campamentos militares en la región muestra el inmenso apoyo logístico que permitió a los soldados conquistar la zona. Los sitios se utilizaron para ayudar al movimiento a lugares remotos y para ayudar a los soldados a permanecer en el área durante los fríos meses de invierno. Algunos de los campamentos pueden haber albergado a soldados durante semanas o meses, y más durante la noche.
El objetivo de la ocupación era expandir el imperio y poder explotar recursos naturales como el estaño y el oro.
La investigación, publicada en la revista Geosciences, fue realizada por Andrés Menéndez Blanco, Jesús García Sánchez del Instituto de Arqueología de Mérida, José Manuel Costa-García y Víctor Vicente García de la Universidad de Santiago de Compostela, João Fonte de la Universidad de Exeter y David González-Álvarez del Instituto de Ciencias del Patrimonio - CSIC.
En un comunicado de la Universidad de Exeter, el doctor Fonte aclaró: "Hemos identificado tantos sitios porque usamos diferentes tipos de sensores remotos. El escaneo láser aéreo dio buenos resultados para algunos sitios en lugares más remotos porque mostró movimientos de tierra realmente bien. La fotografía aérea funcionó mejor en áreas bajas para el detección de marcas de cultivo".
Al mismo tiempo, el investigador explicó: "Los restos son de los campamentos temporales que instaló el ejército romano al desplazarse por territorio hostil o al realizar maniobras en torno a sus bases permanentes. Revelan la intensa actividad romana a la entrada de la Cordillera Cantábrica durante la última fase de la conquista romana de Hispania".
Existe una importante concentración de 25 yacimientos a lo largo de los valles del norte de Palencia y Burgos, así como del sur de Cantabria. En la provincia de León, se documentaron hasta 41 sitios en diferentes valles. Estos van desde pequeños fuertes de unos cientos de metros cuadrados hasta grandes recintos fortificados de 15 hectáreas.
La mayoría de estos sitios militares romanos se ubicaron muy cerca de importantes ciudades romanas posteriores. Un ejemplo es Sasamón, aldea de Burgos que probablemente fue donde cerca el emperador Augusto instaló su campamento durante su presencia en el frente.
La investigación continuará para que los expertos puedan examinar las relaciones que los romanos establecieron con las comunidades indígenas, llamadas Vaccaei, Turmogi, Cantabri, Astures y Callaeci, según las fuentes griegas y latinas.
Actualmente, el equipo está desarrollando un proyecto de catalogación y documentación de todos los campamentos romanos de la provincia de León mediante drones, con el fin de conocer mejor sus estructuras o la evolución de su estado de conservación. También se continúa trabajando en Burgos y en Sasamón, incluyendo un estudio del asentamiento del Cerro de Castarreño y su conquista en el siglo I a.C.
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