España declara el estado de alarma para afrontar una crisis sin precedente
La decisión le permite a Pedro Sánchez tomar medidas excepcionales; la OMS dijo que "el epicentro de la pandemia" se trasladó a Europa
BARCELONA.- España vive sus horas más graves desde el golpe de Estado frustrado del 23 de febrero de 1981 a causa de la crisis sanitaria provocada por el Covid-19, más conocido como coronavirus.
El presidente del gobierno, Pedro Sánchez, anunció la declaración del estado de alarma después del Consejo de Ministros de ayer, que le permitirá tomar todo tipo de medidas excepcionales. La decisión llega solo un día después de que el Consejo de Ministros hubiera descartado esta opción, lo que da una idea de la vertiginosa escalada de pánico tanto entre las autoridades como entre la población.
Las cifras de contagiados van creciendo a tal ritmo que a los medios de comunicación les cuesta tener al día sus recuentos. Mientras que anteanoche se habían contabilizado poco más de 3000 infectados y 84 muertes, ayer al mediodía, antes de la comparecencia pública de Sánchez, la cifra de positivos había escalado hasta más de 5000, y la de muertos, a 130.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró ayer que Europa se ha convertido ya en el "epicentro de la pandemia" y que el número total de muertes en el mundo ha superado el umbral de los 5000.
Con gesto circunspecto, el presidente advirtió a la ciudadanía que vienen "semanas muy duras" y estimó que la semana que viene el número de positivos podría alcanzar los 10.000. Sin embargo, a la vez que instaba a todos, y sobre todo a los jóvenes, a seguir las recomendaciones de los expertos, también quiso enviar un mensaje de esperanza: "Este virus lo pararemos juntos".
El estado de alarma, recogido en el artículo 116 de la Constitución, está previsto para reaccionar ante catástrofes naturales o crisis de salud pública, como el caso de una epidemia.
Por ahora, el período de duración de la medida excepcional será de 15 días, y en caso de que el Ejecutivo quiera renovarlo, deberá contar con la aprobación del Congreso. Sin embargo, el gobierno no ha detallado todavía qué acciones concretas adoptará. Lo hará después de la reunión del Consejo de Ministros de esta mañana.
Entre las medidas que el gobierno podría tomar figura limitar la circulación de personas y vehículos en determinadas horas y lugares; la confiscación temporales de bienes e instalaciones, incluidas industrias y hospitales privados, o el racionamiento de productos de primera necesidad.
Para su cumplimiento, podrá echar mano incluso del Ejército, que ya ha suspendido todas sus maniobras. Sánchez ya adelantó en su discurso que dispondrá "la movilización de todos los recursos del Estado". A diferencia de la declaración de estado de asedio o guerra, el gobierno no puede suspender derechos individuales fundamentales.
Esta es la segunda vez en la historia de la democracia española que se activa el estado de alarma. No obstante, en esta ocasión, la crisis es mucho más seria. En 2010, el Ejecutivo recurrió a esta figura legal ante una huelga encubierta de controladores aéreos que amenazaba trastornar seriamente el tráfico aéreo. El estado de alarma otorga también al gobierno la capacidad de suspender las elecciones regionales en Galicia y el País Vasco, un escenario sin precedente.
El hecho de que el gobierno no tomara ninguna decisión de inmediato suscitó muchas críticas en las redes sociales, sobre todo ante las imágenes de largas colas de vehículos saliendo de Madrid, el principal foco de contagio. La capital concentra la mitad de los infectados y 86 de las 130 muertes, pero no ha sido aislada. Eso sí, en Madrid se han aprobado algunas medidas más estrictas que en el resto del país, y a partir de pasada la medianoche se ha forzado el cierre de todos los locales de ocio así como de comercios, con la excepción de aquellos que venden alimentos o productos de primera necesidad.
"Me cuentan que en mi pueblo, Comillas [Cantabria], se ha llenado hasta la bandera de madrileñitos con segunda residencia... La irresponsabilidad, el egoísmo y la falta absoluta de solidaridad con la población más vulnerable", escribió en un tuit María Antonia Sánchez-Vallejo, una veterana periodista de El País.
Ante el miedo al contagio de los veraneantes madrileños, el gobierno de la región de Murcia ha optado por confinar a todos sus municipios costeros, con una población de 376.000 habitantes.
La zona cero de la crisis son los hospitales de Madrid, donde empiezan a escasear algunos materiales como las mascarillas, y las salas de terapia intensiva están al borde del colapso, con los profesionales sanitarios presos de la fatiga y la tensión.
En Cataluña, ya se preparan para un escenario parecido: "La situación aquí aún no es grave, no estamos desbordados. Pero hoy nos han convocado a una reunión y nos han dicho que en los próximos días llegará una avalancha de enfermos. Estamos muy preocupados", comentó una enfermera de un hospital catalán.
El presidente catalán, Joaquim Torra, anunció anoche el confinamiento de toda la región. "La evolución de los contagios nos exige ser más drásticos. Se trata de restringir las entradas y salidas del país para protegernos", señaló.
El país entero se prepara como puede para adentrarse en una hostil tierra incógnita.
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