Escuela de seducción: conquistar un millonario, el sueño de miles de rusas
En la Rusia capitalista, un país consumido por el afán de estatus, proliferan las academias para mujeres que apuestan a casarse con ricos y poderosos; enseñan desde modales hasta técnicas sexuales
MOSCÚ.- Lo único que quiere la rusa Elena Poriovska es un marido multimillonario. No le importa si es viejo, calvo, alcohólico, obeso o todo a la vez. No es el amor lo que le interesa a esa bellísima rubia de 24 años. Ella quiere estabilidad.
"Si es capaz de usar con inteligencia sus atributos, conseguirá lo que todas las jóvenes rusas buscan desde que desapareció la Unión Soviética: un oligarca", afirma Vladimir Rasa, "profesor de amor" que imparte clases de sexo y seducción en Moscú .
Como Elena, son miles en todo el país. Se las llama gold diggers (buscadoras de oro) y están dispuestas a todo para conseguir al hombre que las sacará de la mediocridad.
En todo caso, ¿cómo no admirar un país donde las mujeres, espléndidas valkirias de estética impecable, caminan con tacos de 15 centímetros en la nieve como si fuera lo más natural? El secreto, al parecer, es moverse rápido sin jamás bajar la mirada y, sobre todo, practicar lo que los expertos llaman baby-steps: unos pasitos cortos como los que daba Betty Boop.
Están dispuestas a todo para conseguir al hombre que las sacará de la mediocridad
Después de semejante proeza, cualquiera podría creer que negociar un excelente matrimonio debe ser una trivialidad para las rusas actuales. Pues no es tan así, según Rasa. En la nueva Rusia capitalista, un país consumido por el afán de dinero y la búsqueda de estatus, "pescar" un candidato ideal es una aventura cada vez más complicada.
"Las mujeres buscan un marido que tenga avión privado, yate y un pozo de petróleo. No es imposible, pero para conseguirlo necesitan cualidades superfantásticas", dice Verushka, otra profesora que sacude con gracia una cascada de bucles dorados, viste jeans negros como dibujados sobre un cuerpo de 1,80 metros y botas plateadas.
Mientras afuera el viento y el frío azotan, el subsuelo donde trabajan Vladimir y Verushka, muy cerca de la Plaza Roja de Moscú, se parece más bien a un sauna. Las candidatas al amor perfecto van para seguir cursos de "Cómo casarse en tres meses" o de "Sexo oral para expertos".
"No usen alhajas en la primera cita. Él debe pensar que ustedes son pobres. Hay que inspirarle el deseo de comprarles joyas", les explican. O también: "Contraigan los músculos de la vagina. Esto provocará una dilatación de las pupilas que las hará más atractivas". Las chicas toman notas con aplicación.
No usen alhajas en la primera cita. Él debe pensar que ustedes son pobres
Como Elena, otras 40 jóvenes desembolsaron unos 300 euros por seis semanas de cursos nocturnos donde aprenderán -entre otras cosas- buenas maneras, rudimentos de cultura general y cómo manipular a un hombre rico. Y, según Verushka, el famoso baby-trot consigue que oligarcas como Roman Abramovich levanten la mirada y presten atención.
Las escuelas de seducción son una de las nuevas -y muy lucrativas- actividades comerciales imaginadas para ayudar a las mujeres a hacerse un sitio en la Rusia poscomunista.
En este país, muchos empresarios no quieren emplear mujeres, convencidos de que las obligaciones familiares les impedirán cumplir con sus tareas correctamente. Aquellas que tienen la suerte de obtener un trabajo reciben un salario 60% inferior al de los hombres, según un informe de la ONG rusa Human Rights House.
Ahora, en un país donde la distancia entre ricos y pobres es gigantesca, hallar, atraer y "cazar" a un rico se transformó en una auténtica industria.
Todo empezó cuando el sistema económico soviético estalló en mil pedazos, permitiendo la emergencia de una clase de oligarcas multimillonarios que se apoderaron de los recursos naturales del Estado y se lanzaron frenéticamente al mundo de los negocios.
Por otra parte, y tal vez como reacción a la época soviética, cuando las mujeres padecían a la par de los hombres el sistema totalitario de las industrias estatales, muchas jóvenes prefieren en la actualidad casarse con un millonario que tomarse el trabajo de hacer dinero por cuenta propia.
"¿Por qué una mujer tendría que matarse trabajando? Eso es cosa de hombres", dice Vladimir Rasa. Sus alumnas asienten.
La actividad de una bella amante moscovita se cotiza en unos 4000 euros mensuales en efectivo, un departamento nuevo, un auto y largos fines de semana en Turquía o Egipto. A cambio, la escort girl debe estar disponible para su sugar daddy cada vez que él lo dispone: siempre feliz e imaginativa.
La actividad de una bella amante moscovita se cotiza en unos 4000 euros mensuales en efectivo, un departamento nuevo, un auto y largos fines de semana en Turquía o Egipto
Desde la época en que Mikhail Gorbachov aplicó su famosa política de glasnost (transparencia), no sólo florecieron escuelas como la de Vladimir y Verushka; también hay películas, shows de televisión y libros. Todos giran en torno a la alegoría de la Cenicienta. Novelas donde chicas encuentran felicidad y seguridad en los brazos de hombres ricos, de preferencia maduros? Internet está lleno de ofertas de escuelas que, de Moscú a Siberia, enseñan a las mujeres cómo lograrlo por tarifas que varían entre 200 y 2000 euros.
La contratapa de un popular manual de autoayuda, coescrito por la it-girl rusa Ksenia Sobchak -hija del ex intendente de San Petersburgo-, dice: "Hay suficientes oligarcas en Rusia para conquistar. El equipamiento necesario: una sonrisa, sentido del humor, optimismo y fervor. ¿Casarse con un príncipe? Es fácil".
Probablemente Ksenia exagere. En la última década, el presidente ruso, Vladimir Putin, se encargó de perseguir, encarcelar y exiliar a muchos de los hombres más ricos del país. Es verdad que, según Vladimir Rasa, todavía quedan unos 50 multimillonarios, 120.000 millonarios y varios miles de señores muy acomodados.
Toda esa "gentry" masculina no titubea cuando se trata de gastar. Aunque muchos se hayan llamado al recato desde que Occidente aplicó una serie de sanciones contra los allegados a Putin por su política en Ucrania, la mayoría sigue tirando fortunas por la ventana en los clubes nocturnos más exclusivos de Moscú, viajando en jets privados a los Alpes y recorriendo las aguas azules del Mediterráneo en suntuosos yates.
Organizador
Rusia tiene incluso su mago oficial para formar parejas fuera de lo común: Piotr Listerman, un sulfuroso personaje medio gurú, medio mafioso, organizador de encuentros en las esferas más altas de la oligarquía postsoviética, mezclado en sombríos escándalos de corrupción de menores. Dicen los iniciados que no hay pareja del top-10 formada en los últimos 15 años en la que Listerman no haya intervenido.
Cuando no está recorriendo bares y estaciones de esquí, Listerman actúa en un programa de televisión llamado Las bellas y la bestia, mientras maneja su imperio por teléfono e Internet. Según afirma, recibe unos 200 correos electrónicos diarios de mujeres que le piden ser presentadas a algún magnate. También se jacta de tener en su base de datos "unos 500 candidatos extremadamente ricos". Dice que se reúne personalmente con cada joven que le llama la atención y arregla discretas citas con los oligarcas interesados.
"Al día siguiente la llamo para que me dé un informe. Y también lo llamo a él. Después? enciendo un cigarro, me sirvo un whisky. Y me siento como un dios", confiesa.
Según afirma, Listerman recibe unos 200 correos electrónicos diarios de mujeres que le piden ser presentadas a algún magnate
Entre los milagros públicos de Listerman se cuenta la boda y el subsecuente divorcio de Ilya Golubovich, hijo de uno de los magnates del petróleo ruso, con la bella estudiante ucraniana Elena, concretado en 2011.
Elena nació en Donbass, una región minera de Ucrania ocupada por los padrinos de la mafia en los años 90. Su madre tenía allí una peluquería y Elena decidió seguir sus pasos. Pero el negocio quebró y, a los 20 años, la joven llegó a la capital rusa sin un centavo y empezó a trabajar como stripper en un casino, el Golden Girls. Allí conoció a Ilya Golubovich. Se enamoraron, vivieron juntos un tiempo y se casaron. Un año y medio después, la corte de apelaciones en Londres pronunció la sentencia de divorcio y le adjudicó a la bella Elena la módica suma de 2,85 millones de libras esterlinas (unos 4,37 millones de dólares).
Elena se transformó en el ídolo absoluto de las pretendientes a geishas. Una de sus admiradoras es Ilena Kurkova. Mientras recorre la sala con tres libros en la cabeza para aprender a "mantener el porte", esa espectacular sirena de 1,78 metros, cabellos rubios, sonrisa despampanante y piernas interminables declama de memoria los principios de marketing que le repiten en la escuela de la mañana a la noche: "En el comercio, hay que estar siempre atenta al deseo del consumidor. Ese principio se aplica a la búsqueda de un millonario".
"En la primera cita hay algunas reglas fundamentales: jamás hablar de una misma y estudiar sus pasatiempos, de esa forma después habrá temas de conversación", enumera.
-¿Y cómo se hace para conseguir que el candidato comience a hacerte regalos?
-Cuando hay algo que te interesa, te colocas a su izquierda, que es su lado emocional. El costado derecho es el racional, allí hay que ubicarse para hablar de negocios -dice con la seguridad de una Mata Hari.
Ilena todavía no consiguió la perla rara, pero no se desalienta. Su amiga -y abuela de 60 años- Ella Gorlanova también se graduó en la escuela de geishas y terminó encontrando a su quinto marido. "Eso me llena de esperanzas", dice la joven.
"Mis maridos anteriores siempre dependieron de mí", confiesa, por su parte, la escultural Ella, una empleada gubernamental. Cuenta que, cuando se incorporó a los cursos, ya salía con un señor que parecía decididamente generoso. "Lo mejor que aprendí aquí fue a nunca decir que no. Y funcionó muy bien", reconoce. No sólo se casó con ella, sino que comenzó a hacerle fantásticos regalos: "Un televisor plasma y un auto para mi cumpleaños".
Las mujeres casadas también van a buscar consejos al sótano de Verushka y Vladimir para conservar al hombre que ya tienen.
"Después de nueve años de vida en común, mi marido dejó de mirarme", dice Olga Unbegan, una atractiva pelirroja de 37 años, que trabaja en una agencia inmobiliaria.
Olga se inscribió en el curso "Cómo hacer volver la luna de miel", que incluye tanto consejos sexuales "avanzados" como formas de poner un poco de picante a la vida cotidiana.
"Antes, sólo vestía con jeans y chatitas. Después comencé a comprar minis, tacos altísimos y a maquillarme", dice. Combinado con sus nuevas capacidades eróticas, el efecto en su marido fue aparentemente instantáneo: "No solo está mucho más atento y cariñoso, sino que me da todo lo que le pido", concluye, con un guiño de satisfacción.
Advertencias
Pero si bien las escuelas de geishas rusas venden sueños, también intentan advertir a sus alumnas que no todo es rosa en el duro camino hacia los diamantes.
"Los hombres que hacen enormes cantidades de dinero son muchas cosas menos mansos gatitos", subraya Vladimir a LA NACION.
"A menos que tengan un talento único y particular, suelen ser brutales. Podrán disimularse en un traje a medida o con un sofisticado gusto por el buen vino, pero la búsqueda permanente de fortuna, con frecuencia cuando partieron de muy abajo, forja en los hombres un carácter terrible", explica.
Para Vladimir, cuando el dinero es el principal motivo de la existencia, tiñe todos los aspectos de la vida. "Y nadie conoce mejor el valor del dinero que alguien que se hizo solo. En otras palabras, cada uno de ellos espera recibir a cambio cada centavo que gasta", reflexiona.
Pero si bien las escuelas de geishas rusas venden sueños, también intentan advertir a sus alumnas que no todo es rosa en el duro camino hacia los diamantes.
"En términos de relación, esto puede ser agotador", advierte Vladimir a sus alumnas. "Los millonarios son exigentes. OK, eres hermosa, atractiva e inteligente. Pero si él paga por tu vida de reina, espera cosas a cambio. Puedes estar cansada y querer dormir temprano, pero si él quiere salir de fiesta, tendrás que subirte a tus Louboutin, colgarte la mejor de las sonrisas y acompañarlo. Conocí mujeres de millonarios que, pocas horas después de dar a luz, tuvieron que levantarse de la cama, ponerse divinas y organizar una comida para los socios de su marido", precisa.
Mucho más brutal, Piotr Listerman confirma: "Para una mujer, estar casada con un millonario es una especie de pesadilla, aun cuando al final del día pueda deslizarse entre sábanas de Frette y apoyar la cabeza en una almohada de plumas de ocas húngaras de 400 dólares".
"Y el problema principal son las demás mujeres", asesta.
Jimmy Goldsmith, tres veces casado, dijo una vez: "Cuando un millonario se casa con su amante, crea una vacante". Difícil hallar una mejor definición. Suponiendo que la pretendiente a esposa haya conseguido destituir a la primera mujer gracias a su juventud, una conversación inteligente, una silueta de ensueño y ningún chico para cuidar, a partir de ese momento le espera una vida de angustias.
"Habiéndose vendido como una Ferrari, estará obligada a serlo para siempre", dice Listerman. "Pero, así como Ferrari saca cada tanto un nuevo modelo para mantener la atención de sus clientes, centenares de mujeres bellas e inteligentes entran al mercado de la seducción todos los años. Y por muchos esfuerzos que se hagan -advierte-, nadie puede detener el paso del tiempo para siempre."
-¿No es quizás un poco exagerado? Hay parejas que consiguen durar?
-Sí, algunos millonarios suelen sentirse medianamente atraídos con la idea de tener un modelo "vintage", pero nunca será tan excitante como el último modelo que nadie pudo conducir. Como le dije antes: crudo, pero real.
Una veta cada vez más lucrativa
Las escuelas de seducción, una actividad comercial que crece en Rusia
- Marketing. Las escuelas de seducción tienen nombres variados, como Geisha School, y aplican las leyes del marketing para conseguir un objetivo; enseñan a manejar la tolerancia al fracaso, la perseverancia y el conocimiento del cliente.
- Tarifas. De Moscú a Siberia, en Internet se pueden encontrar ofertas de cursos para mujeres que van desde 200 euros hasta 2000, en los que aprenderán buenas maneras, cultura general y cómo manipular a un hombre rico.
- Cursos. Los seminarios son tan diversos como "Cocina erótica", "Cómo casarse en tres meses", "El arte de tocar" y "Danza del vientre".
- Autoayuda. Las librerías de Moscú están repletas de libros de autoayuda que enseñan a las chicas a "cazar" a un hombre rico.
- Población. En Rusia hay 11 millones más de mujeres que de hombres, por lo que la competencia en la búsqueda de un millonario es alta.
- Récord. Según la revista Forbes, Moscú desplazó a Nueva York como la ciudad con mayor cantidad de multimillonarios en el mundo (en la capital rusa hay 84); además, en el país hay unos 120.000 millonarios.
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