Escándalo en Brasil: el secretario de Cultura copió a Goebbels y Bolsonaro lo echó
RÍO DE JANEIRO.- Planeaba ser el principal evento de su gestión, pero para Ricardo Alvim -desde ayer exsecretario de Cultura brasileño- el lanzamiento de un premio de arte acabó eyectándolo del gobierno en medio de un escándalo.
El presidente Jair Bolsonaro despidió a Alvim luego de que el funcionario citara una frase del propagandista nazi Joseph Goebbels en un video de presentación de un premio de arte. El parafraseo del jerarca nazi generó fuertes críticas e indignación que en cuestión de horas decantaron en su salida.
#PrêmioNacionaldasArtes | Marco histórico nas artes e na cultura brasileira! Com investimento de mais de R$ 20 milhões, o Prêmio Nacional das Artes vai apoiar projetos de sete categorias em todas as regiões do Brasil. Dê o play e confira! pic.twitter.com/dbbW4xuKpM&— Secretaria Especial da Cultura (@CulturaGovBr) January 16, 2020
Alvim había dicho anteanoche que el arte brasileño de la próxima década sería "heroico, nacional e imperativo", en un video en el que lanzaba el Premio Nacional de las Artes, una iniciativa que busca desarrollar la cultura "conservadora" en Brasil. A primera hora de ayer, el escándalo había estallado. La frase del funcionario parafraseaba un discurso de Goebbels, uno de los personajes más sombríos en la historia del siglo XX, que en 1933 dijo que el arte alemán de la próxima década sería "heroico, romántico, nacional e imperativo". Para completar la escena, Alvim había utilizado como cortina de su video la ópera Lohengrin, de Richard Wagner, compositor antisemita admirado por Adolf Hitler.
O secretário da Cultura passou de todos os limites. É inaceitável. O governo brasileiro deveria afastá-lo urgente do cargo. https://t.co/k9sb6QX6iG&— Rodrigo Maia (@RodrigoMaia) January 17, 2020
Pese al constante coqueteo de miembros del gobierno de Bolsonaro con la dictadura y referencias antidemocráticas, el video de Alvim tuvo un impacto negativo sin parangón con otro episodio similar de la administración de Bolsonaro. Decenas de organizaciones civiles y políticas consideraron intolerable la cita al nazismo y a medida que pasaban las horas, como una bola de nieve, crecía la presión para que saliera del cargo. El ahora exsecretario jugó su última carta e intentó explicar lo inexplicable en una entrevista con la Radio Gaúcha.
"No soy nazi. Fue una coincidencia infeliz, no sabía la fuente de la frase. No se puede concluir de ella que existe un vínculo mío con el nazismo", dijo Alvim, y aseguró que él no había escrito la totalidad del discurso, sino que habían intervenido colaboradores. Alvim insistió en que la frase, enunciada originalmente por uno de los ideólogos del nazismo, era "absolutamente perfecta".
"Hay grandes frases de Stalin, del Che Guevara, que si uno las saca de contexto pueden sonar increíbles. Hasta un dictador sanguinario puede tener alguna que otra frase correcta". Fueron sus últimos dichos públicos como funcionario.
Su suerte quedó sentenciada horas más tarde cuando Bolsonaro comunicó finalmente el despido a través de un comunicado. "Un pronunciamiento infeliz convierte en insostenible su permanencia. Manifestamos nuestro apoyo a la comunidad judía y reitero nuestro repudio a las ideas totalitarias y genocidas", dijo Bolsonaro.
La Confederación Israelita en Brasil había dicho en una nota que "es inaceptable el uso del discurso nazi". La embajada alemana en Brasil también se sumó a las críticas: "El período del nazismo es un capítulo sombrío de la historia alemana. Nos oponemos a cualquier intento de banalizar o glorificar la era del nacionalsocialismo".
Alvim, un escritor y director teatral oriundo de Río de Janeiro, había llegado a la secretaría en noviembre del año pasado. Profundamente afín al ideario "conservador" de Bolsonaro, al asumir el cargo había prometido lanzar una "guerra cultural" contra el progresismo y alinear la gestión con políticas que sustenten los valores conservadores.
Odilon Caldeira Neto, profesor de Historia de la Universidad Federal de Juiz de Fora e investigador de los movimientos de derecha en Brasil, dijo a LA NACION que la frase de Alvim está en línea con la simpatía del gobierno de Bolsonaro con "elementos del fascismo histórico".
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