“Esa no es nuestra tarea”: pese a las amenazas, las empresas de Rusia no logran que sus empleados se vacunen
La administración de Putin lanzó una batería de posibles sanciones para quienes no se inoculen, pero deben ejecutarlas los empleadores; las compañías consideran que el gobierno debería ponerse al frente de la campaña para la obligatoriedad
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MOSCÚ.- Cuando la floja campaña de vacunación de Rusia no logró impedir la llegada de una tercera y devastadora ola de la pandemia, las autoridades les echaron el fardo a las empresas, y les advirtieron a los trabajadores que quienes se negaran a vacunarse serían suspendidos sin goce de sueldo.
La estrategia refleja la desesperación de las autoridades rusas para impulsar los bajos índices de vacunación -alrededor de un 16%- en un país con suficientes dosis de la vacuna de fabricación local Sputnik V y de otras vacunas. Pero la estrategia también revela una tendencia más amplia a nivel global frente al desafío de la variante delta, y los gobiernos de todo el mundo ya analizan medidas obligatorias que recompensan a los vacunados y castigan a los reticentes.
De hecho, ya hay muchos países que han decretado la obligatoriedad de la vacunación en algunos rubros laborales.
Rusia, sin embargo, parece ir más rápido y a fondo que el resto de las naciones y ha decidido atar la vacuna al pago del sueldo.
El lunes, durante un acto Partido Comunista en la ciudad de Moscú, varios cientos de personas protestaron contra la vacunación obligatoria. En las últimas semanas se produjeron manifestaciones con consignas similares en Grecia, Francia y la India.
Las autoridades rusas parecen abroqueladas detrás de las medidas que fueron tomando forma en los últimos días: amenazas de fuertes castigos a los comercios minoristas y empresas de servicios —restaurantes y transporte, por ejemplo—, que no logren que se vacune al menos el 60% de su personal, y suspensión de los trabajadores que se nieguen a vacunarse.
El lunes, el Parlamento francés aprobó una ley que exige que todos los trabajadores de la salud se vacunen. En Estados Unidos, el Departamento de Asuntos de los Veteranos anunció que introduciría la obligatoriedad de la vacunación para todos sus trabajadores de primera línea de fuego, convirtiéndose en el primero organismo estatal norteamericano en dar al orden.
Quejas
Muchos empleados, sobre todo de pymes, se quejan diciendo que las autoridades rusas simplemente le han pasado el problema a las empresas, responsabilizándolas de la vacunación, cuando debería ser tarea del gobierno en medio de una crisis de tal envergadura.
El auge de la variante Delta ha provocado un aumento de nuevos casos diarios, que hace unos días llegaron a 23.000, con casi 800 fallecimientos.
Aunque el presidente Vladimir Putin sigue diciendo que la vacuna no debería ser obligatoria, en los hechos, para muchos rusos lo es.
“El ‘no muy rápido’ ritmo de la vacunación es una de las razones por las que no hemos logrado frenar drásticamente la propagación de la enfermedad”, dijo el martes un vocero del Kremlin, Dimitri Peskov.
Una encuesta realizada el 21 de julio por la agencia de investigación y empleo Superjob, con sede en Moscú, reveló que el 55% de los rusos se oponen a la vacunación obligatoria. Una encuesta realizada por la misma agencia el 13 de julio reveló que el 31% de los rusos no estaban dispuestos a vacunarse “bajo ninguna circunstancia”, mientras que el 26% solo lo haría si se vieran obligados a hacerlo como condición para seguir trabajando o ser contratados.
La fuerte resistencia a las vacunas en otros países responde a razones similares: las idas y vueltas en los mensajes oficiales y la desinformación que circula en las redes sociales.
La desconfianza de larga data de los rusos hacia sus autoridades también puede influir. La mayoría de los rusos desconfiaron desde un principio de las estadísticas estatales sobre la pandemia, según las encuestas realizadas en marzo y abril por el Centro Levada y la Escuela Superior de Economía.
Actualmente, la cifra de rusos que han recibido ambas dosis es del 16
A fines de junio, el alcalde de Moscú, Sergei Sobyanin, ordenó a los empleadores de los comercios y empresas de servicios esenciales que se aseguraran de que al menos el 60% de su personal estuviera completamente vacunado para mediados de agosto, y decenas de otras provincias de toda Rusia se sumaron y reclamaron lo mismo. En ese momento, según cifras oficiales, el 11% de los rusos habían sido vacunados con dos dosis, a pesar de que en Rusia las vacunas son gratuitas y hay amplia disponibilidad desde hace tiempo.
Actualmente, la cifra de los rusos que han recibido ambas dosis es del 16%, en comparación con más del 49% en Estados Unidos y casi el 56% en Gran Bretaña.
Las empresas minoristas y de servicios que no cumplan con esa meta podrían ser multadas o clausuradas durante meses. Sin embargo, algunos empresarios de la industria del transporte y de los comercios minoristas de alimentos ni siquiera logran cifras de vacunación mínimas entre sus empleados.
Muchos empleadores han pedido a las autoridades que prolonguen el plazo o bajen esa meta del 60%. Algunas regiones han dado más tiempo para cumplir con el objetivo.
Entre otras restricciones, algunas universidades han prohibido a los estudiantes no vacunados alojarse en los dormitorios del campus.
Dimitri Nesvetov, director de la filial de Moscú de OPORA, una asociación que nuclea a las pymes, dice que la mayoría de los empleadores cree que el gobierno, y no las empresas, quien debería hacerse responsable de que se cumplan los objetivos de vacunación.
“Esa no es tarea de los empleadores, quienes están convencidos de que esa es responsabilidad del gobierno y las autoridades”, dice Nesvetov.
Nesvetov señala que para los empleadores es extremadamente difícil cumplir con el objetivo del 60%. Y las que peor la pasan son las pequeñas empresas de menos de 30 empleados.
“En las pymes no tenemos demasiadas herramientas para convencerlos o presionarlos” para que se vacunen, dice Nesvetov. “Podés tratar de convencerlos, explicarles las consecuencias. Podés darles alguna bonificación como incentivo. O podés amenazarlos con suspensiones o licencias sin goce de sueldo, pero no podés echarlos.”
El portavoz de una empresa tipo Uber de Moscú, que habló bajo condición de anonimato para poder criticar libremente al gobierno, dice que el plazo “es realmente muy difícil de cumplir” y que obliga a los empleadores a adquirir vacunas y establecer sus propios puntos de vacunación.
También agrega que el gobierno ha recurrido “a amenazas de multas y suspensión de actividades”.
Despidos
Otra empresa de viajes compartidos, la aplicación Citimobil, dijo en un comunicado que había comprado 5000 dosis de vacunas para sus conductores extranjeros. La compañía ofrece premios a los conductores que se vacunen, incluido el sorteo de un auto.
El gerente de recursos humanos de una empresa de Moscú dice no haber podido cumplir con la fecha límite provisoria del 22 de julio para que el 60% de su personal tuviera la primera dosis.
“Estamos en pleno verano y mucha gente simplemente salió de vacaciones, y nosotros no podemos hacer que modifiquen sus planes de viaje y las vacaciones de sus hijos para venir a vacunarse en este momento”, dice. “Espero que si vienen a controlar tengan en cuenta este tipo de inconvenientes.”
El gerente dice que su empresa aún no ha suspendido a nadie, pero que el mes que viene empezará a hacerlo con los empleados que se nieguen a vacunarse sin una buena razón.
Una encuesta realizada el 13 de julio realizada por Superjob reveló que el 20% de los trabajadores sabía de alguien de su empresa que había sido despedido o suspendido por rechazar la vacuna.
Valeria Slivka, vocera de la popular cadena de cafeterías Shokoladnitsa, dice que la empresa logró vacunar al 76% de sus empleados.
“La plana mayor de la empresa inspiró y alentó al personal con su propio ejemplo. Los jefes se vacunaron, filmaron el proceso en video y lo compartieron en nuestro portal interno, dando un ejemplo positivo a todos los empleados de la empresa”, dice Slivka.
Según una encuesta realizada en julio, el 20% de los trabajadores sabía de alguien de su empresa que había sido despedido o suspendido por rechazar la vacuna
Pero en marzo Rusia perdió su gran oportunidad de disipar los temores de los rusos: cuando Putin se vacunó, emitió un breve anuncio sin imágenes ni video por televisión.
Según el Ministerio de Industria y Comercio de Rusia, las cadenas de productos alimenticios de Moscú habían logrado convencer de vacunarse a un promedio del 25% de sus empleados, según informó el periódico Kommersant. La Asociación de Comercios Minoristas, que agrupa a los principales supermercados, también adujo problemas para cumplir con la meta, como, la escasez de personal por las licencias y las vacaciones, y la falta de dosis en muchas regiones de Rusia.
De todos modos, muchos empleadores decidieron que lo mejor era hacer todo lo posible para cumplir con las exigencias del gobierno.
“Aunque no es para festejar, es preferible esto que otra cuarentena”, dice Nesvetov, de la asociación que nuclea a las pymes.
Traducción de Jaime Arrambide
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