“Es difícil entender el factor emocional”: cómo vive una familia argentina en Londres la despedida de Isabel II
Los Becker, instalados en la capital británica desde hace siete años, señalan que deberían “haber nacido en una monarquía para entender mejor lo que está pasando”
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LONDRES.- No todos están conmocionados en estos días de luto en Londres, una ciudad multicultural donde también residen muchas personas que no crecieron en una monarquía, que desconocen sus códigos, a quiénes se les hace difícil comprender esas manifestaciones de dolor colectivo hoy bajo la lupa de todo el mundo.
“La verdad es que nosotros seguimos las noticias de la muerte de la reina Isabel II el primer día. Y después, casi nada: no somos esa familia típica siguiendo todo muy de cerca”, dice a LA NACION Nicolás Becker, porteño y padre de familia, que vive en Londres desde hace siete años.
En su departamento típicamente inglés, con bellísimos bow-windows, que alquila cerca de la estación de subte de Earls Court, Nicolás -de 47 años- y su mujer, Virginia -de 45-, contaron cómo vive su familia este momento. Y no ocultaron su mirada fuera del coro.
“Una debería haber nacido en una monarquía para entender mejor lo que está pasando”, subraya Virginia, madre de Vicente (7), Emilia (5), Olivia (3) y Lorenzo (1). “Es difícil entender el factor emocional que sienten los ingleses con esta movida”, agrega esta santafecina de Sunchales, que trabajó durante 15 años en márketing en Disney, pero que desde que tuvo a su cuarto niño, debió dejar.
Entre risas, Viriginia y Nicolás destacan que sus parientes y amigos en la Argentina se enteraron antes de ellos de que se había muerto la reina. “Acá hubo todo un protocolo por el que la noticia salió mucho más tarde”, comentan, al subrayar, asimismo, que los videos con gestos de fastidio del rey Carlos III ante un tintero y ante una lapicera que chorreaba tinta, tuvieron, también, más repercusión afuera.
“Cuando vi esos videos, me pareció The Crown, me parece todo muy arcaico”, comenta Nicolás.
The Queen’s children hold a Vigil beside Her Majesty’s coffin in Westminster Hall, London. pic.twitter.com/Nch9a1LGUs
— The Royal Family (@RoyalFamily) September 16, 2022
Para los chicos, que van a un colegio estatal, la muerte de la reina por supuesto fue un tema. “Al día siguiente la directora los juntó a todos, les explicó lo que había pasado y después les mostraron documentales... Aunque la verdad es que hicieron muchas más cosas para la celebración del Jubileo, hace unos meses”, dice Virginia. “Pero para nosotros, en la vida diaria, no nos afectó nada, por más que a veces prendemos la televisión para ver que está pasando”, agrega.
“Olivia, de hecho, el otro día preguntaba: ‘¿qué es esa caja con una corona arriba?’”, suma Nicolás, entre risas.
Aunque él admite que jamás se le pasó por la cabeza participar de ningún evento masivo de duelo, Virgina disiente. “La reina fue un símbolo y este es un momento histórico… Y aunque no es fácil con cuatro chicos tan chicos, a mí si me gustaría llevarlos a ver las flores que dejaron en el parque alrededor del Palacio de Buckhingam”, dice. “A la larga, habrán sido testigos de un cambio de reinado y del luto por una reina muy especial, la más longeva de la historia, muy querida, que tuvo mucho carisma, famosa por sus carteras y esos vestidos de colores encendidos”, agrega.
“Ocurrencia simpática”
En ese punto coincide su marido, que destaca que Isabel II, más allá de su edad -murió el jueves de la semana pasada a los 96 años-, siempre tuvo toques de modernidad. “Como cuando se prendió a la ocurrencia simpática del sketch junto a James Bond para las Olimpíadas o a tomar el té con el oso Paddington para el Jubileo”, evoca.
¿Piensan que con Carlos III al timón de la realeza británica habrá cambios en el futuro? “No creo”, contesta Nicolás. “Más allá de los gestos de fastidio de él con el tintero y la lapicera, que fueron muy criticados afuera, pero acá no, ya que la mayoría salió a defenderlo, cada vez hay más simpatía hacia el nuevo rey. La estructura de la monarquía es muy defendida y eso lo reflejan las filas kilométricas para la capilla ardiente y demás ceremonias”, apunta.
“La gente decía que al morir la reina Isabel II iban a saltear una generación y pasarle la corona directamente a Guillermo, que siempre fue mucho más popular. Pero ahora todos están con Carlos”, agrega, al mostrarse convencido de que “comienza un período interesante”.
Aunque el lunes próximo -que será un feriado nacional- ellos también mirarán el funeral de Estado de la reina -que estiman será el evento televisivo más visto de la historia, con 4000 millones de espectadores-, Nicolás cree que ha habido una cobertura quizás excesiva de todo este luto nacional, por un motivo muy simple. “Hay mucha cosa negra pasando, la pandemia, la guerra en Ucrania, la crisis económica, la inflación y cualquier cosa que distrae es bienvenida”, asegura.
“La realeza es un poco un show para entretener a las masas, es algo aspiracional y para mí, ya sea un entierro, una coronación o un casamiento, es un show para mantener vivo el espectáculo”, dispara. “Es como el cuadro que pasa de generación en generación en una familia, el cuadro elegante y muy caro, que nadie quiere descolgar”, grafica. “Pero es decoración, nunca me conmovió la monarquía”, concluye, lapidario.
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