Ubicado en Manston, en el condado de Kent, operó ilegalmente y cuenta con una infraestructura inhabitable para las personas
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Las condiciones de un centro de inmigrantes abarrotado en Kent, en el sur de Inglaterra, eran similares a las de una prisión o un zoológico, según le contó a la BBC un hombre que estuvo en él recientemente.
Ahmed -nombre ficticio- cuenta cómo la gente en el centro de procesamiento de Manston era tratada como “animales”, con 130 personas obligadas a compartir una sola tienda grande. Según algunos informes, más de 4.000 inmigrantes fueron retenidos en los últimos días en el campamento, destinado a hospedar a 1.600 personas.
El Ministerio de Interior británico afirma que se están cubriendo “todas las necesidades básicas” de los inmigrantes.
Inmigrantes varados en el centro de Londres
A estas malas condiciones se suma el hecho de que un grupo de inmigrantes fue sacado por error de Kent y quedó varado en el centro de Londres, con frío, hambre y sin alojamiento, según pudo saber la BBC.
En concreto, cerca de unos 40 inmigrantes fueron sacados el martes de Manston para que pudieran alojarse con amigos y familiares en la capital, según explicó un voluntario de una organización benéfica para personas sin hogar. Sin embargo, 11 de ellos no tenían dónde ir después de llegar a la estación de tren de Victoria, en el centro de Londres.
El Ministerio de Interior declaró que el grupo había dicho a los funcionarios que tenían un lugar donde quedarse y que, cuando se descubrió que no era así, habían trabajado “a marchas forzadas” para encontrarles alojamiento.
La BBC pudo hablar con uno de estos inmigrantes que se quedaron en la calle en el centro de Londres. John -nombre ficticio- que pasó 21 días en Manston, durmiendo en un colchón en una tienda de campaña con unas 150 personas, calificó el centro como un “centro de detención” sin teléfono ni acceso al mundo exterior.
Él pensaba que iba a un hotel en Londres, pero al llegar se dio cuenta de que no había nada organizado. “Cuando llegamos a la estación de Victoria, el conductor del autobús nos dijo que nos bajáramos. Le pedí al conductor que por favor llamara al funcionario de inmigración, pero me dijo que debía bajar del autobús y llamar a la familia. Le dije que quizá había un malentendido porque no tengo familia aquí”, recuerda.
“Otros chicos dijeron lo mismo. Éramos unos 11 que no teníamos dónde ir. El conductor del autobús nos dijo que teníamos que bajar del autobús. Dijo que solo tenía que llevarnos a Victoria y que debíamos usar los teléfonos para llamar a la familia”, explicó. “En la estación de Victoria no sabía qué hacer. Otros chicos se fueron con sus familias, pero ¿a dónde debía ir yo?”, agregó.
Un voluntario de una organización benéfica, que estaba en la estación esa noche y vio al grupo de inmigrantes confusos, relató a la BBC que estos no tenían ropa o zapatos adecuados para las bajas temperaturas.
Estaban hambrientos y sin dinero, “desesperados por un té, un café, una sopa”, dijo el voluntario, que consiguió comprar comida y más de 80 prendas de vestir para el grupo en Primark, incluyendo guantes, zapatos, sombreros y pantalones. El grupo fue finalmente recogido en la madrugada del miércoles y llevado a un hotel en Norwich, agregó.
Malas condiciones del centro
El gobierno se enfrentó a las críticas tras los informes de que Manston retenía a los inmigrantes, incluidas las familias, durante cuatro semanas, en contra de lo que dicta la ley. La intención es que las personas no permanezcan más de 24 horas mientras se tramita su solicitud.
Por su parte, el ministro de Inmigración, Robert Jenrick, insistió previamente en que el número de personas en Manston está disminuyendo. Ahmed, quien abandonó el centro el lunes después de 24 días allí, aseguró que le obligaban a dormir en el suelo y le impedían ir al baño, ducharse o salir a hacer ejercicio.
El joven declaró a la BBC que había huido de su país natal, Irán, en busca de libertad y para evitar la persecución. Asimismo, relató que había temido por su vida en su país.
Ahmed indicó, además, que a los migrantes del centro se les impidió llamar a sus familias para hacerles saber que habían llegado sanos y salvos tras hacer la travesía hasta Reino Unido. “Durante los 24 días que estuve allí, no pude llamar a mi familia para decirles si estoy muerto o vivo. No saben nada de mí. Todas las personas que están allí tienen una familia. Deberían saber lo que nos está pasando” afirmó.
Piden ayuda con un mensaje en una botella
La mala situación en el centro llevó también a una inmigrante a lanzar un mensaje en una botella por encima de la valla, diciendo que las mujeres embarazadas y los enfermos que están allí necesitan ayuda.
La carta, escrita en un inglés rudimentario, decía que 50 familias habían sido retenidas en la unidad de Manston durante más de 30 días. Describía las condiciones como las de una prisión y se dirigía a “periodistas, organizaciones, todo el mundo”.
La carta, lanzada a un fotógrafo de la agencia PA Media al otro lado de la valla, decía: “Realmente necesitamos su ayuda. Por favor, ayúdanos”. Escrita este pasado lunes, también expresaba que había un niño discapacitado en el centro, y añadía “está muy mal, ni siquiera se preocupan por él”.
“No es fácil para alguien que tiene hijos... Hay muchos niños. No deberían estar aquí. Deberían estar en una escuela, no en la cárcel”, continuaba. “Nuestra comida es muy mala y nos hace enfermar. Queremos hablar con usted, pero ni siquiera nos dejan salir”.
Un portavoz del Ministerio de Interior declaró que “Manston sigue contando con los recursos y el equipo necesarios para procesar a los inmigrantes de forma segura y les proporcionaremos un alojamiento alternativo tan pronto como sea posible”.
“Instamos a cualquiera que esté pensando en abandonar un país seguro y arriesgar su vida a manos de viles contrabandistas de personas a que lo reconsidere seriamente. A pesar de lo que se les ha dicho, no se les permitirá comenzar una nueva vida aquí”, agregó.
Aismismo, el ministerio informó de que atendía todas las necesidades básicas de los inmigrantes que llegaban a Reino Unido, que su seguridad y la de su personal eran su máxima prioridad y que se comprometía a proteger su bienestar.
De base militar a centro de registro de inmigrantes
Manston, una antigua base militar en Kent, abrió como centro de procesamiento en febrero para hacer frente al creciente número de migrantes que llegan a Reino Unido en pequeñas embarcaciones. Los inmigrantes deben permanecer allí durante breves periodos de tiempo mientras son sometidos a controles de seguridad e identidad.
Después, se supone que se les traslada al sistema de alojamiento de asilo del Ministerio de Interior, lo que a menudo significa un hotel debido a la escasez de alojamiento disponible. Pero Manston se llenó de gente el fin de semana cuando 700 inmigrantes fueron enviados allí desde otro centro en Dover, que fue incendiado.
Varios cientos de solicitantes de asilo fueron reubicados desde el centro de Manston el martes, según informó un diputado de Kent, el conservador Roger Gale. A lo largo de la semana se irán más, dijo, tuiteando: “No se debe permitir que esto vuelva a ocurrir”.
Jenrick tuiteó el martes que el número de inmigrantes retenidos en el centro había “disminuido sustancialmente”. “A menos que recibamos un número inesperado de migrantes en pequeñas embarcaciones en los próximos días, el número se reducirá considerablemente esta semana”, dijo. “Es imperativo que el centro vuelva a tener un modelo de funcionamiento sostenible y estamos haciendo todo lo posible para garantizar que eso ocurra rápidamente”, manifestó.
Sin embargo, la Cruz Roja británica declaró que “los graves problemas en Manston son indicativos de los problemas más amplios a los que se enfrenta el sistema de asilo”.
Este año llegó al Reino Unido un gran número de inmigrantes. En lo que va de año, han llegado 40.000 migrantes a Kent, de los cuales casi 1.000 cruzaron el Canal solo el sábado.
Por otra parte, la BBC recibió fotos de niños que llegan al país solos, sin la compañía de un adulto, y son obligados a dormir en el suelo en otra instalación del Ministerio de Interior en Kent. Las imágenes muestran una habitación escasamente decorada, con unos pocos libros y una caja de Scrabble como entretenimiento para ayudar a pasar el tiempo en la instalación.
Las fotografías muestran también pintadas en diferentes idiomas garabateadas en las paredes sobre una fila de sillas de plástico fijadas al suelo. Las instalaciones se utilizan para registrar a los niños no acompañados que solicitan asilo.
Una portavoz del Ministerio de Interior declaró: “Manston sigue contando con los recursos y el equipamiento necesarios para procesar a los inmigrantes de forma segura y proporcionaremos un alojamiento alternativo lo antes posible”.
“El número de personas que llegan a Reino Unido a través de pequeñas embarcaciones ha alcanzado niveles récord, lo que ha supuesto una gran presión para nuestro sistema de asilo y cuesta al contribuyente británico millones de libras al día”, explicó.
“Atendemos todas las necesidades básicas de personas que llegan cansadas, con frío, con ropa mojada y que puede que no hayan comido durante su viaje. El Ministerio de Interior ofrece instalaciones sanitarias en Manston las 24 horas del día, además de contar con sólidos planes de contingencia para hacer frente a problemas sanitarios como enfermedades contagiosas”, agregó.
El gobierno se vio sometido a una gran presión para hacer frente al aumento de las travesías en pequeñas embarcaciones y para acelerar la tramitación de los inmigrantes que ya están en el Reino Unido.
La ministra de Interior, Suella Braverman, fue acusada por los partidos de la oposición de ignorar el asesoramiento jurídico que le aconsejaba que tenía que buscar más alojamiento en hoteles para evitar el hacinamiento en el centro de Kent, algo que la política conservadora negó.
Braverman también fue acusada de utilizar un lenguaje incendiario, tras decir que el sur de Inglaterra se enfrentaba a una “invasión” de inmigrantes, durante una acalorada sesión en el Parlamento británico.
La organización The Refugee Council calificó el lenguaje empleado por la política como “atroz, equivocado y peligroso”. Su ministro de Inmigración reconoció más tarde que los políticos deben tener cuidado con el lenguaje que emplean a la hora de tratar cuestiones migratorias.
Mientras, el portavoz del gobierno dijo que el primer ministro, Rishi Sunak, indicó a su gabinete en una reunión mantenida el martes, que Reino Unido “siempre sería un país compasivo y acogedor”.
*Por Vinnie O’Dowd
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