Eric Adams, el expolicía vegano que fue elegido como nuevo alcalde de Nueva York
Se convirtió en el segundo afroamericano en llegar a gobernar la mayor ciudad de Estados Unidos; su campaña se centró en la combatir el racismo y la inseguridad
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NUEVA YORK.- Eric Adams que acaba de convertirse en alcalde de Nueva York es un policía retirado afiliado al Partido Demócrata que eligió su profesión para luchar contra el racismo que sufrió cuando era un joven de bajos recursos. Es también el segundo afrodescendiente en gobernar la mayor ciudad de Estados Unidos, según medios locales.
De 61 años, asumirá el cargo el 1 de enero tras suceder al impopular Bill de Blasio y tendrá que hacer frente a las consecuencias económicas de la pandemia de Covid-19 que golpeó con especial virulencia a la Gran Manzana. “Este es mi sueño hecho realidad y no puedo estar más orgulloso de representar la ciudad que tanto amamos”, expresó en la noche del martes en su cuenta de Twitter.
Eric Adams se presenta como un dirigente determinado, defensor de las clases medias y populares, y adalid contra la discriminación racial. Es vegano y un fiel defensor del uso de la bicicleta - prometió impulsar este medio de transporte en la ciudad y pedalear hasta la alcaldía de Nueva York-.
Este hijo de una familia pobre de Brooklyn, criado en Queens, es el segundo afrodescendiente que llega a la alcaldía de Nueva York después de David Dinkins (1990-93). Adams dijo este martes que esta elección es una especie de revancha para aquel “chavalito” que flirteó con la delincuencia y la exclusión social, así como para los neoyorquinos de familias populares.
El expolicía venció al republicano Curtis Sliwa, de 67 años, un pintoresco personaje fundador de la patrulla urbana de los benévolos “Angeles Guardianes” y amante de los gatos. Grandes medios locales dieron la victoria de Adams poco después del cierre de las urnas, a las 21H00 locales.
Contra el racismo
Bajo el lema de campaña “Yo soy ustedes” (I am you), el candidato procedente del ala más tradicional del Partido Demócrata prometió a sus votantes luchar contra la inseguridad, que se disparó en 2020, un tema que marcó su pasado y definió su futuro.
Y es que a los 15 años, cuando era un joven golpeado por la policía, el favorito para ser alcalde se prometió que haría todo lo posible para “cambiar el sistema desde adentro”.
En la década de los 80 se hizo policía, en una época de extrema violencia en Nueva York, y llegó a capitán tras 22 años en el cuerpo. En 1995, fundó un sindicato para luchar contra el racismo.
Su carrera en política comenzó en 2006, tras dejar la policía, cuando se convirtió en senador por el Estado de Nueva York, y después en presidente de Brooklyn, trampolín para la alcaldía de Nueva York.
Como alcalde de la Gran Manzana, dirigirá la mayor fuerza policial del país, la NYPD, con 36.000 empleados, cuya reforma ha prometido proseguir.
“Creador de mitos”
Apodado por el New York Times como el “creador de mitos”, Adams ha demostrado “ser irresistible para los votantes: ningún candidato fue tan decidido o eficaz en colocar lo personal en el centro de la campaña”, dice el diario local.
Hijo de una madre soltera y ama de casa, criado al borde de la falta de vivienda, según dijo él mismo, y con una discapacidad de aprendizaje no diagnosticada durante mucho tiempo, Adams se identifica con todos los neoyorquinos.
“La gente podría decir: ´Oye, este tipo es uno de los nuestros´”, señaló, mientras tomaba un té de menta el mes pasado durante una entrevista, según el New York Times. “Quería contar mi narrativa”.
En los últimos días de campaña, Adams debatió en dos ocasiones en la televisión con su rival republicano, un personaje pintoresco, que siempre lleva una boina roja y que en 1979 creó la milicia “Ángeles guardianes”, patrullas de benévolos dispuestos a luchar contra las agresiones en las calles junto a la policía.
Sliwa reprochó a Adams de que no se había reunido con los sindicatos policiales, donde hay mayor resistencia, junto a los bomberos, a la obligatoriedad de la vacuna contra el covid-19 de entre los funcionarios municipales, y de haber preferido reunirse para hablar de la lucha contra la criminalidad con antiguos jefes de bandas neoyorquinas.
El futuro como alcalde no será fácil: según la leyenda, es el segundo puesto más difícil detrás del de presidente del país.
Además, tendrá que gestionar la vuelta a la normalidad de escuelas, oficinas y comercios, así como luchar contra las desigualdades sociales en el templo del capitalismo, reformar infraestructuras en estado calamitoso y hacer frente a los riesgos climáticos.
Agencia AFP
LA NACION
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