Cómo Jeffrey Epstein se convirtió en símbolo de riqueza, privilegios y depravación
NUEVA YORK.- A mediados de la década de 1970, el financista Jeffrey Epstein, hallado muerto hoy en una prisión de Manhattan, era profesor de Matemáticas y Física en la Escuela Dalton, una de las preparatorias más prestigiosas de Nueva York. Para muchos alumnos, Epstein era un personaje inusual y discordante, siempre dispuesto a pasarse de la raya con las chicas.
Luego trabajó durante seis años en el banco de inversiones Bear Stearns, hasta que en 1982 abrió su propia firma para manejar el dinero de sus clientes.
Le gustaba presentarse como alguien cuya visión empresaria y financiera lo convertían en indispensable para las grandes corporaciones, pero hay pocas evidencias que lo demuestren. Los servicios financieros de Epstein eran mayormente malos y su portafolio de clientes bastante flaco.
De todas maneras, Epstein se las arregló para pegarse a un puñado de importantes veteranos de Wall Street, entre ellos James E. Staley, alto ejecutivo de JPMorgan. Hace una década, cuando la oficina de buenas prácticas de JPMorgan hizo una auditoría integral de sus clientes, recomendó que el banco cortara todo vínculo con Epstein, ya que sus cuentas representaban riesgos legales y reputaciones inaceptables.
Epstein siguió siendo cliente de JPMorgan hasta 2013.
Su círculo de amigos y conocidos incluía a muchas personalidades de alto perfil, como el presidente norteamericano Donald Trump , el expresidente Bill Clinton , y Leslie Wexner, el megaempresario dueño de Victoria’s Secret y muchas otras marcas conocidas.
Al menos una de las veladas que Trump y Epstein pasaron juntos en compañía de decenas de porristas de la Liga Nacional de Fútbol Americano quedó documentada en video.
En su casa de Manhattan, Epstein tenía fotos junto a Clinton, Woody Allen , y el príncipe heredero de Arabia Saudita.
Epstein también era un imán para una deslumbrante variedad de eminentes científicos. A lo largo de los años, varias veces les confió a algunos de ellos su anhelo de sembrar la raza humana con su ADN, fecundando a mujeres en su inmenso rancho de Nuevo México, según el relato de cuatro personas familiarizadas con sus ideas. No hay evidencias de que Epstein haya dado pasos en ese sentido.
Y el mes pasado, el expremier israelí Ehud Barak, que intentó sin éxito desplazar al primer ministro Benjamin Netanyahu , debió dar explicaciones sobre sus vínculos con Epstein. Entre 2004 y 2006, Barak recibió unos 2,3 millones de dólares a través de una fundación vinculada a Epstein, mientras que Epstein invirtió alrededor de 1 millón de dólares en una sociedad de responsabilidad limitada creada por Barak en 2015.
Las acusaciones
Todo eso en cuanto a su vida social.
Pero en 2008, como parte de un acuerdo con los fiscales federales para no ser enjuiciado por crímenes sexuales en Florida, Epstein se declaró culpable de los cargos de prostitución en dos estados y cumplió una condena de 13 meses en la cárcel del condado de Palm Beach.
En junio pasado, Julie K. Brown, periodista de investigación de The Miami Herald, publicó una serie de artículos meticulosamente documentados sobre el acuerdo en cuestión, y su investigación detectó más de 80 supuestas víctimas.
Varios documentos legales recientemente desclasificados brindan nuevos y perturbadores detalles de lo que pasaba puertas adentro en la casa de Epstein y de la estrategia de sus cómplices para reclutar a las jóvenes y chicas.
Los documentos –la mayor cantidad de material legal que se haya hecho pública desde que Epstein fue acusado por primera vez, hace 13 años–, incluyen el testimonio de una mujer llamada Virginia Giuffre, donde asegura que Epstein la sometió a "esclavitud sexual".
Los nuevos cargos que enfrentaba Epstein eran por el manejo de una red de tráfico sexual que a través de engaños llevó a decenas de menores a una mansión en Palm Beach, Florida, y a su palaciega casa urbana en el Upper East Side de Nueva York.
Precisamente en esa vivienda de Manhattan, la policía encontró fotos de nenas desnudas.
Epstein quiso evitar ir preso y el 11 de julio le solicitó al juez su liberación (el pedido fue rechazado) a cambio de una cuantiosa fianza: como garantía colateral, estaba dispuesto a poner su casa de Manhattan –que según los registros públicos tiene un valor cercano a los 56 millones de dólares–, y también su avión privado.
The New York Times
(Traducción de Jaime Arrambide)
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