Envueltos en la incertidumbre, los familiares de venezolanos detenidos por el chavismo revelan detalles escalofriantes
Los guardias cobran por pasar a ver a los presos y golpean para que confiesen delitos no cometidos
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CARACAS.- Una semana después de que se produjeran los primeros traslados a la zona 7 de la Policía Nacional Bolivariana (PNB) de Boleíta todavía hay decenas de personas en distintos horarios del día en la zona. El motivo principal es poder ver a los familiares detenidos, llevarles comida y verificar que estén en buen estado de salud.
Sin embargo, la incertidumbre sigue siendo el elemento común entre las personas presentes en el lugar ubicado al este de la capital venezolana.
De las celdas de la zona 7 de la PNB en Boleíta han salido cientos de personas trasladadas a otros centros penales, especialmente a Yare 3, en los Valles del Tuy y, en el caso de las mujeres, al centro de “La Crisálida” en Los Teques. Sin embargo, quienes todavía permanecen en Boleíta no saben si serán trasladados o cuánto tiempo tendrán que pasar en este lugar.
Mientras esta situación se afianza, los familiares empiezan a hacer denuncias sobre tratos irregulares por parte de funcionarios de la PNB. Lo más comentado entre las personas presentes es el cobro para poder ingresar a ver a los detenidos.
“Lo normal es que nos cobren cinco dólares. Además lo piden en físico o en bolívares, no aceptan pago móvil”, dijo a Efecto Cocuyo la madre de uno de los detenidos en el lugar.
También denuncian que hay cobros por hacer llegar la comida y la ropa.
Los detenidos que no estaban protestando
El día lunes 29 de julio se desarrollaron protestas por toda Venezuela. El motivo principal era expresar el rechazo a los resultados publicados por el Consejo Nacional Electoral (CNE), que daban como vencedor a Nicolás Maduro sobre Edmundo González Urrutia. Entre lunes y martes se registraron más de 200 actividades de calle en todo el país.
Caracas, lógicamente, fue uno de los puntos más sonados esos dos días. Pero principalmente el lunes. Sectores populares como Petare, Catia, El Cementerio y Guarataro expresaron su descontento. Los que eran bastiones del chavismo mostraban su sentir. La represión fue contundente, pero las detenciones que vinieron los días siguientes sembraron el miedo en la población.
Entre tantos casos está el de dos hombres de El Cementerio. Uno de 45 años y uno de 37. El primero se encontraba al borde de su calle arreglando un vehículos cuando funcionarios de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) lo increparon y le exigieron que se subiera a una camioneta. Estaba siendo detenido.
El otro, un hombre de 37 años que estaba terminando su jornada laboral en otro punto de Caracas y caminaba por la zona baja de El Cementerio antes de llegar a su casa. “Mi hermano tenía puesto su uniforme de trabajo y las vecinas vieron cuando la guardia se lo llevaba. Él solamente iba a su casa, no estaba protestando”, dijo a Efecto Cocuyo la hermana de uno de los detenidos en El Cementerio.
La mayoría de las personas prefiere declarar en anonimato para evitar represalias contra sus familiares, pero también contra ellas mismas.
Golpes para admitir delitos
“Mi hijo sí manifestó. Pero si hay libertad de expresión, si no estamos en una dictadura, entonces ¿por qué lo detienen y lo quieren silenciar?”, se preguntaba la madre de un joven de 25 de años que también está detenido en la zona 7 de Boleíta. Ella denuncia que a su hijo lo han golpeado con el objetivo de hacerlo admitir delitos que no cometió.
“Prefiero que me maten a echarme la culpa de algo que no hice. Yo no soy ningún terrorista”, fueron las palabras del joven. Se las dijo a su madre cuando pudieron verse el pasado viernes 2 de agosto en la sede de la PNB en San Agustín del Sur. Desde ese momento, ella no ha podido verlo de nuevo.
La madre de este joven, quien también pide mantener anonimato, denunció que a su hijo lo tienen en una celda apodada “el infiernito”, ubicada presuntamente en los sótanos de la zona 7 de Boleíta. “Mi corazón está destrozado como madre. Pero me levanto todos los días. Hago recolectas por redes sociales, también cuento con el apoyo de familiares y amigos migrantes para poder tener algo de dinero y costear la comida de mi hijo, además de mis viajes desde Guatire hasta acá”, comentó la mujer.
Ella, así como otras decenas de personas, vive con la incertidumbre constante de saber si a sus familiares los van a trasladar a centros penitenciarios más alejados de la capital venezolana o si van a permanecer en la zona 7 de Boleíta.
El caso de Edward Ocariz, sacado de su casa mientras hacía el almuerzo
A Edward Ocariz lo conocen en la zona de Coche. Las personas saben de su activismo político en la parroquia y su constante presencia en las protestas relacionadas con reivindicaciones salariales, así como en la exigencia del respeto de los derechos humanos.
El viernes 2 de agosto, después del mediodía, Edward cocinaba el almuerzo en su casa. De repente, unos ocho funcionarios uniformados irrumpieron en su casa, en Coche, para llevárselo detenido. El activista pidió que le mostraran la orden judicial, las autoridades respondieron que la tenían en el bolsillo. Pero nunca la mostraron.
Edward Ocariz, activista y defensor de DDHH, está detenido de manera arbitraria cuando estaba en su residencia en la parroquia Coche.
— Espacio Público (@espaciopublico) August 7, 2024
Edward es inocente.#LiberenAEdward y a todos los detenidos! pic.twitter.com/R35blU8lOm
“Yo les dije a los policías que no me lo mataran. Les pregunté a dónde lo llevaban y me dijeron que para El Helicoide. Esa misma tarde le pudimos llevar comida. A él lo conocen en ese lugar porque le llevaba comida a los presos políticos en el lugar. Los policías ya lo conocían”, recordó Ismelda, una mujer de 76 años de edad que es tía y madrina de Edward Ocariz. Ella recuerda que su sobrino le había dicho, días antes de la detención, que, probablemente, lo irían a buscar a su casa.
“Él nos dijo, pero no fue específico. Un día nos dijo que de repente lo buscarían, pero no fue preciso. Aunque yo creo que ya le habían dicho algo. Cuando lo detuvieron él estaba algo tranquilo y nos pidió que estuviéramos fuertes”, recordó Ismelda en conversación con Efecto Cocuyo.
Los familiares de Edward Ocariz, así como otras personas, esperaban el miércoles 7 de agosto por un posible traslado a Yare 3. “Si lo llevan para allá tendremos que pasar por lo menos 10 días sin verlo”, comentaban las personas.
Por Efecto Cocuyo
Esta nota fue publicada por el sitio Efecto Cocuyo y es replicada gracias a la iniciativa #LaHoraDeVenezuela
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