Entre la memoria y el temor, Nueva York rindió homenaje a sus víctimas
Cómo se vivió desde adentro la ceremonia montada en la zona del Ground Zero; las impresiones de los familiares
Las amenazas de un posible ataque terrorista para el décimo aniversario del 11 de septiembre no ahuyentaron a mucha gente, pero sí generaron una máxima alerta en las fuerzas de seguridad. Desde la madrugada, miles de policías se concentraron en todas las esquinas que rodean el Ground Zero. Estrictos controles de seguridad se instalaron en los pocos accesos para aquellos que asistieron a la ceremonia de conmemoración.
Cerca de las 4, ya había gente ingresando al lugar. Como paisaje, la torre en construcción del One World Trade Center, iluminada con los colores de la bandera norteamericana.
A medida que fue amaneciendo, los familiares de las casi tres mil víctimas del atentado fueron ingresando a la zona. Muchos vestían remeras con las caras de sus seres queridos fallecidos en el ataque, llevaban pancartas y, el detalle infaltable: la bandera norteamericana.
Hacia arriba, varios francotiradores se acomodaban en puntos clave de los edificios de alrededor del ahora inaugurado memorial. Por las calles, policías con perros, efectivos a caballo y miles de otros uniformados vigilaban cada detalle.
En ese contexto, entre el recuerdo y el temor, se conmemoraron los diez años de un atentado que marcó un vuelco en la historia de los Estados Unidos.
Una nación, dos presidentes
Los fuertes operativos de seguridad estuvieron relacionados también con la presencia del actual presidente Barack Obama y el ex mandatario George Bush. Sus participaciones en la ceremonia fueron de apenas unos minutos al comienzo, siempre detrás de un vidrio blindado, desde donde, junto a sus respectivas esposas, entonaron el himno nacional para luego dar unos breves discursos.
También el actual alcalde de la ciudad Michael Bloomberg dirigió el evento. Pero los verdaderos protagonistas fueron los familiares que leyeron los nombres de las víctimas y pisaron por primera vez el Memorial al 11 de septiembre.
No olvidar jamás
"Never Forget" y "God Bless America" fueron las frases más repetidas por los más de 300 familiares que, de dos en dos, fueron turnándose para leer los nombres de los fallecidos en el atentado.
Entre medio de las lecturas, se hicieron seis momentos de silencio: uno a la hora en que, diez años atrás, el primer avión se estrellaba contra una de las torres; otro cuando el segundo avión chocaba contra el otro emblemático edificio; otro en el horario en que el vuelo de American Airlines se estrelló contra el pentágono; otro por la caída del vuelo 93 y los otros dos marcando respectivamente el momento en que se derrumbaron ambas torres.
Como resaltó el alcalde Bloomberg, la idea de no olvidar es para "no dejarse intimidar" por los terroristas. Recordar desde lo positivo, y "tratar de ser felices en honor a las víctimas".
Música por la memoria
Las lecturas y las participaciones de los referentes políticos estuvieron acompañadas de diversas representaciones musicales. Violinistas, chelistas, flautistas y un coro actuaron durante el evento.
También hicieron dos memorables participaciones los músicos James Taylor y Paul Simon.
Con su guitarra, Taylor interpretó el tema "You can close your eyes". "Cierra tus ojos; puedes cantar esta canción cuando me haya ido", cantaba, mientras los familiares de las víctimas rompían en llanto y se abrazaban entre sí.
La misma emoción causó la actuación de Simon, que cantó su reconocido tema "The sound of silence", para homenajear a los fallecidos en el atentado.
El memorial, paz
A media mañana se inauguró el Memorial con el ingreso de los familiares, que por primera vez pudieron acercarse a las dos gigantes fuentes de agua que ocupan el espacio en el que hace 10 años estaban las torres. Allí, pudieron tocar los nombres de sus seres queridos fallecidos, dejar flores y cartas e incluso recorrer todo el predio. Por el momento, el acceso es sólo para ellos. Desde el martes, se pueden reservar tickets para entrar, pero está todo agotado por un largo tiempo.
"Es un lugar pacífico, y es lo que necesitamos que alguien nos de. Ya sentimos demasiado odio y bronca", dijo a LA NACION Chelsea, cuyo tío fue uno de los valientes bomberos que murió intentando rescatar a otras personas.
"Tenemos sentimientos encontrados, todos los que perdimos a alguien por momento odiamos, por momentos sentimos angustia y por momentos orgullo", dijo la joven.
También Susan elogió el lugar. "Es un lugar de serenidad que nos hace mucho bien a todos los que perdimos a un ser querido". Su hermano, de apenas 25 años, llevaba unos cinco meses trabajando en las torres cuando ocurrió el atentado.
Puertas afuera
La conmemoración oficial no fue la única. Fuera del predio, muchas personas decoraron con cintas blancas los nombres de los fallecidos en las rejas de la Saint Paul’s Chapel.
También un grupo de bomberos, policías y otras personas que participaron de las tareas de rescate y recuperación realizó una ceremonia aparte, en la que ni siquiera la prensa fue recibida. Ninguno de ellos había sido invitado al evento principal, "por razones de espacio", según explicó el alcalde.
Muchas de estas personas que arriesgaron sus vidas para salvar otras padecen hoy enfermedades respiratorias e incluso diferentes tipos de cáncer debido a las toxinas inhaladas en el lugar, según denuncian.
Pero no sólo el recuerdo de las víctimas fue lo que unió a la gente. Alejándose unas cuadras de la zona del WTC, varios manifestantes protestaban en contra de las guerras de Irak y Afganistan e incluso culpaban al ex presidente Bush por los atentados.
Así, en esta compleja red de mosaicos, entre el recuerdo, el rencor, la esperanza y el odio, el miedo y el orgullo, la ciudad que no duerme volvió a conmemorar aquel terrible suceso que cambió para siempre la vida de todos los neoyorquinos.