Enrico Letta: "Toda la UE vive una fase de rechazo hacia la inmigración"

ROMA.- Enrico Letta fue primer ministro de Italia entre 2013 y 2014. Al terminar su mandato, luego de ser traicionado por su compañero de partido Matteo Renzi, renunció a su banca en el Parlamento, dejó el Partido Democrático (PD) y se mudó a París, donde dirige la Paris School of International Affairs del prestigioso Instituto de Estudios Políticos (Sciences Po) de esa ciudad.

En la única entrevista concedida en este período electoral en Italia, Letta, de 51 años, señaló a LA NACION que si bien la prensa extranjera dio por terminado a Silvio Berlusconi en los últimos años, en verdad el Cavaliere "nunca se fue totalmente y siempre estuvo en el centro de la política".

También destacó que el presidente italiano, Sergio Mattarella, tendrá un rol clave para destrabar la situación de ingobernabilidad que saldría de las elecciones de hoy, si se cumplieran las encuestas. Y subrayó que de los comicios italianos, así como de los alemanes, sale un mensaje muy fuerte: "Europa no puede seguir haciendo como que no pasa nada con la inmigración".

-Los sondeos señalan que el Movimiento 5 Estrellas (M5E) volverá a ser el primer partido de Italia, aunque sin los votos suficientes para poder gobernar. ¿A qué atribuye este crecimiento?

-En los últimos años, el M5E representó el rechazo de la política tradicional. Italia, según todos los sondeos, es el país de Europa donde más fuerte es la antipolítica, donde más enérgico es el rechazo de la política tradicional. El M5E recogió ese malestar y en estos años fue su representante. Pero lo que noto es que en esta campaña electoral el M5E ha cambiado.

-¿En qué sentido?

-De la campaña se desprende que el M5E ya no es una fuerza que se autorrelega a la oposición, que se autoexcluye del juego, sino que dijo claramente que quiere entrar en el gobierno. Esa es la gran novedad de esta campaña.

-Usted que conoce muy bien las instituciones europeas, ¿en Bruselas observan con temor un escenario en el que el M5E y la Liga Norte sean importantes fuerzas políticas?

-Sí, pero tengo la sensación de que con lo que sucedió en los últimos tiempos el caso de Italia da menos miedo. Durante la campaña se fue cambiando el discurso. El M5E y la Liga Norte dejaron de hablar de la salida de Italia del euro y suavizaron sus posiciones. Así que el grado de preocupación en Bruselas y en otros países europeos es ahora mucho menor.

-La inmigración fue el gran tema de esta campaña, con varios partidos que lanzaron mensajes xenófobos y prometieron expulsiones en masa. ¿Eso no le da miedo a Europa?

-El verdadero problema es que Europa fracasó en su política migratoria. Todos los países europeos están viviendo una fase de rechazo hacia los inmigrantes. En todos los países de la UE los datos muestran un número altísimo de personas contrarias a la inmigración. Italia, además, está en primera línea de la inmigración y el verdadero problema es que al final en Europa son tres los países que cargan sobre sus espaldas con el mayor peso de la crisis migratoria: Italia, Grecia y Alemania. Y está claro que no hay suficiente solidaridad por parte de todos los demás. Las elecciones italianas, como antes las alemanas, demuestran lo importante que es el tema de la inmigración. El próximo Parlamento Europeo y la Comisión Europea deberán hacer de la inmigración, y de la respuesta a la inmigración, el asunto más importante de sus políticas. Ese es sin duda el mensaje más fuerte que sale de las elecciones alemanas y, probablemente, de las italianas: Europa no puede seguir haciendo como que no pasa nada con el tema de la inmigración.

-¿Usted personalmente está preocupado por lo que pueda ocurrir en estas elecciones italianas?

-No, personalmente no lo estoy. En Italia, tenemos una figura muy importante, que es el presidente de la República. Y es en los momentos de fragmentación del sistema político cuando juega un papel fundamental. Yo confío mucho en el trabajo que el presidente llevará a cabo y más conociendo el europeísmo de Mattarella y su capacidad para incluir a todos, algo que ya demostró. Si se confirmaran los sondeos y el resultado final no diera la mayoría absoluta a ninguna de las tres grandes opciones, el presidente será el punto de referencia de todo el sistema, como lo fue en otras crisis su antecesor, Giorgio Napolitano.

-¿Cómo explica el regreso al escenario político italiano de un personaje como Silvio Berlusconi, de 81 años, condenado por fraude fiscal y famoso por sus escándalos?

-La verdad es que la sorpresa respecto a Berlusconi es algo que afecta sobre todo a los extranjeros. Lo veo claramente en París, la ciudad donde trabajo. Para nosotros, los italianos, Berlusconi no supone sin embargo ninguna sorpresa por un motivo muy simple: nunca se fue totalmente, siempre estuvo en acción, en el centro de la política. Así que la sorpresa es solo para los periodistas extranjeros, que lo habían dado por muerto tras los acontecimientos de los últimos años, cuando la verdad es que Berlusconi siempre estuvo ahí. Pero serán los votantes los que lo juzgarán.

-Todo indica que el Partido Democrático, la formación de centroizquierda a la que usted perteneció desde 2007 hasta 2015, será la gran perdedora en estas elecciones. Muchos señalan a Matteo Renzi, su sucesor como primer ministro, como el gran responsable de esta debacle. ¿Usted qué piensa?

-Yo estoy fuera de esos debates, no entro en ellos. Voté por correo, desde Francia, a la coalición de centroizquierda, y nada más. Me detengo ahí, no entro en polémicas.

Un dirigente de larga trayectoria

Profesión: Politólogo

Edad: 51 años

Origen: Pisa

Cargos

Fue presidente de los jóvenes democristianos europeos; ministro italiano de Asuntos Europeos, Industria y Agricultura, y primer ministro, entre 2013 y 2014

Enemigo interno

Su propio aliado Matteo Renzi forzó su caída en una votación parlamentaria

Conforme a los criterios de

Conocé más

Acuerdo Mercosur-UE. Un cierre necesario para una nueva estrategia de inserción internacional de la Argentina

Proteger a los refugiados

Mercosur-UE: bajar el costo peronista para nivelar la cancha