Sólo el 50% de los norteamericanos se arremangaría para darse la vacuna
WASHINGTON.- Mientras Estados Unidos se prepara aceleradamente para comenzar una campaña de varios meses de vacunación que podría poner fin a la pandemia de coronavirus, una nueva encuesta mostró que solo la mitad de los norteamericanos desean darse la vacuna cuando les llegue el turno.
La encuesta del Centro de Investigación de Asuntos Públicos de The Associated Press-NORC indica que aproximadamente una cuarta parte de los adultos estadounidenses no están seguros de querer vacunarse contra el coronavirus, y aproximadamente otra cuarta parte dice que no lo hará.
Muchos tienen preocupaciones de seguridad y quieren ver qué sucede en los primeros meses, un escepticismo que podría obstaculizar la campaña contra el flagelo que ha matado a casi 290.000 estadounidenses. Los expertos estiman que al menos el 70% de la población estadounidense necesita vacunarse para lograr la inmunidad colectiva, o el punto en el que suficientes personas están protegidas para que el virus pueda mantenerse bajo control.
"Inquietud es una buena palabra. Tengo un poco de temor ", dijo Kevin Buck, un exmarine de 53 años de Eureka, California.
Buck afirmó que él y su familia probablemente terminarán vacunándose, si hay buenos resultados en las primeras vacunaciones.
"Creo que mucha gente no está segura sobre el tema, y yo soy uno de ellos", dijo.
En medio de un aumento aterrador de Covid-19 que promete un invierno sombrío en todo el país, el desafío para las autoridades de salud es averiguar qué se necesita para que la gente confíe en las vacunas que el doctor Anthony Fauci, el principal experto norteamericano en enfermedades infecciosas llama "la luz al final del túnel".
"Si el Dr. Fauci dice que es bueno, lo haré", dijo Mary Lang, de 71 años, de Fremont, California. "Con suerte, si suficiente cantidad de norteamericanos recibimos la vacuna, podemos hacer que este virus desaparezca", agregó.
Los primeros datos sugieren que los dos emprendimientos pioneros estadounidenses, la vacuna fabricada por Pfizer y BioNTech y la otra por Moderna y los Institutos Nacionales de Salud, ofrecen una protección sólida. La Administración de Alimentos y Medicamentos está estudiando detenidamente los resultados del estudio para asegurarse de que las vacunas sean seguras antes de decidir en los próximos días si permiten la vacunación masiva, como comenzó a hacer Gran Bretaña el martes con las vacunas de Pfizer.
A pesar de la noticia esperanzadora, los sentimientos no cambiaron mucho desde una encuesta de AP-NORC en mayo, antes de que estuviera claro que la vacuna funcionaría.
En la última encuesta de 1117 adultos estadounidenses realizada del 3 al 7 de diciembre, apenas 3 de cada 10 dijeron que estaban muy o extremadamente seguros de que las primeras vacunas disponibles se habrán probado adecuadamente en cuanto a seguridad y eficacia. Y un número similar dijo que no tiene confianza. El resto tomó una posición intermedia.
Aproximadamente 7 de cada 10 de los que dijeron que no se vacunarían están preocupados por los efectos secundarios. Pfizer y Moderna dicen que las pruebas no han descubierto problemas serios hasta ahora. Como sucede con muchas vacunas, los receptores pueden experimentar fiebre, fatiga o dolor en los brazos debido a la inyección, señales de que el sistema inmunológico se está acelerando.
Pero es posible que otros riesgos no se conozcan hasta que las vacunas se utilicen más ampliamente. Las autoridades sanitarias de Gran Bretaña están examinando dos posibles reacciones alérgicas el primer día que el país inició las vacunaciones masivas con la inyección de Pfizer.
Entre los norteamericanos que definitivamente no se vacunarán, la encuesta encontró que al 43% le preocupa que la vacuna misma pueda infectarlos, algo que es científicamente imposible, ya que las inyecciones no contienen ningún virus.
En cambio, la protección de su familia, su comunidad y su propia salud son los principales motivos para las personas que desean aplicarse la vacuna. Aproximadamente tres cuartas partes dijeron que la vida no volverá a la normalidad hasta que se vacune una cantidad suficiente del país.
"Incluso si ayuda un poco, lo aceptaría", dijo Ralph Martínez, de 67 años, quien administra una tienda de comestibles en Dallas. "Honestamente, creo que no aplicarían algo que nos hiciera daño".
Durante el verano, alrededor de un tercio de los empleados de Martínez tuvieron que tomarse licencias por Covid-19. Martinez utiliza habitualmente barbijo, pero le preocupa el contacto público constante y la posibilidad de contagiar a su madre de 87 años.
El Covid-19 ha matado o llevó al hospital a afroamericanos, hispanos y nativos americanos en tasas mucho más altas que los estadounidenses blancos. Sin embargo, el 53% de los estadounidenses blancos dijeron que se vacunarán, en comparación con el 24% de los estadounidenses negros y el 34% de los hispanos como Martínez.
Debido al tamaño insuficiente del sondeo de AP-Norc, no se pudo analizar los resultados entre los nativos americanos u otros grupos raciales y étnicos que constituyen una proporción menor de la población de Estados Unidos.
Horace Carpenter de Davenport, Florida, sabe que como hombre negro a los 86 años, es vulnerable. "Primero me gustaría ver los resultados", dijo sobre la vacuna. Pero agregó que él también planea seguir el consejo de Fauci.
Dada el largo historial estadounidense de disparidades raciales en la atención médica y abusos de la investigación contra los negros, Carpenter no se sorprende de que las comunidades minoritarias sean más reacias a las nuevas vacunas.
"Existe mucha desigualdad racial en nuestra sociedad", dijo. "Seguramente habrá algunos contratiempos".
Los expertos en salud dicen que no es sorprendente que la gente tenga dudas porque tomará su tiempo para que los resultados del estudio de las vacunas sean ampliamente conocidos.
"A veces hay que preguntarle a la gente más de una vez", dijo John Grabenstein de la Coalición de Acción de Inmunización, un coronel retirado del ejército que dirigió el programa de inmunización del Departamento de Defensa. Agregó que finalmente la mayoría decidirá que es "mucho, mucho mejor tomar esta vacuna que correr el riesgo de infección por coronavirus".
Además del desafío, están las divisiones políticas que paralizaron los esfuerzos de salud pública para reducir el brote. La encuesta encontró que 6 de cada 10 demócratas dijeron que se vacunarán en comparación con 4 de cada 10 republicanos; alrededor de un tercio de los republicanos dijeron que no se vacunarán.
Solo alrededor de 1 de cada 5 estadounidenses está muy o extremadamente seguro de que las vacunas se distribuirán de manera segura y rápida, o se distribuirán de manera justa, aunque la mayoría tiene al menos cierta confianza.
Nancy Nolan, de 64 años, enseña inglés como segundo idioma en un colegio comunitario de Nueva Jersey y ha visto la dificultad que enfrentan sus estudiantes para hacerse las pruebas y la atención del coronavirus.
"No creo que se vaya a distribuir de manera justa", dijo. "Espero estar equivocada".
Los trabajadores de la salud y los residentes de hogares de ancianos serán los primeros en ser vacunados. El plan exige que luego sigan otros trabajadores esenciales y personas mayores de 65 años o con mayor riesgo debido a otros problemas de salud, antes de que lleguen suficientes vacunas para todos, probablemente en la primavera.
La encuesta encontró que la mayoría de los estadounidenses están de acuerdo con esa lista de prioridades. Y el 59% piensa que vacunar a los profesores también debería ser una alta prioridad. La mayoría también está de acuerdo con una mayor prioridad para las comunidades de color más afectadas y las personas en condiciones de hacinamiento, como refugios para personas sin hogar y dormitorios universitarios.
"Una vez que se cuide a esas personas, no dudaría en recibir la vacuna si estuviera disponible para mí", dijo Richard Martínez, de 35 años, psicólogo de Austin, Texas, que no obstante comprende parte del escepticismo público.
"Creo que sería ingenuo pensar que los recursos no llevarían a alguien al frente de la línea", dijo.
Agencia AP
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