En una Corea del Sur aún en shock, arrestan al capitán del ferry
Mientras caen las esperanzas de encontrar sobrevivientes, salen a la luz historias siniestras como la huida del conductor de la nave en el primer bote de rescate
SEÚL.- Un capitán que abandona el barco y es arrestado dos días después . Un subdirector de escuela que se suicida por la muerte de sus estudiantes. Una heroína que salva una vida y pierde la suya. Un ferry hundido desde el miércoles en las aguas de Corea del Sur , con 475 personas a bordo, cientos de ellas desaparecidas hoy.
Ayer escenas truculentas se agregaban a esta tragedia marina que tiene al país en estado de shock.
Según la costumbre centenaria y la legislación, el capitán es el último en abandonar el barco. Pero, según las autoridades surcoreanas, no fue precisamente ésa la reacción del capitán del transbordador Sewol, quien saltó del ferry a la primera ocasión y dejó a merced de las aguas a sus pasajeros. Por eso ayer ordenaron el arresto de Lee Joon-seok, bajo sospecha de negligencia y abandonar a personas en peligro.
El balance de víctimas se elevaba a 28 muertos y 268 desaparecidos, de quienes se tiene casi nulas esperanzas de que sean hallados con vida; hay 179 sobrevivientes.
Mientras ayer continuaban los operativos de rescate, se conoció otra negligencia de Lee Joon-seok. De acuerdo con las grabaciones de las comunicaciones a bordo, el capitán de la nave, enterado por el ingeniero en jefe de que algo andaba mal y que había que "evacuar de inmediato", les envió un mensaje a los pasajeros para esperar "en calma en la cabina" hasta nuevo aviso. Cuando se lanzó el aviso, era demasiado tarde para acceder a cubierta.
Peor aún, la mayoría de los miembros de la tripulación acompañaron al capitán en su huida del Sewol, de acuerdo con las investigaciones preliminares, lo que renovó con más crudeza si cabe las airadas críticas de las familias de las víctimas y la profunda indignación de todos los coreanos.
Más indignación todavía porque una gran mayoría de quienes iban a bordo, 325 del total de 475, como se informó en las primeras horas, eran chicos de un colegio secundario en viaje de egresados. En el gimnasio de Jindo, la isla vecina del lugar de la tragedia, que alberga a cientos de allegados de los desaparecidos, una pantalla transmite los esfuerzos de los socorristas. Los buzos enfrentan fuertes mareas y aguas turbias para llegar al barco hundido, y la posibilidad de encontrar con vida a alguna persona es escasa.
Las familias se enfurecieron ante la noticia de que los pasajeros recibieron la consigna de no moverse de sus asientos o camarotes cuando el ferry se inmovilizó tras lo que pudo ser un choque o el desplazamiento de la carga. Treinta o cuarenta minutos más tarde, el barco se empezó a hundir por la proa y fue demasiado tarde para muchos ocupantes, incapaces de trepar a lo largo de los pasillos casi en vertical mientras el agua entraba a chorros.
"¿Así son las cosas en Corea del Sur? Les volvemos a suplicar una vez más, por favor, que salven a nuestros hijos", declaró un hombre que dijo hablar en nombre de todos los padres de los alumnos del Danwon High School. El hombre afirmó que en el lugar del drama sólo vio unas cuantas embarcaciones y unos buzos, muy lejos de la flota de rescatistas que las autoridades dijeron haber mandado.
La secuela del naufragio dejó ayer otra víctima, tardía e inesperada, con el suicidio del subdirector de la escuela que acompañó al contingente de estudiantes, con el ánimo destrozado.
Kang Min-gyu, de 52 años, subdirector de la Danwon High School, y que sobrevivió al naufragio, se ahorcó con su cinturón en una colina cercana al gimnasio de Jindo. No dejó ninguna nota.
La magnitud del drama quitó aliento a toda Corea del Sur, un país moderno que pensaba que este tipo de catástrofes eran cosa del pasado. "Haremos que los responsables tengan que rendir cuentas", dijo el fiscal de la causa, Lee Seong-yook.
Entre las órdenes de arresto está la de una joven de 26 años, tercera oficial, que estaba a cargo del timón al momento del hundimiento. La mujer había entrado en la empresa hacía un año.
Las investigaciones sobre el hundimiento se centran en la negligencia de la tripulación, problemas con el almacenamiento de la carga y defectos estructurales. Quizás un combo de todas ellas.
Pero las miserias del inefable capitán Lee tuvieron su contrapartida con una mujer de 22 años, miembro de la tripulación, que, al revés de su superior, se entregó por entero al rescate. En un acto de coraje, le dio su chaleco salvavidas a uno de los estudiantes, con lo que salvó la vida del chico, pero perdió la suya. No sólo eso. Park Ji-young asumió más compromisos en medio de la tragedia. "Si no hubiera estado ahí para decirnos qué hacer, no sé qué me hubiera pasado a mí y a todos los que estaban conmigo", dijo un sobreviviente.
Avanza la investigación de las causas
Los tripulantes del Sewol quedaron en la mira
- Qué pudo pasar
Las autoridades se centran en tres posibles causas: negligencia de la tripulación, problemas con la carga o defectos estructurales del transbordador.
- Qué hizo el capitán
En contra de las leyes marítimas, Lee Joon-seok saltó del barco en el primer bote salvavidas con otros miembros de la tripulación.
- Quién estaba al mando
El capitán le había cedido el timón a la tercera en el escalafón, una joven de 26 años con sólo uno de experiencia en la empresa.
- Otra conmoción
El subdirector de la Danwon High School, que acompañaba a los 325 estudiantes en viaje de egresados, se suicidó en una isla dos días después del siniestro.
Agencias ANSA, AFP, DPA y Reuters
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