En Siria, se deshace la ilusión de una economía moderna
Las sanciones de la comunidad internacional afectan el futuro financiero de los ciudadanos
DAMASCO.- Los muros de pronto se han cerrado sobre los jóvenes sirios que creyeron en la promesa de una economía modernizada, lanzada por el presidente Bashar al-Assad: las transferencias de dinero están bloqueadas y sus tarjetas de crédito son inútiles fuera de Siria, a medida que la lista de sanciones internacionales ensombrece su futuro financiero.
La dueña de una empresa de productos artesanales que esta semana intentó transferir 450 dólares a un banco libanés descubrió que la operación había sido rechazada porque se había originado en Siria. "Esta no es la solución" para terminar la represión, dijo. "Esta es una manera de hacernos morir de hambre para castigar al presidente."
Nueve meses después del estallido de un levantamiento popular contra el régimen sirio, el país está cada vez más aislado, mientras sus antiguos aliados condenan el uso de la fuerza letal. Turquía, la Liga Arabe, la Unión Europea (UE) y Estados Unidos le han impuesto sanciones económicas.
La pregunta crucial es si esa penuria financiera producirá suficiente presión como para inducir al gobierno a terminar con la violencia.
Las sanciones ya han comenzado a pulverizar el que era el cambio más significativo del mandato de Al-Assad: la conexión de Siria a la economía global, la existencia de bancos privados y la oferta de oportunidades económicas a miles de jóvenes.
Los optimistas creen que la presión podría funcionar, en especial porque los magnates son cercanos al presidente, especialmente su primo, Rami Makhlouf. Los pesimistas temen que el régimen mate de hambre a la nación con tal de seguir aferrado el poder.
Encontrar buenas estadísticas aquí es una rareza. Pero la actividad comercial y de inversión disminuyó en un 50%, dijeron analistas financieros, y las estimaciones sobre la reducción de la economía oscilan entre el 12 y el 20%. Los despidos proliferan, con un índice de desempleo estimado en 22%. El sector de turismo, que acumuló una ganancia de 6000 millones de dólares en 2010, está diezmado.
Aunque las sanciones bloquearon las transacciones en dólares, hasta la semana pasada los empresarios sirios podían trabajar en euros. Pero esas ventanas se están cerrando. Un empresario con experiencia en las sanciones impuestas a Sudán dijo que habían tenido poco efecto porque la vigilancia global había sido laxa.
El régimen de Al-Assad se ha concentrado en pintar las protestas como una invasión armada extranjera que hizo muy poco para prever el impacto de las sanciones, según dicen los analistas.
Las ventas de petróleo -los mayores ingresos del gobierno- se desplomaron cuando los principales clientes europeos dejaron de comprar.
Anteayer, Royal Dutch Shell anunció que interrumpía sus operaciones en Siria para cumplir con las exigencias de la UE.
Citando cifras del gobierno, Jihad Yazigi, editor de The Syria Report, dijo que la producción de petróleo había disminuido a 270.000 barriles diarios, de los 368.000. Siria importa petróleo crudo liviano para ayudar a refinar el petróleo local, así que ahora enfrenta escasez de gasolina, querosén y petróleo para calefacción.
También el sistema bancario fue sacudido. Siria autorizó la existencia de 14 bancos privados, pero los depósitos se redujeron un 20% en los últimos nueve meses, según un estudio privado. También sufre el sector de la construcción, particularmente los grandes proyectos de infraestructura.
Dos pensamientos
A medida que la presión aumentaba y la matanza continuaba, surgieron dos escuelas de pensamiento. De un lado, están los tradicionalistas, empresarios más viejos que han vivido varias sanciones en los últimos 30 años. Para ellos las nuevas medidas fueron un golpe mental. Pero argumentan que los sirios se adaptarán tal como lo hicieron en la década de 1980.
Sin embargo, en la generación más joven, hay muchos que no son tan optimistas. Señalan que, en el pasado, Siria estaba mucho menos conectada con la economía internacional. Si existe algún punto bueno en los mercados sirios, fue el aumento en la venta de alimentos. Ese incremento fue estimulado por los acaparadores, y eso infló los precios en un 20 por ciento.
Siria ha almacenado materias primas, como el algodón, el aceite de oliva, y está abastecida para dos años de trigo; los funcionarios afirman que el país es autosuficiente. "No tenemos miedo de que la gente se muera de hambre o se congele", dijo el ministro del Exterior Walid al-Moallem, en una conferencia de prensa en la que condenó las sanciones. Pero la nueva generación de emprendedores no está convencida. "Ahora toda la dinámica ha cambiado", dijo un analista financiero. "Ya no es posible comerse la reserva estratégica de trigo."
Traducción de Mirta Rosenberg
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