En retirada en los frentes ucranianos, Rusia muestra señales del desbande de sus tropas
El avance de las fuerzas ucranianas sobre zonas del este del país que el Kremlin creía ya suyas revela imágenes de destrucción y de una rápida desbandada
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IZIUM, Ucrania.- El lunes, las fuerzas rusas en Ucrania se retiraron en desbandada de una amplia franja de la línea de frente, ante la ofensiva relámpago de los ucranianos en el este y sus avances en el sur, una refutación concreta de las aseveraciones del presidente Vladimir Putin, que dijo haber anexado a Rusia los territorios que sus ejércitos siguen perdiendo día tras día.
Tras la captura durante el fin de semana de la ciudad de Lyman, un estratégico nodo ferroviario y puerta de entrada a la región del Donbass, las fuerzas ucranianas no solo no frenaron, sino que avanzaron más hacia el este, hacia la ciudad de Lysychansk, que Rusia ocupó hace tres meses después de un sangriento combate. Todo retroceso territorial en el Donbass conspira contra el objetivo de guerra que se propuso Putin en febrero: ocupar la región y anexarla a Rusia.
El Kremlin se hizo eco del desbande de sus tropas en un terreno que cambia rápidamente de manos, y admitió que todavía no sabe cuál es la nueva línea fronteriza que Rusia reclamará en el sur de Ucrania. “En lo referente a las fronteras, vamos a seguir conversándolo con los pobladores locales”, dijo en rueda de prensa el vocero de Putin, Dimitri Peskov.
La leva de reservistas ordenada por Putin el 21 de septiembre para reforzar sus vapuleadas tropas desató una ola de protestas e indignación en toda Rusia: la guerra de pronto tocaba a la puerta de muchos rusos que hasta el momento se sentían al margen. Muchos hombres habrían sido reclutados a pesar de no ser aptos para luchar por razones de edad o discapacidad.
El lunes, el gobernador de la región de Khabarovsk, en el extremo oriental de Rusia, dijo que la mitad de los hombres enlistados de la zona, y que se cuentan de a miles, no deberían haber sido reclutados y que fueron enviados de vuelta a sus casas. Y agregó que el comisario militar de la región había sido apartado de su cargo.
Putin quería que el lunes fuera un día de júbilo en Moscú, donde la Cámara baja de esa escribanía que es la Duma, el Parlamento ruso, ratificó por unanimidad la anexión de cuatro regiones de Ucrania tras la realización de referéndums de pantomima.
Tanques y cadáveres
Pero los acontecimientos en el campo de batalla ahora amenazan con convertir las declaraciones de Putin en un chiste, a medida que los ucranianos recuperan las ciudades devastadas y mayormente despobladas tras la retirada de los rusos. La aldea de Pisky-Radkivski, al norte de Lyman, fue recuperada la semana pasada, y los ucranianos la encontraron plagada de tanques rusos quemados, equipamiento abandonado y cadáveres de soldados del Kremlin.
El lunes, Ucrania aseguró haber destruido una columna de blindados rusos cerca de la aldea de Torske, en la región del Donetsk, al este de Lyman y a apenas 35 kilómetros de Lysychansk. El ataque dejó las rutas cubiertas de tanques y blindados incendiados, informó Vladyslav Podkich, vocero militar ucraniano.
El ataque no pudo ser confirmado por fuentes independientes, pero los funcionarios rusos admitieron los reveses sufridos en la zona, diciendo que las fuerzas ucranianas habían ingresado en la región de Lugansk por primera vez en meses, y que habían establecido posiciones en cercanías de Lysychansk. Donetsk y Lugansk, conocidos como región del Donbass, son dos de las provincias que Rusia ahora reclama como territorio propio.
Amontonados en la caja de un camión militar que se dirige a las nuevas posiciones cerca de Lyman, una unidad de soldados ucranianos y extranjeros estaban enfervorizados por la retirada de los rusos.
“Rompimos sus líneas y desde entonces los estamos corriendo”, dice el comandante de la unidad, un voluntario norteamericano de 26 años que usa Borys como nombre de guerra. “Básicamente, los hicimos pelota”. Lo que encuentran los soldados ucranianos en su camino son tropas rusas hambreadas, mal equipadas y en algunos casos sin armas para defenderse.
“Muchos andan en ojotas y malnutridos”, dice Borys. Dos soldados rusos que se cruzó su unidad tenían una sola arma para compartir. En otra posición rusa abandonada, encontraron grafitis dejados por soldados rusos, con insultos hacia su comandante. “Me queda claro que no querían estar acá”.
Cientos de kilómetros de distancia hacia el sur, las fuerzas ucranianas también comenzaron a moverse, adentrándose aún más en la región de Kherson, una avanzada que un alto oficial militar ucraniano describió como el comienzo de la fase activa de una operación ofensiva de un mes.
Admisión
El Ministerio de Defensa de Rusia reconoció el lunes que unidades de tanques ucranianos habían penetrado su línea de defensa en parte de esa región que las fuerzas rusas ocuparon en las primeras semanas de la guerra.
Kirill Stremousov, un funcionario designado por Rusia en la región, dice que las tropas ucranianas han avanzado a lo largo del río Dnieper en dirección a la capital regional de Kherson, pero insiste en que “la situación está totalmente controlada”.
Las posiciones de Rusia en la región de Kherson son vulnerables. La mayor parte de las fuerzas del Kremlin están desplegadas al oeste del ancho Dnieper, en la ciudad de Kherson y sus alrededores, mientras que sus suministros y apoyo logístico se encuentran principalmente del otro lado, en la ribera oriental del río.
Las fuerzas ucranianas han volado casi todos los puentes que cruzan el río y que son cruciales para que Rusia pueda abastecer de municiones y equipos a sus tropas. Aunque después de tantos meses en control del territorio los rusos están bien atrincherados, un ataque coordinado podría poner a prueba sus ya limitadas líneas de suministro y tal vez forzar, y complicar, una retirada hacia la orilla opuesta del río.
Según informó el lunes el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), las fuerzas rusas liberaron al director de la planta de energía nuclear más grande de Europa, en la región de Zaporiyia, una instalación cuya seguridad se había convertido en un tema de preocupación internacional. El hombre había sido detenido tres días antes. Las tropas rusas tomaron el control de la planta a principios de la guerra, pero sigue siendo administrada por su personal ucraniano, aunque los funcionarios ucranianos dicen que la ocupación rusa es bestial.
A pesar de los recientes avances de Ucrania, las fuerzas rusas todavía controlan casi un 20% del territorio ucraniano, incluidas las áreas que ocuparon y anexaron en 2014. En potencia de fuego, Moscú sigue llevando la delantera y ha amenazado con recurrir a armas nucleares tácticas para defender lo que ahora considera territorio ruso. El Kremlin ya ha demostrado más de una vez que puede hacer llover fuego y destrucción sobre Ucrania.
Andrew E. Kramer, Carlotta Gall y Anton Troianovski
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