En la recta final hacia las elecciones, un tercer pico de contagios se afianza en EE.UU.
WASHINGTON.- Cuando faltan dos semanas para las elecciones presidenciales, Estados Unidos comenzó a trepar nuevamente en la curva de contagios de la pandemia de coronavirus y se encamina a registrar un nuevo pico –el tercero– que puede llegar a ser peor a los dos anteriores, el de la primavera y el del verano boreal.
El promedio semanal de contagios diarios ha crecido con una agresividad similar en las últimas semanas al del inicio del verano, y ya llegó a rozar los 60.000 casos nuevos, según las cifras de la Universidad John Hopkins.
El nuevo brote, similar al que experimenta Europa, tiene ahora su epicentro en el medio oeste del país y ha creado preocupación entre los expertos porque coincide con la llegada del frío que llevará a la gente a permanecer más tiempo en lugares cerrados en un país donde la vida transcurre con cierta normalidad: los bares, restaurantes y gimnasios están abiertos –aunque existan restricciones que varían según el estado–, hay vuelos que viajan sin butacas vacías, y la gente puede moverse libremente.
En la costa oeste, sin embargo, Nueva York anunció 2000 nuevos casos, la cifra más alta registrada en 24 horas desde mayo pasado.
El nuevo pico ocurre cuando la gente ya comenzó a votar para las elecciones presidenciales, ya sea por correo o en persona en los estados que lo permiten. Más de 41 millones de personas ya sufragaron, la gran mayoría por correo, una cifra récord que sugiere que este año habrá una alta participación del electorado en los comicios en los que se decidirá el futuro de la Casa Blanca entre el presidente, Donald Trump, y su rival demócrata, Joe Biden. El voto anticipado ha mostrado una mayor participación del electorado demócrata, según cifras de US Election Project.
La pandemia del coronavirus ha sido uno de los grandes temas de la elección, y ha generado respuestas antagónicas por parte de ambas campañas. Mientras que Trump y su equipo han intentado dar vuelta la página y han buscado enfocarse en otros temas, como la recuperación de la economía, la libertad, o la advertencia de que si ganan los demócratas supuestamente llevarán al país a la anarquía o al socialismo, la campaña de Biden fustiga cada vez que puede al mandatario por su gestión de la crisis de salud, a la que considera un fracaso.
A diferencia de lo que ocurrió en la primavera y el verano, el nuevo brote encuentra además al gobierno federal fracturado: Anthony Fauci, el principal epidemiólogo del país y la cara visible de la respuesta federal a la pandemia, atraviesa su peor momento con Trump, quien sumó a su equipo en agosto a Scott Atlas, un médico que se integró al task force de la pandemia como asesor, y que ha hecho declaraciones muy controvertidas. "¿Las máscaras funcionan? NO", tuiteó días atrás, en contra del consenso científico y las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Twitter bloqueó el posteo.
Trump dijo estos días que la gente está cansada de la pandemia, y que Fauci era un "desastre".
"La gente está cansada del Covid", se quejó Trump en una llamada con su equipo de campaña a la que accedió la prensa. "Tengo los actos más grandes que he tenido. Y tenemos al Covid. La gente dice: ‘Lo que sea. Dejanos en paz’. Están cansados de eso". Luego cargó contra Fauci: "La gente está cansada de escuchar a Fauci y esos idiotas, todos esos idiotas que se equivocaron".
Al igual que ocurrió en el verano, el aumento en los nuevos casos de coronavirus por el momento ha tenido poco efecto en las muertes diarias, que aún permanecen debajo de las 1000. Estados Unidos superó ya las 220.000 muertes confirmadas por la pandemia, según la Universidad Johns Hopkins. Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, según sus siglas en inglés) estimó que hasta principios de octubre hubieron en el país 299.028 muertes en exceso, una medida que se toma como un estimado de las muertes totales provocadas por la pandemia ya que a principios de año hubo muchas muertes causadas por el virus originado en Wuhan que no fueron detectadas.
"Va a ser un otoño e invierno difícil", dijo a la cadena CNBC Scott Gottlieb, excomisionado de la Administración de Medicamentos y Alimentos de Estados Unidos (FDA). "Pienso que estamos unas dos o tres semanas por detrás de Europa, por lo que estamos a una semana de comenzar a entrar en un período en el que veremos una rápida aceleración en los casos", añadió.
Detrás de la preocupación por el aumento de los contagios aparece una esperanza: se espera que en los próximos días comiencen a conocerse los resultados de las pruebas clínicas de las vacunas contra el coronavirus, un avance que podría marcar el principio del fin de la pandemia.
Fauci se mostró cautamente optimista respecto de las vacunas en curso, y dijo que si brindan cierto umbral de inmunidad y la gran mayoría de la población se vacuna –un desafío–, la gente podría comenzar a abandonar las máscaras a mediados del año próximo. Trump prometió en reiteradas oportunidades que tendría lista una vacuna antes de fines de este año.
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