En plena lucha por su futuro político, Trudeau suma un factor inesperado: su madre
El show unipersonal en el que ella revela detalles de su vida irrumpe en la campaña del premier para su reelección
WASHINGTON.- Margaret Trudeau, exmujer de un primer ministro canadiense y madre de otro, pasó gran parte de su vida en la vidriera pública. Hubo un tiempo en que absolutamente todo lo que tenía que ver con ella, desde su vida amorosa y sus supuestos flirteos con Ted Kennedy, Jack Nicholson y un integrante de los Rolling Stones, hasta el largo de su pollera, al parecer impropio para una visita a la Casa Blanca, fueron pasto de la prensa sensacionalista y de una Canadá con hambre de celebridades.
Y ahora, a los 70 años, Margaret Trudeau decidió despertar esa misma atención que antes la atormentaba. La madre del actual primer ministro Justin Trudeau y exmujer del difunto Pierre, también premier, desembarcó este fin de semana en Montreal con un descarnado espectáculo unipersonal en el que cuenta todo sobre su vida.
En Certain Woman of an Age ("Cierta mujer de una época"), Trudeau se explaya sobre sus matrimonios y sus divorcios, la muerte de su hijo Michel y su posterior diagnóstico de desorden bipolar, y su activismo en temas de salud mental.
Pero ¿será el momento de hablar de todo eso? Justin Trudeau ya vio el espectáculo en Chicago, donde se estrenó en mayo pasado, pero el debut en Canadá se produce menos de tres meses antes de las elecciones federales, y el primer ministro, que según algunas encuestas está rezagado, pelea por su supervivencia política.
¿Pensó en posponer el estreno, o en bajar el tono del espectáculo? Ella se ríe.
"¿Me estás cargando?", dijo telefónicamente desde Montreal. "Me llena de orgullo que Justin sea primer ministro, pero yo ya estuve ahí, ya me tocó. Y no creo que nadie de su oficina se atreva a levantar el teléfono para decirle a mamá Margaret lo que puede o no puede hacer".
Margaret encara de entrada el tema de su salud mental. "Habrán escuchado rumores de que estoy loca", le dice al público, según la reseña del Chicago Tribune. "Está todo bien. No hace falta que lo digan bajito". Al primer ministro, "su actuación le pareció increíble", dijo su vocera, Eleanore Catenaro.
Según el analista de opinión Shachi Kurl, los adversarios de Trudeau correrían "un grave riesgo" si intentaran sacar rédito político del espectáculo de su madre, debido al modo en que evolucionó la mirada de la sociedad canadiense sobre la enfermedad mental y la vida privada de los funcionarios públicos.
"Me cuesta creer que algún candidato o algún partido político piense que puede sacar ventaja haciendo campaña negativa con este tema", dijo Kurl, director ejecutivo del Instituto Angus Reid, de Vancouver.
Críticas
Certain Woman of an Age tiene muy buenas críticas. El Chicago Tribune dijo que era "atrapante, encantadora e intensamente valiente". El diario conservador National Post, que suele criticar a su hijo, la elogió por hacer que el público "encuentre puntos de contacto con algunos momentos de esa vida de celebridad".
Hija de un ministro del gabinete, Margaret tenía 19 años cuando conoció a Pierre Elliot Trudeau, 29 años mayor, mientras estaba de vacaciones en Tahití con sus padres. Según escribió Margaret en su libro de memorias de 2010, Changing my Mind (Cambiar de idea), de inmediato le impactó "el torneado perfecto" de las piernas de Trudeau.
Margaret entró entonces a la universidad en su Columbia Británica natal. En 1968, Pierre se convirtió en primer ministro, y el casamiento, en 1971, catapultó a Margaret a la tapa de diarios y revistas. Él tenía 51; ella, 22, y habían mantenido la relación en secreto. El sorpresivo matrimonio del primer ministro con un pimpollo de espíritu libre de la costa oeste hizo volar la imaginación.
En cuatro años, tuvieron tres hijos: Justin, Alexandre y Michel. Tras el nacimiento de Alexandre, Margaret cayó en una profunda depresión posparto. Ya antes de eso se había empezado a sentir como un pájaro en una jaula de oro. Según escribió en sus memorias de 2010, Pierre la quería "descalza, embarazada y en la cocina", y ella quería ser más que "la rosa en su solapa".
La opinión pública juzgaba cada uno de sus movimientos. La criticaron por cantar durante una cena de Estado en Venezuela; la destrozaron por ir a la Casa Blanca con un vestido hasta la mitad de la pantorrilla -cuando el resto de las mujeres estaba de largo-, diciendo que era un insulto al pueblo norteamericano.
En 1977, el día de su sexto aniversario de casada, Margaret estuvo de fiesta por todo Toronto con los Rolling Stones, alimentando especulaciones sobre la salud de su matrimonio. Pierre y Margaret se separaron en mayo de ese año y se divorciaron en 1984.
Durante esos años, se mudó a Nueva York, tomó clases de actuación y llevó adelante una carrera como fotógrafa junto a Richard Avedon. Sus escapadas y supuestos romances con Jack Nicholson, Ryan O'Neal y Ron Wood, de los Rolling Stones, acaparaban los titulares.
En 1984 se casó con el desarrollador inmobiliario Fried Kemper, con quien tuvo dos hijos más. Y después golpeó la tragedia: en 1998, Michel murió en una avalancha mientras esquiaba, se divorció de Kemper, y en 2000, murió Pierre.
"Es muy triste perder a un hijo, y el proceso de duelo el dolorosísimo", dijo en sus memorias. La familia intervino y le diagnosticaron desorden bipolar, una enfermedad a la que ella atribuye los episodios que cautivaban a los medios.
Hoy disfruta de sus nueve nietos, dice estar disgustada con el tono negativo que tiene la política, y advierte que tal vez tenga que "reprender" a los liberales, el partido de su hijo, si durante la campaña se desviaban hacia un discurso más agresivo.
El año pasado, cuando el presidente Donald Trump atacó a su hijo como "muy deshonesto y débil", ella no se alteró. "Yo lo que veo es un nene celoso y petulante que se puso loco porque Justin tiene todas las cualidades que realmente atraen a la gente", dijo con serenidad. "Una de ellas es la bondad, y no creo que este tipo ponga nunca la bondad delante de nada".
The Washington Post
Traducción de Jaime Arrambide
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