En medio de la polémica, Petro explica por qué quiere cambiar la Constitución de Colombia
El presidente colombiano habló sobre su controvertida propuesta y descartó que sea una vía para conseguir la reelección
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BOGOTÁ.- El presidente de Colombia, Gustavo Petro, habló en una entrevista sobre la fuerte polémica que se desató en el país tras su anuncio de promover una asamblea nacional constituyente. Afirmó que con esa idea no busca sacar adelante los proyectos que no han conseguido el aval del Congreso ni alargar su permanencia en la Casa de Nariño. En cambio, el mandatario colombiano sostuvo que lo que busca es que se examine qué aspectos de la Constitución firmada hace 33 años no se han desarrollado.
-Presidente, usted ganó las elecciones legítimamente con una propuesta de cambio y bajo esos mismos mecanismos democráticos logró aprobar leyes en el Congreso como la reforma tributaria. Pero ahora que las reformas van lentas usted dice que las instituciones no están a la altura de sus propuestas y por eso pide una asamblea constituyente. ¿No es contradictorio argumentar eso cuando lo que precisamente está funcionando es la democracia?
-La asamblea nacional constituyente es un mecanismo democrático contemplado en la Constitución del 91. El proceso constituyente que he propuesto no tiene que ver con recuperar los proyectos de ley que el Congreso hunda, primero, por razones de tiempo.
El proceso constituyente convocado no es ni para cambiar la constitución del 91 , ni para perpetuarme en el poder.
— Gustavo Petro (@petrogustavo) March 18, 2024
En las más de tres décadas que han oasado desde 1991, los poderes constituidos por el constituyente del 91, no han podido resolver varios problemas fundamentales… https://t.co/BRxPF3qrYZ
-Pero si no tiene que ver con las reformas, ¿para qué se convoca una asamblea constituyente?
-No he hablado de una constituyente para cambiar la Constitución de 1991. Ese es el principal error de quienes apresuradamente, algunos histéricamente, han saltado a atacar la propuesta presidencial. Lo que tenemos que examinar es qué, del texto de la Constitución del 91, no se ha desarrollado: como la priorización del gasto en la educación de todos los colombianos; como la facilidad para hacer una reforma agraria. Lo fundamental está en lo que, en los últimos treinta años, los poderes constituidos no han podido desarrollar. Este tema tiene que ver con seis puntos fundamentales.
-¿Cuáles son esos seis puntos?
-Propongo seis temas de diálogo que requieren atención urgente. En primer lugar, es crucial implementar de manera efectiva el Acuerdo de Paz de 2016, el cual fue desatendido y atacado durante el gobierno anterior. En segundo lugar, es esencial garantizar en el corto plazo las condiciones básicas de vida para todos los ciudadanos, que incluyan salud, pensión y acceso al agua. En tercer lugar, se requiere una reforma judicial que acerque el sistema judicial al ciudadano, lo haga más efectivo y tenga una dimensión reparadora en términos de verdad y garantías de no repetición. Cuarto, proponemos el reordenamiento territorial, donde se fortalezca la autonomía local siempre y cuando el territorio excluido sea rápidamente incluido y empoderado. En quinto lugar, también me interesa el cambio climático. Y por ultimo, instamos a establecer un diálogo en torno al fin de la violencia en Colombia y la reconciliación.
-Pero la actual constitución y los procesos legales ofrecen mecanismos para desarrollar todos esos propósitos que usted señala. ¿Por qué buscar entonces una constituyente?
-Porque los poderes constituidos no han hecho estas reformas que tienen que ver con la paz. Porque afectan el sistema político y no cambian. Porque la manera de gobernar después de expedir la Constitución del 91 fue la manera de gobernar paramilitar. Porque la Constitución del 91 nunca se aplicó. Sino que se aplicó de facto un régimen construido en una alianza entre el poder político, sectores del Estado, y dejó 200.000 colombianos muertos.
-Acaba de afirmar que lo que hubo después de la constitución fue una especie de alianza para aplicarla en favor de intereses criminales. ¿Cuál es la prueba de eso?
-Hay 17.000 procesos contra terceros en la justicia ordinaria, derivados de confesiones de los actores del conflicto, que no se han movido un centímetro. Hoy, las confesiones de los actores de la guerra de los últimos décadas, ante la justicia, lo que demuestran es que después de la Constitución del 91, en lugar de construir el Estado Social de Derecho que proponía, se construyó un régimen mafioso.
-Pero si eso fuera cierto no es culpa de la Constitución…
-Es culpa del régimen político. Una vez aprobada la Constitución del 91, lo que vino fue un régimen, y las instituciones que se generaron se crearon en ese régimen. El Congreso de la República y la Corte Suprema en uno de los actos más valerosos de la justicia mostró la infiltración de todas las mafias en la hechura de las leyes después de la Constitución del 91. El ‘cartel de la toga’ mostró cómo esos poderes mafiosos se apropiaron de varias secciones del Poder Judicial y de la Fiscalía.
-Pero Presidente, en el marco de la actual Constitución se han logrado avances como el acuerdo con las FARC y castigar la “parapolítica”, es decir, bajo ese mismo texto se han logrado resultados en función de la paz y limpiar las instituciones…
-La Constitución no tiene la culpa de lo que pasó después. Precisamente porque no la aplicaron. Y un proceso constituyente no es cambiar la Constitución del 91. Un proceso constituyente puede reformar la Constitución o puede agregar los aspectos que la Constitución en su momento no pudo ver por la época en que se hizo. Después de la Constitución del 91, un régimen de facto, no un régimen constitucional, gobernó el país y aún lo gobierna en varias regiones desde una perspectiva paramilitar.
-No recuerdo que usted haya propuesto durante su campaña reformar o agregar temas a la Constitución…
-Nosotros propusimos los objetivos. Eso es lo que tiene que hacer un líder. Y los medios son los que se han venido usando, como el congreso. Ahora, ¿qué es lo que estamos observando en el día de hoy? Que los poderes constituidos tratan de evitar que se exprese el constituyente, porque son incoherentes con la Constitución del 91, por una razón específica: están fuertemente penetrados por el régimen de corrupción.
-Pero esa supuesta situación que menciona se podría reformar de otra manera, a través de otros mecanismos, sin necesidad de una Constituyente que abre las puertas a todo…
-Cuando se abre la puerta para una constituyente, el pueblo decide. Y a eso le llamo democracia. Puede que a una persona en particular no le guste lo que el pueblo decida, pero la democracia es así. Yo he convocado que el pueblo decida.
Hay quienes creen que si el pueblo decide entonces hay antidemocracia; se olvidan que significa la palabra: democracia, "demos: pueblo, "cratos": poder. Democracia es " poder del pueblo".
— Gustavo Petro (@petrogustavo) March 16, 2024
Solo quieren que decidan los que manejan la maquinaria y el dinero, una cosa así si no es… https://t.co/iTgIubW6g5
-Además del tema de las reformas, usted también criticó las decisiones que han afectado a sus congresistas y un embajador. ¿Presidente, no son esas situaciones propias de la independencia de poderes? ¿Qué concretamente piensa usted que debería cambiar frente a la independencia de poderes, o frente a las cortes, en una Asamblea Constituyente?
-Es fundamental garantizar una justicia imparcial e independiente, lo que implica abordar los decretos, leyes y discusiones relacionadas con mi gobierno sin sesgos ideológicos, sin la influencia de los lobistas y clientelistas habituales de los grupos de interés. Reitero mi compromiso de respetar la independencia de poderes y la autonomía judicial, como dicta la Constitución. Soy un demócrata que aboga por una democracia más profunda y garantista, aunque esto no impide plantear preguntas ni abrir un diálogo público sobre ciertas decisiones judiciales.
-¿Esta Asamblea Constituyente podría terminar reviviendo la reelección en favor suyo?
-No estoy buscando una reelección presidencial. No tengo intención de reelegirme y no impulsaré reformas o una constituyente en ese sentido, así lo he dicho desde siempre.
-¿Y tampoco una ampliación de su mandato?
-No me interesan esos temas. Varias veces ha salido el asunto de que el periodo de los alcaldes coincida con el presidencial. Y allí tienen que hacer un ajuste constitucional. Pero mi obsesión no es esa.
-¿Qué ruta tiene en mente para convocar la propuesta? ¿Tiene fechas previstas?
-El primer paso es organizar los comités municipales, es decir que las organizaciones de base municipales se movilicen, se junten; convocar al pueblo a la movilización, a la calle, al debate, a ejercer el poder constituyente que se puede ejercer ya en unos niveles que la constitución del 91 permite, que están definidos como cabildos abiertos, que son mecanismos de participación ciudadana vigentes. Por eso yo digo que comenzamos un proceso constituyente, y comienza en la base de la sociedad y en todos los lugares de Colombia.
-Para sacar adelante una ley de referéndum, que convoque a una Constituyente, se debe pasar por el Congreso. ¿Cómo piensa usted sacar el proceso constituyente, si se requiere de unas importantes mayorías en el Congreso que hoy no parece tener?
-Hay varios caminos. Yo soy un poder constituido, no soy el poder constituyente. No es un problema de mayorías, es un problema de fuerza popular. Es el pueblo decidiendo, el momento constituyente es siempre. Si el pueblo decide, el poder constituido tiene que aceptar, no lo puede desconocer.
-Si hubiera ley de convocatoria a referendo para la Constituyente, ¿el Gobierno se sometería plenamente a lo que determine la Corte Constitucional sobre su legitimidad?
-Todo depende de la fuerza del poder constituyente, que se expresa con votos.
-Eso quiere decir que si no hay ese respaldo en la votación, se acaba el proceso de una constituyente…
-Si no hay fuerza constituyente, no hay constituyente.
-Una situación que ha generado sorpresa es que usted en campaña dijo que no iba a convocar una Asamblea Constituyente con el argumento de que la Constitución del 91 tiene todos los elementos para hacer reformas en democracia. Seguramente muchos colombianos tuvieron en cuenta esa promesa para votar por usted…
-La foto que me tomaron con (Antanas) Mockus fue en 2018, perdimos y esa es la realidad. Luego asumió Duque y su gobierno representó la entrega del poder ejecutivo a las mafias. Ante tal situación, es imperativo tomar medidas. En cualquier área que reviso, en la que me involucro, encuentro expoliación y robo y, lamentablemente, la Fiscalía no investigó, ya sabemos por qué.
-¿Qué tiene que ver eso con su cambio de opinión en relación con convocar una Asamblea Constituyente?
-Cuando usted convoca a una asamblea constituyente, está llamando al pueblo, y al hacerlo, se dignifica lo público. El propósito de la Asamblea Constituyente es precisamente reivindicar lo público. Para lograrlo, debemos purificar nuestras instituciones, lo cual se logra llenándolas de pueblo, no de mafias. Mi desempeño será evaluado en función de mi capacidad para erradicar del Estado a esas mafias de la corrupción.
-¿Usted estaría de acuerdo con que la constituyente toque el modelo económico actual?
-Nosotros en la campaña dijimos que no vamos a afectar la propiedad privada, incluso mi gobierno no ha hecho ninguna expropiación.
-¿Cómo sería la reforma agraria que resulte de la constituyente?
-Lo que salió del acuerdo de paz. Es el primer punto pero no hubo ley fast track; el presidente Santos reconoce que faltó esto. Incumplieron el acuerdo de paz con las Farc y hay que cumplirlo, si queremos una sociedad avanzada y en paz.
-¿Eso significa expropiar las tierras?
-No. Incluso yo propuse comprarlas a precio comercial.
-¿Usted sería partidario de que la Asamblea Constituyente tramite un marco jurídico que permita una ley de punto final, aún con el riesgo que eso implica en materia de impunidad frente a la Corte Penal Internacional?
-Hay una tensión entre venganza y verdad. ¿Qué preferimos más, la venganza o la verdad? Volvemos entonces a los sistemas, a los instrumentos, pero las concepciones es lo primero que hay que determinar. Si el punto final es final, y no puntos suspensivos que es lo que hemos tenido siempre, y logramos vivir en paz, previa verdad y previa restauración, entonces estoy de acuerdo. La verdad es la antesala de la reconciliación y la reconciliación es el punto final.
-¿Cree tener tiempo suficiente para sacar adelante la iniciativa antes del 7 de agosto del 26 que es cuando termina su mandato?
-El proceso constituyente puede finalizar antes o después. No está amarrado al 26, puede ser determinante para el 26. Eso yo no lo puedo predecir.
Por Andrés Mompotes Lemos, director de El Tiempo
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