En la nueva era del terrorismo resuena el eco de Yemen
El clérigo Al-Awlaki, asesinado por la CIA en 2011, es aún una fuente de inspiración siniestra
NUEVA YORK.- Desde hace más de cinco años, mientras los investigadores occidentales del terrorismo indagaban las influencias más importantes detrás de los últimos complots jihadistas, surgía el mismo nombre, una y otra vez.
En el fallido ataque a un avión comercial en Detroit, en 2009; el apuñalamiento de un miembro del Parlamento británico en Londres, en 2010; el letal atentado con explosivos en la maratón de Boston, en 2013, y, ahora, con el acribillamiento de caricaturistas y policías en París, el nombre de Anwar al-Awlaki ha demostrado ser una fuente de inspiración siniestra y perdurable. Dos de esos cuatro ataques se produjeron después de que Al-Awlaki, un elocuente imán nacido en Estados Unidos que se unió a la rama yemenita de Al-Qaeda, fue asesinado durante un ataque con drones de la CIA en septiembre de 2011.
La muerte de Al-Awlaki no redujo en nada su influencia. La revista web Inspire, que Al-Awlaki supervisaba junto con otro norteamericano, Samir Khan, siguió difundiendo no sólo la retórica militante, sino también instrucciones prácticas para la fabricación de bombas. De hecho, el nombre de Al-Awlaki se convirtió en una marca líder en el mundo de la jihad armada.
En Occidente, Al-Awlaki también se convirtió en el rostro de Al-Qaeda en la Península Arábiga (AQAP). Este grupo, creado formalmente a principios de 2009 por militantes yemenitas y sauditas, se convirtió en la organización terrorista más temida por Estados Unidos.
Desde su escisión de Al-Qaeda hace un año, Estado Islámico (EI) ocupó el centro de la escena internacional. Pero si AQAP estuvo detrás del asesinato de los dibujantes y editores de Charlie Hebdo, entonces Al-Qaeda tal vez ha vuelto a robarle la delantera publicitaria a su rival.
La evidencia del rol de la rama yemenita de Al-Qaeda y del fallecido Al-Awlaki en los preparativos de los ataques de París se va acumulando de manera sostenida. Un testigo presencial escuchó a los hermanos Said y Cherif Kouachi gritarles a los transeúntes junto a la escena de tiroteo: "Díganles a los medios que somos de Al-Qaeda en Yemen". También se supo que le dijeron al conductor de un automóvil que el ataque era en venganza por la muerte de Al-Awlaki.
Los oficiales de inteligencia revelaron ayer que el hermano mayor, Said, había estado en Yemen entre 2009 y 2012, donde fue entrenado en el uso de armas de fuego y donde, según algunos informes, conoció a Al-Awlaki. De acuerdo con el periodista yemenita Mohammed al-Kibsi, Kouachi se alojó brevemente en Sana, capital de Yemen, con Umar Farouk Abdulmutallab, que intentó volar un avión de pasajeros sobre la ciudad de Detroit en la Navidad de 2009.
Al-Awlaki nació en Nuevo México en 1971 y a los 19 años fue a estudiar ingeniería en la Universidad de Colorado. Descubrió su talento para la prédica y pasó ocho años como un imán sumamente exitoso en mezquitas de Denver, San Diego y Washington. En 1999 estuvo brevemente en la mira del FBI por sus vínculos con conocidos militantes, y nuevamente en 2002, cuando los agentes descubrieron que tres de los secuestradores de los aviones del 11 de Septiembre eran fieles de mezquitas donde predicaba Al-Awlaki. Después de trasladarse a Yemen en 2004 empezó a abrazar una violenta Jihad contra Estados Unidos y otros países a los que calificaba de enemigos del islam.
Hacia 2009, cuando Al-Awlaki fue vinculado con el mayor Nidal Hasan, el psiquiatra del ejército que asesinó a tiros a 13 personas en Fort Hood, Texas, el FBI descubrió que en las computadoras de casi todos los implicados en la planificación de los ataques había llamados de Al-Awlaki a la violencia.
Hacia finales de 2009, el clérigo se unió a AQAP y empezó a colaborar con Abdulmutallab en los preparativos del ataque al avión de Detroit. Cuando la bomba escondida en la ropa interior no estalló, el presidente Barack Obama juzgó que Al-Awlaki era un terrorista "en actividad" y consiguió un pronunciamiento legal del Departamento de Justicia que declaraba que matar lo sin juicio previo no violaría ni la ley ni la Constitución de Estados Unidos. Durante la cacería, que duró 17 meses, Al-Awlaki llamó a asesinar a los caricaturistas que insultaban al profeta Mahoma. Pero los seguidores del clérigo estaban siendo arrestados uno tras otro, incluida Roshonara Choudhry, que dijo que tras escuchar más de 100 horas los discursos de Al-Awlaki, había apuñalado a un miembro del Parlamento inglés por haber votado a favor de la guerra en Irak.
El ataque con drones en el que murió Al-Awlaki también terminó con la vida de Samir Khan y otros dos milicianos de Al-Qaeda. Para entonces, en 2011, el caos que se produjo tras el derrocamiento del histórico gobernante yemenita Ali Adbullah Salleh había permitido que Al-Qaeda engullera una enorme porción del territorio de ese país.
En 2012, las fuerzas del ejército de Yemen y los ataques de drones norteamericanos lograron desalojar a AQAP de las ciudades que había capturado. Pero en los últimos meses, a medida que la milicia chiita conocida como Houthis se alzó con el poder en Sana y en otros lugares de todo Yemen, AQAP cobró fuerza, encolumnando a las tribus sunnitas en contra de Houthis.
Traducción de Jaime Arrambide
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