En guerra con los autos, Oslo elimina los lugares para estacionar
Desde hace ya un tiempo que Oslo se propuso desincentivar el uso de automóviles en el centro de la ciudad. Esta vez, los conductores no podrán quedarse mucho tiempo en la capital noruega, ya que el próximo mes no habrá lugares de estacionamiento.
Firme a su postura ecológica, la ciudad está en proceso de eliminar los 700 lugares restantes de estacionamiento en las calles de su centro para fines de 2018 como parte de su plan para convertir el área en una zona libre de autos.
"Estamos haciendo esto para devolverle las calles a la gente", dijo Hanna Elise Marcussen, vicealcalde de desarrollo urbano de Oslo. Y agregó: "Por supuesto, es respetuoso con el medio ambiente". El país escandinavo, recientemente reconocido como uno de los países más progresistas en materia ecológica del mundo, tiene planes de convertirse en carbono neutral para 2030 y detener la venta de automóviles con combustibles fósiles para el 2025.
Un modelo que se replica
Pero no es solo Oslo la que está alejando a los conductores. Los destinos turísticos populares en todo el mundo están retirando autos de áreas con mucho tráfico para reducir la congestión, la contaminación y hacer que las calles sean más amigables para los ciclistas y peatones.
El mes pasado, Madrid restringió el acceso a vehículos privados para no residentes en el centro de la ciudad. Unas semanas antes, Londres introdujo un plan para prohibir autos en muchas de las calles de su centro financiero, continuando su plan de años para combatir la contaminación. En cuanto a París, Atenas y Ciudad de México también intentan prohibir los automóviles diésel en sus centros urbanos para 2025.
En 2016, cuando París prohibió los autos por un día, la ciudad experimentó una disminución del 25% en el dióxido de nitrógeno y una caída del 20% en el ruido.
La iniciativa
En Oslo, el plan para retirar autos de la ciudad comenzó en 2015 cuando una coalición de partidos políticos progresistas pidió que el centro de la ciudad estuviera libre de vehículos. Ya se han encontrado planes similares con algún tipo de resistencia en lugares como Dublín, donde los funcionarios locales han propuesto expandir la zona peatonal de la ciudad y Barcelona . Incluso, con la mentalidad ecológica de Oslo, no fue fácil.
"Ha habido bastante citas públicas y bastante controversia, y ha sido bastante difícil hacerlo de una manera que las empresas y los ciudadanos puedan aceptar", dijo Marcussen.La oposición más fuerte provino de los dueños de negocios locales que estaban preocupados de que menos autos significaran menos clientes. Así que la ciudad llegó a un compromiso: en lugar de una prohibición total, promulgarían regulaciones que permitirían la menor cantidad posible de vehículos en el centro de Oslo.
La ciudad designó ciertas calles solo para peatones o tránsito público, restringió la capacidad de los no residentes para conducir por el centro y eliminó cientos de estacionamientos de las calles al crear lugares designados para ciudadanos y empresas con discapacidades que requieren un automóvil.
Oslo espera ser un modelo para otras ciudades que buscan restringir los autos en áreas densamente pobladas, dijo Marcussen, y agregó que pronto, la política parecerá obvia.
"Hace un par de décadas, era perfectamente normal fumar cigarrillos en el interior", dijo Marcussen. "Hoy, muy pocos lo harían. Creo que es lo mismo con los coches en el centro de la ciudad. Un día miraremos hacia atrás y nos preguntaremos por qué pensamos que fue una buena idea ", advirtió.
The New York Times
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