En Gaza, los cristianos esperan la llegada del Papa para poder dejar la Franja
La comunidad de 1300 fieles se ilusiona con que Israel levante el bloqueo para que ellos vayan a Belén
GAZA.- Especial para La Nación - "En Gaza vivimos pero no vivimos", recitan de memoria los alumnos de primaria del colegio católico Hermanas del Rosario durante una fiesta escolar.
La frase resume la difícil existencia de los 1,6 millones de habitantes de la Franja de Gaza . En esta paupérrima zona del mundo, las desgracias no entienden de religión y afectan a todos , pero los 1300 cristianos que conviven con la inmensa mayoría musulmana sufren una discriminación añadida desde que Hamas, enemigo acérrimo de Israel, tomó las riendas de la región en 2007 y la sociedad comenzó poco a poco a islamizarse.
Desde entonces también, Israel intensificó su bloqueo contra Gaza y lanzó ofensivas contra Hamas en las que murieron numerosos civiles. La pobreza, el miedo y el sentimiento de asfixia se multiplicaron y la estrecha franja de tierra, de 60 kilómetros de largo por 10 de ancho, vive aislada de los palestinos de Cisjordania y del resto del mundo.
Adentrarse en ella es como ingresar en una gran prisión y salir resulta una tarea imposible para la mayoría de sus habitantes.
"Hace siete años, Israel selló Gaza. Antes, los cristianos podíamos salir a las misas de Navidad y de Pascua, pero eso se terminó. A veces pienso en marcharme, pero ¿adónde? Somos mayores, nuestra pobre vida y nuestros seis hijos están aquí", lamenta Fouad Najjer, obrero jubilado.
Para estos fieles, la visita del Papa a Tierra Santa, el fin de semana próximo, es motivo de esperanza y alegría. Primero, porque confían en obtener la autorización de Israel para acudir a la misa que Francisco celebrará en Belén y, segundo, porque anhelan que Jorge Bergoglio tenga una palabra o un gesto hacia la comunidad católica de Gaza, a menudo olvidada.
"Pensamos que se pueden conceder 350 permisos. Es una ocasión muy importante y confío en que Israel no los niegue. Espero que las ilusiones de la gente de Gaza de ir a ver al Papa no se rompan", confía el padre Jorge Hernández a LA NACION. Este sacerdote mendocino, de 38 años, pertenece al Instituto del Verbo Encarnado y es, desde hace cinco años, el párroco de Gaza.
"Los católicos de Gaza me transmiten la fortaleza de la fe y la esperanza porque jamás olvidan a Dios. Nuestro mejor testimonio es permanecer aquí y nuestra misión es compartir la cruz de los más débiles, pero sin meternos en política y sin tomar partido por nadie", dice Hernández.
Del total de 1300 cristianos que viven en Gaza, sólo 130 son católicos y el resto, griegos ortodoxos. La terrible situación hace que muchos cristianos dejen la Franja en cuanto se presenta una oportunidad. "En 2009 éramos cerca de 3000 cristianos y en estos años se marchó más de la mitad", dice el párroco.
En una sociedad cada día más islamizada, los cristianos se sienten rechazados, alejados de la vida pública y en ocasiones amenazados.
"Hay diferentes tipos de amenazas: un automóvil que aparece con la inscripción «Mahoma es el profeta de Dios» o sermones en las mezquitas con alusiones hacia los cristianos. En la Navidad de 2012, un grupo salafista publicó un panfleto en el que decía, basándose en frases del Corán, que estaba prohibido saludar a los cristianos. Ése es el ambiente que se respira en Gaza. Esto es un polvorín", dice el padre.
Los cristianos, que ocuparon en el pasado puestos importantes en el gobierno, también desaparecieron de la vida pública de Gaza y en el mejor de los casos trabajan en asociaciones católicas como Cáritas, el hospital anglicano o alguna ONG.
"Trabajaba como administrativa en el gobierno, pero desde que llegó Hamas el personal cambió y estoy desempleada. Si tuviera al Papa frente a mí me gustaría explicarle cómo vivimos realmente en Gaza. Esto no es Jerusalén o Belén", explica Nada Anton, de 35 años, que no sale de la Franja hace seis años.
La Iglesia católica repartirá 10.000 pases para que cristianos de Cisjordania, Jerusalén, Gaza e Israel acudan a la misa que el Papa celebrará en Belén.
Fuentes eclesiásticas afirmaron a LA NACION que temen que los permisos israelíes para los cristianos de Gaza sean recibidos a última hora o sólo se concedan a una parte de las familias, lo cual puede dificultar su desplazamiento.
Luego de la misa, el Papa compartirá un almuerzo con familias palestinas e hizo hincapié en que varios fieles de Gaza sean invitados a su mesa.
"El sufrimiento no es un valor"
"El sufrimiento no es un valor en sí mismo, sino una realidad que Jesús nos enseña a vivir con la actitud correcta", afirmó ayer Francisco durante una audiencia en el Vaticano. Llamó a afrontar el sufrimiento no "con la inercia y la resignación", ni tampoco con una "reacción de rebelión y rechazo". "Los sufrimientos son parte de la fe" y "prueba de fe", agregó.
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