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En fotos: la difícil búsqueda del turismo sustentable en el Ártico

JONATHAN NACKSTRAND - AFP

Hogar de osos polares y escenario del sol de medianoche y las Luces del Norte, un archipiélago noruego enclavado en el Ártico intenta sacar provecho de su naturaleza prístina, pero sin arruinarla

LA NACION

El archipiélago de Svalbard, a 1300 km del Polo Norte y accesible por vuelo comercial, ofrece a los visitantes grandes extensiones de naturaleza silvestre, con montañas majestuosas, glaciares y fiordos congelados.

La Gruve 7, la última mina de carbón que sigue en funcionamiento en Noruega.
La Gruve 7, la última mina de carbón que sigue en funcionamiento en Noruega.JONATHAN NACKSTRAND - AFP

Los fiordos solían estar congelados. Svalbard está ahora en la línea de frente del cambio climático, con el calentamiento del Ártico tres veces más acelerado que el del planeta.

El sol aparece detrás de las nubes 7 minutos después de la medianoche, en Longyearbyen
El sol aparece detrás de las nubes 7 minutos después de la medianoche, en LongyearbyenJONATHAN NACKSTRAND - AFP

Las minas de carbón, que motivaron los primeros asentamientos humanos en el sitio, han cerrado a lo largo de los años y el turismo se convirtió en uno de los principales pilares de la economía local, junto a la investigación científica.

Las torres transportadoras que alguna vez se usaron para transportar carbón desde las minas hasta el puerto
Las torres transportadoras que alguna vez se usaron para transportar carbón desde las minas hasta el puertoJONATHAN NACKSTRAND - AFP

“Siempre es difícil de defender porque sabemos que el turismo crea desafíos en todos los sitios que la gente visita, así como en la perspectiva más amplia del cambio climático”, admitió Ronny Brunvoll, jefe de la junta de turismo Visit Svalbard.

Los turistas llegando al aeropuerto de Svalbard en Longyearbyen
Los turistas llegando al aeropuerto de Svalbard en LongyearbyenJONATHAN NACKSTRAND - AFP

“No podemos impedir que la gente viaje, no podemos impedir que la gente se visite unos a otros, así que tenemos que encontrar soluciones”, agregó.

Alrededor de 140.000 personas visitan estas latitudes cada año, según datos previos a la pandemia. La zona tiene 65% de su territorio bajo protección.

Un turista toma fotos de un barco turístico híbrido cuando se acerca al puerto de Longyearbyen
Un turista toma fotos de un barco turístico híbrido cuando se acerca al puerto de LongyearbyenJONATHAN NACKSTRAND - AFP

Al igual que los 3000 residentes locales, los visitantes deben seguir reglas estrictas que les impiden molestar a los animales (seguir a un oso polar puede conducir a una enorme multa) o cortar flores en un ecosistema casi desprovisto de vegetación.

Hogar de osos polares, el sol de medianoche y la aurora boreal, el archipiélago noruego encaramado en lo alto del Ártico está tratando de encontrar una manera de sacar provecho de su naturaleza virgen sin arruinarla.
Hogar de osos polares, el sol de medianoche y la aurora boreal, el archipiélago noruego encaramado en lo alto del Ártico está tratando de encontrar una manera de sacar provecho de su naturaleza virgen sin arruinarla.JONATHAN NACKSTRAND - AFP

“Estás realmente frente a la naturaleza. No quedan muchos sitios así”, declaró Frederique Barraja, un fotógrafo francés, en uno de sus frecuentes visitas a la zona. “Atrae a gente como todos los sitios raros, pero estos sitios son frágiles, así que se debe ser respetuoso al visitarlos”, agregó.

Un pasajero del Kvitbjorn (Oso Polar, en noruego), un barco turístico híbrido que combina un motor diesel y baterías eléctricas, observa cómo se abre paso en el hielo marino en la bahía de Borebukta, ubicada en el lado noroeste de Isfjorden en el archipiélago de Svalbard
Un pasajero del Kvitbjorn (Oso Polar, en noruego), un barco turístico híbrido que combina un motor diesel y baterías eléctricas, observa cómo se abre paso en el hielo marino en la bahía de Borebukta, ubicada en el lado noroeste de Isfjorden en el archipiélago de SvalbardJONATHAN NACKSTRAND - AFP

El combustible pesado, utilizado en grandes cruceros, ha sido prohibido en el archipiélago desde inicios del año, antes de que la restricción se aplique progresivamente en todo el Ártico a partir de 2024.

Los grandes cruceros pueden dejar hasta a 5000 pasajeros en Longyearbyen, el modesto poblado principal del archipiélago cuya infraestructura, como carreteras y sanitarios, no está diseñada para recibir grupos tan grandes.

El barco Kvitbjorn realiza un recorrido turístico
El barco Kvitbjorn realiza un recorrido turísticoJONATHAN NACKSTRAND - AFP

Algunos operadores turísticos van más allá de los requerimientos legales, como la línea noruega de cruceros Hurtigruten, que busca convertirse en “el operador de turismo más ambientalista del mundo”.

El archipiélago de Svalbard, ubicado a 1300 kilómetros del Polo Norte y al que se puede llegar en vuelos comerciales, ofrece a los visitantes vastas extensiones de naturaleza virgen, con majestuosas montañas, glaciares y fiordos helados.
El archipiélago de Svalbard, ubicado a 1300 kilómetros del Polo Norte y al que se puede llegar en vuelos comerciales, ofrece a los visitantes vastas extensiones de naturaleza virgen, con majestuosas montañas, glaciares y fiordos helados.JONATHAN NACKSTRAND - AFP

La sostenibilidad “no debe ser una ventaja comparativa”, comentó Henrik Lund, un ejecutivo del grupo. “Debería solamente dar derecho de operar”. La empresa prohibió en 2018 los plásticos de un solo uso y ahora ofrece recorridos en motos eléctricas de nieve.

Turistas recorren la zona en motos de nieve
Turistas recorren la zona en motos de nieve JONATHAN NACKSTRAND - AFP

Recientemente también lanzó excursiones a bordo de la moderna nave híbrida Kvitbjorn (oso polar, en noruego), que combina un motor a diésel con baterías eléctricas.

Los fiordos solían estar helados. Svalbard se encuentra ahora en la primera línea del cambio climático
Los fiordos solían estar helados. Svalbard se encuentra ahora en la primera línea del cambio climáticoJONATHAN NACKSTRAND - AFP

“En las áreas idílicas de exploración, usamos solo electricidad. Vamos en silencio y no dejamos humo de combustión”, señaló Johan Inden, jefe del fabricante de motores marinos Volvo Penta.

Pero hay un inconveniente: en Svalbard, la electricidad viene de una planta a carbón, un combustible fósil causante del cambio climático.

El Taubanesentralen, lo que solía ser el pivote de un teleférico para transportar carbón desde las minas hasta el puerto en el pasado
El Taubanesentralen, lo que solía ser el pivote de un teleférico para transportar carbón desde las minas hasta el puerto en el pasadoJONATHAN NACKSTRAND - AFP

“La electrificación tiene sentido, sin importar la fuente de energía”, insistió Christian Eriksen del grupo ambientalista noruego Bellona.

Vista de la calle principal de Longyearbyen, ubicada en la isla de Spitsbergen, archipiélago de Svalbard, al norte de Noruega.
Vista de la calle principal de Longyearbyen, ubicada en la isla de Spitsbergen, archipiélago de Svalbard, al norte de Noruega.JONATHAN NACKSTRAND - AFP

Ya sea que venga de fuentes “sucias” o “limpias”, la electricidad “hace posible reducir las emisiones”, según Eriksen, citando un estudio sobre coches eléctricos.

Vista general de Longyearbyen
Vista general de LongyearbyenJONATHAN NACKSTRAND - AFP

Aún así, Longyearbyen tiene previsto cerrar la planta para 2023, invertir en energías renovables y reducir sus emisiones en 80% para 2030.

Una cueva de hielo dentro del glaciar Larsbreen
Una cueva de hielo dentro del glaciar LarsbreenJONATHAN NACKSTRAND - AFP

Fotos: Jonathan Nackstrand / AFP

Edición fotográfica: Fernanda Corbani

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