Tras seis años de obras, el tranquilo pueblO de Matesevo constituye el improbable final de una de las rutas más caras del mundo
MATESEVO, Montenegro.- La autopista atraviesa montañas y cruza barrancos y cañones pero, de momento, no conduce a ningún sitio. Se encuentra en Montenegro, costó 1000 millones de dólares y, para colmo, amenaza con quebrar la economía de este pequeño país de los Balcanes.
Tras seis años de obras, el tranquilo pueblecito de Matesevo constituye el improbable final de una de las autopistas más caras del mundo.
En 2014, el país, candidato a la Unión Europea (UE), contrajo un préstamo de 944 millones de dólares ante un banco chino para que la compañía china CRBC realizara el primer tramo de la autovía, de unos 40 kilómetros.
El tramo de la autopista que conecta Matesevo con los suburbios de la capital, Podgorica, será inaugurado en noviembre. Pero el país, de 600.000 habitantes, tendrá que encontrar más de 1.000 millones de euros (1.200 millones de dólares) adicionales para la construcción de los 130 kilómetros necesarios para terminar la obra.
Sus detractores denuncian el impacto ambiental y la posible corrupción surgida en torno a un proyecto destinado a conectar la ciudad de Bar, en el sur, con la frontera con Serbia, en el norte y, en última instancia, con Belgrado.
Los habitantes del pueblo, situado a orillas del río Tara, inscrito en la lista de patrimonio mundial de la Unesco, en una de las gargantas más profundas de Europa, intentan ver el lado bueno de las cosas. ”Para nosotros, hay aspectos positivos. Algunos consiguieron vender sus tierras e irse, algo que antes era imposible” en una región empobrecida de la que muchos de sus residentes decidieron emigrar, un fenómeno similar al de otras partes de los Balcanes, apunta un vecino.
Ahora, los gigantescos pilares de la autopista hacen que su vivienda, situada justo al lado, parezca una casita de muñecas.
Nadie sabe cómo se pagará el préstamo chino, que representa una quinta parte de la deuda exterior de Montenegro. El primer plazo caerá en julio.
En los últimos años, Pekín ha sido acusado de haber tendido una “trampa” a muchos países, que se han endeudado para construir infraestructuras titánicas realizadas por el gigante asiático en el marco de su proyecto de Nuevas rutas de la seda. China niega que quiera aumentar su influencia en los Balcanes a través de las inversiones.
Fotos: Savo Prelevic / AFP
Edición fotográfica: Fernanda Corbani