Fue una de las urbes más bellas del Imperio Romano, permanece abandonada y sin turistas tras una década de guerra en Libia; algunos apuestan por su renacimiento
No hay fila en la puerta y solo un puñado de visitantes, casi todos libios, caminan entre las imponentes ruinas de este lugar, declarado patrimonio mundial por la Unesco.
El monarca libró campañas militares en toda Europa y el actual Irak antes de morir en York, Inglaterra, lejos de su ciudad de origen, a la que destinó cuantiosos recursos.
Asentada sobre una colina con una vista imponente del Mediterráneo, las ruinas incluyen una basílica, una pista de carreras y un teatro para 15.000 espectadores en terrazas con arcos que miran al mar.
La violencia que azotó a Libia tras la revuelta que depuso al dictador Muamar Gadafi provocó temores por las ruinas de la ciudad y llevó a la agencia cultural de la ONU, la Unesco, a colocarlas en una lista de patrimonio en riesgo, junto con otros cuatro sitios libios.
Pero hasta ahora los sitios no han sido afectados por los combates, que terminaron con un alto el fuego en octubre de 2020.
“No ha habido ataques directos o amenazas contra Leptis Magna pese al conflicto”, aseguró Azzedin al Fakih, jefe del departamento de antigüedades del lugar.
Pero se enfrenta a otra amenaza: la falta de recursos y de apoyo gubernamental. ”En 2020 finalmente pudimos lanzar proyectos que debían estar concluidos hace 50 años”, agregó, citando instalaciones sanitarias, oficinas y una verja perimetral.
”Pero las excavaciones arqueológicas se han detenido y las operaciones de mantenimiento son apresuradas y superficiales”, reconoció.
Gadafi comenzó a dar visas de turistas por primera vez en 2003, e incluso creó un ministerio de Turismo cuando el país comenzó a mejorar sus relaciones con Occidente.
Pero todo se acabó en 2011, cuando un levantamiento apoyado por la OTAN derrocó y mató a Gadafi.
Omar Hdidan, un ingeniero civil que trabaja como voluntario para promover y mantener Leptis Magna, confía en su potencial turístico.
”Siempre ha sido abandonada por el Estado”, dijo este hombre de 49 años.
“No hay excavaciones, hallazgos nuevos, no hay campañas para promover el turismo, pero Leptis Magna es más valiosa que diez pozos petroleros”.
Leptis Magna “podría ser una fuente de ingresos si se administra bien”.
“Podría crear miles de empleos, recibir a millones de turistas y generar miles de millones de dólares. Llegará el día cuando se acabe el petróleo, pero Leptis Magna permanecerá” aseguran las autoridades
Fotos: Mahmud Turkia / AFP
Edición fotográfica: Fernanda Corbani