En el aniversario de la muerte de Chávez, Maduro se radicaliza
Rompió relaciones con Panamá por las gestiones en la OEA y amenazó a los países que quieran interferir; en el plano interno intentó hacer una demostración de fuerza
CARACAS.- Nicolás Maduro aprovechó "el primer año de la siembra del comandante eterno y supremo de la revolución bolivariana" para lanzarse al contraataque político con todas sus fuerzas.
Primero, en la pelea internacional, radicalizando su discurso para romper relaciones diplomáticas con Panamá: "Voy a responder con fuerza y contundencia cualquier intento de cualquier gobierno de América de meterse en los asuntos internos de Venezuela, no acepto intervencionismo en el país y pido apoyo al pueblo".
Máxima presión cuando sólo faltaban unas horas para que hoy la Organización de los Estados Americanos (OEA) decida, a petición de Panamá, si se convoca a una consulta de ministros a fin de tratar la situación de Venezuela tras las protestas y la represión gubernamental. "¡Fuera la OEA, por ahora y para siempre!", gritó Maduro, y acusó de "lacayo y servil" al presidente Martinelli, y de "pretender un plan para justificar una intervención de fuerzas extranjeras".
Respaldado por la presencia de Raúl Castro y Evo Morales (más tarde se sumó Daniel Ortega), los únicos presidentes que acudieron al desfile de las fuerzas armadas "revolucionarias, socialistas y 100% chavistas", Maduro, aún más enojado, lanzó otra andanada amenazante: "El que se meta con nosotros que no se queje cuando le caiga la ira de los dioses de este pueblo".
José Miguel Insulza, secretario general de la OEA, adelantó cuál es su apuesta: "Creo que una misión sería útil si los dos lados la aceptaran. Estoy abierto a ella si [algún Estado] la quiere proponer, pero no voy a hacerlo yo porque ya lo hice y no funcionó [Venezuela ya la rechazó anteayer]".
Pero Insulza, criticado siempre por ambos bandos, sostiene que no hay ruptura de la democracia, por lo que no debe convocarse la reunión de cancilleres.
Que se olvide de ambas. Maduro lo dejó claro frente al cadáver del comandante supremo: "Quédese quieto, Insulza. No se meta con quien no le ha llamado. La OEA es un órgano moribundo. La delegación tendría que entrar clandestinamente".
En cambio, Venezuela acudirá a la Unasur para que aplauda su retórica del golpe de Estado, que hoy estaría cumpliendo casi un mes, el más largo y pintoresco de la historia.
El chavismo, que gasta cientos de millones de dólares en propaganda, no quiere perder la batalla de la opinión pública internacional ni tampoco el salvoconducto que aliados y amigos le otorgan ante cada crisis interna.
La campaña SOS Venezuela, a la que se han sumado artistas, intelectuales, ex presidentes y deportistas, dañó mucho la imagen de la bautizada por Chávez "revolución bonita".
El segundo objetivo del día para Maduro fue la crisis interna, provocada por un mes de protestas, que ya se ha cobrado más de una docena de vidas y más de 1000 detenciones, además de 38 denuncias por torturas y maltratos constantes en los cuarteles de la Guardia Nacional Bolivariana. Más de 80 periodistas sufrieron agresiones, detenciones o el robo de sus equipos.
"Llamo a todo el pueblo a hacer valer la orden de nuestro comandante Hugo Chávez: candelita que se prenda, candelita que se apaga. Con el pueblo organizado", exhortó Maduro, que anunció la detención de cuatro jefes guarimberos (rebeldes). "La ley tiene que aplicarse contra los fascistas", añadió.
Maduro llamó incluso a las unidades de batalla Hugo Chávez. Hace dos semanas, un llamado parecido del gobernador de Carabobo, José Ameliach, antecedió al ataque de una marcha pacífica. Un balazo procedente de filas paramilitares asesinó a Miss Turismo, Génesis Carmona.
El chavismo volvió a exhibir su fuerza en la calle. Unas fuerzas que ya no son las mismas. Hace un año, la misma avenida estaba repleta de seguidores que lloraban de verdad. Ayer, sólo asistió un 40% de los congregados aquel día.
El "hijo de Chávez" pretendió retomar con sus palabras la iniciativa perdida dentro y fuera de su casa.
Y se quiso ayudar con un desfile de tanques, brigadas, misiles, soldados y muchas armas, incluido el "imponente huracán blindado", con alusiones constantes al "gigante de América" y al "Cristo Redentor de los pobres".
Una demostración de fuerza militar, que parece marcar una línea imaginaria en el tratamiento de las protestas, que también ayer se prodigaron en distintos puntos del país, con nuevos heridos y detenidos que se suman a una lista que parece interminable.
El Congreso de Chile condenó la violencia
El Congreso chileno condenó ayer la violencia en Venezuela y pidió la liberación de los opositores detenidos "por razones políticas". El Senado aprobó tres proyectos de acuerdo en los que se muestra la preocupación de los parlamentarios por "la violación de los derechos humanos" y de las libertades fundamentales de los venezolanos.
En uno de los documentos aprobados, se pidió al presidente Sebastián Piñera que llame a consultas al embajador de Venezuela y pida la convocatoria del consejo permanente de la Organización de los Estados Americanos (OEA).
La Cámara de Diputados, en tanto, aprobó anteayer otros tres proyectos, en los que también se pide la liberación de los encarcelados en manifestaciones, "especialmente el opositor Leopoldo López y los líderes estudiantiles".
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