WASHINGTON.- Estados Unidos quedó atónito, conmocionado y con dudas sobre la seguridad aérea en el país luego del choque entre un avión de American Airlines y un helicóptero militar Black Hawk sobre el río Potomac cerca del aeropuerto Ronald Reagan en Washington, una tragedia que dejó 67 muertos –60 pasajeros y cuatro tripulantes en el avión y los tres militares a bordo del helicóptero– y es el peor desastre aéreo doméstico en 24 años.