En Egipto, Morsi se salvó de la pena de muerte: lo condenaron a 20 años
El ex presidente fue sentenciado ayer por la muerte de manifestantes en diciembre de 2012; fue considerado un castigo leve; tiene otros cuatro casos en su contra
EL CAIRO.- Fue una sentencia relativamente leve, considerando las sistemáticas penas capitales que vienen sufriendo sus seguidores. Pero apenas tres años después de convertirse en el primer presidente egipcio libremente elegido, el islamista Mohamed Morsi fue condenado ayer a 20 años de prisión por la muerte de manifestantes en diciembre de 2012.
En las imágenes transmitidas en vivo por la televisión, se pudo ver a Morsi de pie, con uniforme blanco de los prisioneros, dentro de una jaula en la corte mientras el juez Ahmed Sabry Youssef leía la sentencia en su contra y de otros 12 miembros de los Hermanos Musulmanes.
Los hombres fueron condenados por violencia, secuestro y tortura vinculadas con la muerte de manifestantes durante las protestas de 2012. Tuvieron a su favor que fueron absueltos de las acusaciones de asesinato, que hubieran conllevado la pena de muerte.
Con un gesto con el que quisieron mostrar su resistencia a las fuertes medidas del estado contra los islamistas, después de la lectura de los veredictos, los acusados gritaron "Allahu akbar" (Alá es grande) después de la lectura del veredicto.
El dictamen es el primero contra Morsi, que dijo que está decidido a revertir lo que llamó un golpe militar en su contra en 2013, llevado adelante por el entonces jefe del ejército y actual presidente, Abdel Fatah al-Sisi.
"Su juicio ha sido una farsa de justicia, fue guionado y controlado por el gobierno y totalmente falto de evidencia", dijo Amr Darrag, ex ministro bajo el gobierno de Morsi, en un comunicado desde Estambul.
El hijo de Morsi, Osama Morsi, dijo que su padre planea volver a la política más allá de la condena de prisión.
La agencia de noticias estatal MENA dijo que Morsi fue trasladado en helicóptero desde la sala de audiencias en las afueras de El Cairo a la prisión de Borg al-Arab, cerca de Alejandría, donde ha estado detenido desde hace más de un año.
Morsi enfrenta cargos en otros cuatro casos que incluyen filtrar secretos a Qatar, conspirar con el grupo militante palestino Hamas para desestabilizar Egipto y organizar una fuga de prisión durante el levantamiento de 2011 contra Hosni Mubarak.
Después de derrocar a Morsi luego de las protestas masivas contra su gobierno, Al-Sisi procedió a reprimir a los Hermanos Musulmanes por considerarlos una red terrorista que plantea una amenaza existencial al mundo árabe y occidental.
Los Hermanos Musulmanes aseguran que son un movimiento pacífico que volverá al poder a través del poder de la gente, aunque las manifestaciones han disminuido.
La organización islamista fundada en 1928 estuvo proscripta la mayor parte de su historia hasta su llega al poder en 2011.
Desde el derrocamiento de Morsi, policías y soldados del nuevo poder lanzaron una feroz represión: abatieron a 1400 manifestantes pro-Morsi y encarcelaron a más de 15.000 de sus partidarios. Centenares, incluido el guía supremo de los Hermanos Musulmanes, Mohamed Badie, fueron condenados a muerte en procesos en masa expeditivos, unos juicios "sin precedente en la historia reciente", según la ONU.
Al-Sisi fue elegido presidente en mayo de 2014 tras haber eliminado de la escena política a toda la oposición, tanto islamista como liberal y laica.
El régimen de Al-Sisi, que disfruta de una gran popularidad entre la población, está considerado por las organizaciones internacionales de defensa de los derechos humanos mucho más represivo que el de Hosni Mubarak (1981-2011).
Si bien reconocen el gobierno de Al-Sisi -Estados Unidos es su mayor aliado-, las potencias occidentales suelen hacerse eco del clima de represión que reina en Egipto.
Agencias AFP y Reuters
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